Uno de los grandes del teatro español, Etelvino Vázquez, regresa a uno de sus escenarios más queridos, El Albéitar

Mariana Pineda

L. Castellanos

Etelvino Vázquez es uno de los grandes del teatro español. Su constante contribución al hecho escénico resulta incuestionable. Miembro de grupos tan emblemáticos como decisivos en la historia del teatro asturiano como Caterva o Teatro Margen, fundó en 1985 Teatro del Norte donde aún hoy el célebre teatrero mantiene viva su pasión por el teatro y hace alarde de manera constante de su talento. León es punto de encuentro habitual para esta compañía asturiana. Los aficionados leoneses han podido disfrutar, la mayoría de las veces en El Albéitar, de la labor emprendida por Etelvino Vázquez en favor de un lenguaje propio que abarca toda clase de autores y que le ha permitido alternar su oficio de director con los de actor e, incluso, escritor.

Federico García Lorca es un dramaturgo recurrente en la trayectoria de Etelvino. Obras como 'El retablillo de Don Cristóbal', 'Yerma', 'Doña Rosita la soltera' o 'La zapatera prodigiosa', entre otras, y un espectáculo titulado 'Federico García Lorca. Muerte de un poeta' han ido instalándose en el historial del Teatro del Norte. Vázquez, nacido en 1950 en Lugones y poseedor de un currículum envidiable avalado por más de cuarenta montajes (tanto para su propia compañía como para otras de toda España), les ha hincado el diente con esa sensibilidad tan característica suya para desplegar un teatro que acabe atrapando al espectador a través de la emoción y el sentimiento. 'Mariana Pineda', obra escrita por el autor granadino durante la dictadura de Primo de Rivera y estrenada en 1927 con la participación de la imprescindible Margarita Xirgu en el papel principal, supone la nueva incursión de Etelvino Vázquez en el universo lorquiano y el motivo de su regreso a un escenario, el de El Albéitar, donde se siente especialmente a gusto.

La acción se sitúa durante el período absolutista de Fernando VII. El amor de Mariana Pineda por Pedro, un liberal, es tal que está dispuesta a sacrificar su propia vida por él y así lo hará tras ser detenida por tejer una bandera liberal que iba a entregar a su amado. “Aunque Mariana Pineda es una obra de juventud, en ella ya están presentes todas las virtudes de Federico, tanto como poeta como dramaturgo. El gran acierto de Federico es subordinar el tema política a un tema sentimental; partiendo de un choque entre la pasión lasciva del juez Pedrosa y la entereza casta de Mariana, el nudo dramático se humaniza y cobra un sentido eterno”, ha comentado a propósito de la obra Etelvino, intérprete de la misma junto con Cristina Lorenzo y David González.

Se trata de una obra de plena vigencia que se beneficia de una puesta en escena que pone especial énfasis en el trabajo de los actores. “El teatro no es ni puede ser otra cosa que emoción y poesía en la palabra, en la acción y en el gesto, y eso es mi Mariana Pineda”, recalca Etelvino a quien le apasiona la suma que Lorca hace del asunto amoroso con el político y la caracterización que culmina del personaje protagonista. “La Mariana Pineda de Lorca, pasional, posesa, mártir, recibe su cualidad política de su calidad de amante. ”¡Yo soy la Libertad, porque el amor lo quiso!“ Mariana, como Cristo, muere para que don Pedro y sus compañeros liberales puedan salvarse. Mariana inicia la galería de personajes lorquianos marcados por el estigma de una pasión aniquiladora e inexorable, el amor frustrado y la muerte. Ni Pedro pierde la exaltada continuidad de su discurso político, ni Mariana la de su discurso amoroso. Y solo al final, camino del cadalso, cuando Pedro ya no exista, se juntaran en la figura de Mariana el discurso amoroso y el discurso político en un canto a la libertad y al amor”.

Lugar: El Albéitar. A las 21 horas

Día: 1 de febrero de 2014

Entradas: 8 euros (la mitad para los miembros de la Comunidad Universitaria)

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