Alida Ares: “Las lenguas son sobre todo un instrumento para comunicarse”

Alida Ares. Foto: Jordi Canals.

Manuel Cuenya

Filóloga, lingüista, traductora y doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura por la Universidad de Barcelona, Alida Ares es una persona cercana, entrañable, con sentido solidario, habituada a convivir con diferentes culturas y formas de vida, que maneja varias lenguas, entre ellas, francés, inglés, serbocroata, gallego y catalán, aparte del castellano, aunque ella asegura que sólo es bilingüe en español e italiano. “Las lenguas son sobre todo un instrumento para comunicarse. La gente cree que no puede hablar otra lengua hasta que no la conozca perfectamente. Si fuera así nunca podría haber nacido el diálogo ni el comercio entre pueblos de diferentes lenguas; en cambio, los ha habido desde la antigüedad, incluso sin gramáticas para aprender las lenguas. Aunque los otros usen palabras diferentes a las nuestras se refieren a las mismas ideas y en situaciones de bilingüismo, si tenemos necesidad, no escuchamos tanto las palabras, sino lo que está detrás de las palabras”.

A veces miro el mundo como si me asomara a la ventanita de la sala de proyecciones....

Nacida en la población berciana de Villadepalos, Alida creció al amor del cine, porque sus padres fundaron el Cine Ares de Villadepalos en 1960. Y las películas formaron su carácter. “Hasta que un día mi padre lo vendió”, aclara ella. Se mudaron de casa, y su relación estrecha con el cine se acabó, entonces se fue a vivir sus propias películas. “Pero aún a veces miro el mundo como si me asomara a la ventanita de la sala de proyecciones...”, habida cuenta de que el cine fue la ventana por la que se asomó al mundo, un mundo de historias, de aventuras en las que se zambullía –evoca- y de las que salía siempre transformada. Eso y el hecho de que viviera su infancia y adolescencia en un ámbito rural de bilingüismo la marcaron para siempre, tanto para viajar por el mundo como desde un punto de vista lingüístico.

Para escribir no sólo hay que tener algo que decir, sino saberlo decir del mejor modo posible. Además, para escribir literatura se requiere un talento especial y pericia para usar las palabras y transmitir más que su significado.

Recuerda que en casa su abuela sólo hablaba el dialecto galaico-leonés que es característico de la comarca del Bierzo, mientras ella hablaba el castellano, y sus padres los alternaban. “Pero de pequeña ni siquiera me daba cuenta, me parecía una única lengua, y las palabras de mi abuela y las personas mayores me quedaron impresas en la memoria”. Y eso ha hecho que en el extranjero las situaciones de bilingüismo le hayan resultado y le resulten naturales. También reconoce que la tradición de la literatura oral, las historias y cuentos de los filandones han influido en su manera de contar, en el léxico, en el ritmo y en la medida de sus frases, incluso en sus gestos. Y en este sentido rememora que no sólo durante el filandón se contaban cuentos, porque en el ámbito rural en León la socialización del trabajo estaba muy arraigada, la familia entera e incluso los vecinos colaboraban en las faenas del campo y éstas se convertían en ocasiones de encuentro, y para los niños de divertirse y escuchar historias. “Todos los mayores sabían cuentos preciosos, que contaban con maravilla, tal vez porque se los imaginaban así. Mi abuela Sabina, que no sabía leer ni hablar en castellano, recitaba de memoria romances larguísimos y largos pasajes de novelas enteras en castellano, porque los libros en su época eran tesoros; se los prestaban unos a otros y se leían en voz alta en las casas por las noches. Y así sucedía en todas las casas de León. Y esa consideración por los libros y por los buenos lectores y narradores se transmitió a nuestra generación. Todos aprendimos cuentos, historias y a recitar poemas de memoria que ellos nos enseñaron”. Y de este modo se han forjado tantos buenos escritores (y escritoras). En su pueblo de Villadepalos lo que no son chopos, son poetas... –agrega con humor-, porque todos los mayores saben narraciones y poesías. “Pero temo que todo esto se pierda en un par de generaciones, a menos que no lo consideremos algo muy nuestro y deseemos preservarlo, como en el caso de los 'filandones literarios', los 'juegos florales' o los recitales de Navidad y Semana Santa, que todavía se celebran en algunos pueblos... Antes también había muchos concursos en las escuelas, que contribuían a mantener esa tradición”.

Si bien la literatura oral sirve para trasmitir el gusto por las narraciones, cantares y romances –matiza–, la escritura requiere aprendizaje, hay que leer mucho y dominar la lengua y el léxico; “no sólo hay que tener algo que decir, sino saberlo decir del mejor modo posible. Además, para escribir literatura se requiere un talento especial y pericia para usar las palabras y transmitir más que su significado”.

El Bierzo como esencia

El Bierzo es su epicentro, el lugar al que regresa siempre, porque aquí está su familia y los paisajes de su infancia y su adolescencia. “Cuando estoy fuera, en mi mente los paisajes del Bierzo están poblados de la gente que he conocido, de los cuales muchos siguen vivos y algunos no, y cuando pienso en el Bierzo es siempre en relación a ellos y dependiendo del recuerdo siento dulzura, nostalgia, tristeza... Por eso cada verano, cuando vuelvo, es la alegría del reencuentro, recupero aquellos afectos y paisajes que había dejado cuando me fui de allí la última vez, y es como si no me hubiera ido”. Su gusto por las lenguas, los diccionarios y las palabras le han llevado a vivir en diferentes países europeos y en distintas ciudades, siempre en contacto con los jóvenes, debido a su faceta docente, lo que le ha permitido ver no sólo los contrastes (lenguas, costumbres, estilos de vida) sino lo que tenemos en común. “Son los mismos valores, las mismas ilusiones, aunque cambie el carácter. También me ha hecho ser más flexible, no tener ideas preconcebidas ni creer en los tópicos. Y a ellos también les ha servido para saber dónde queda el Bierzo. Muchos han venido después haciendo el Camino de Santiago y me escriben postales entusiasmados contándomelo”.

Vivir en diferentes países europeos y en distintas ciudades también me ha hecho ser más flexible, no tener ideas preconcebidas ni creer en los tópicos.

Cuenta que en cada país, en que ha estado, lo primero que ha hecho ha sido estudiar su lengua para acercarse más la gente. Una extraordinaria forma de acercamiento, sin duda, porque, sólo conociendo su lengua, se puede llegar a entender su cultura, su modo de vida. “Al principio se crean malentendidos y situaciones cómicas, que se convierten en anécdotas con el tiempo”.

Entre sus muchas vivencias fuera de su tierra, recuerda cuando llegó a Belgrado y no comprendía ni la lengua serbocroata ni el alfabeto cirílico, pero en los primeros meses salía del apuro con el francés e italiano, incluso con el latín, “que era la única lengua que conocía la patrona de casa, la única que habíamos estudiado las dos”.

En sus años de docencia en la ciudad italiana de Trieste conoció y pudo trabajar bajo la guía de otra gran filóloga, Margherita Morreale, catedrática en Padua. Sus estudios prosiguieron en Barcelona, donde se doctoró con una tesis sobre didáctica del español como lengua extranjera. Su principal contribución al español ha sido a través de los numerosos cursos de lengua impartidos en Belgrado, Trieste, Gorizia, Venecia y Trento a miles de estudiantes universitarios de diferentes facultades. Siempre ha elaborado sus propios materiales para los cursos que ha impartido y algunos de ellos se han convertido en libros de texto en un momento determinado. Con sus libros de gramática ha intentado facilitar el estudio de la lengua a sus alumnos, porque los ha escrito pensando en ellos, exponiendo de la manera más clara posible las nuevas teorías lingüísticas, principalmente de la gramática contrastiva y la gramática del texto, y ha facilitado la labor a los docentes que han usado estos manuales.

Como traductora, realiza una labor extraordinaria. Después de su traducción de 'Fantasmas de piedra' (Altaïr, 2012) y 'El fin del mundo equivocado' (Altaïr, 2013), ambos de Mauro Corona, Alida ha empezado a traducir 'Transeuropa Express', “un libro muy interesante de Paolo Rumiz, que relata un viaje por los países limítrofes a la Unión Europea y donde se encuentran todavía los valores de la vieja Europa”. Confiesa que la traducción de 'Fantasmas de piedra' le hizo regresar con la memoria a la infancia y adolescencia en su pueblo. “A muchos otros que lo han leído le ha sucedido lo mismo. Además está lleno de historias, personajes, leyendas, y está escrito con gran riqueza de léxico y un fuerte contenido poético, que es precisamente lo que logra encender todas las luces de la imaginación y despertar los sentidos. Corona nos encanta porque es un gran narrador de historias, y como nuestros abuelos nos llena la cabeza de maravillas”.

'Fantasmas de piedra' está lleno de historias, personajes, leyendas, y está escrito con gran riqueza de léxico y un fuerte contenido poético, que es precisamente lo que logra encender todas las luces de la imaginación y despertar los sentidos. Corona nos encanta porque es un gran narrador de historias, y como nuestros abuelos nos llena la cabeza de maravillas.

'Fantasmas de piedra', escrito con una sensibilidad exquisita, próxima por cierto al estilo de nuestro Julio Llamazares, es un libro esencial para entender la vida en los pueblos. “Hay libros que tienen ese poder de despertar en uno lo que está dormido dentro, lo que habías olvidado, libros que te transforman y te mejoran”, apostilla Alida, para quien 'El fin del mundo equivocado' es también un libro particular, “podríamos decir profético. Muchas de las cosas que predice en él están sucediendo con la crisis. La gente se da cuenta de que en caso de necesidad, muchas cosas que creía imprescindibles, no lo son, y en cambio otras que son realmente importantes no las habían valorado. Es un ataque a la sociedad de consumo, a la economía capitalista, y una defensa de unos valores y principios de solidaridad, de humanidad, de convivencia, que están en peligro de desaparecer junto con las manualidades, la artesanía y las mejores tradiciones del mundo rural, y que hay que intentar salvar”.

En la actualidad, está estudiando, además, los elementos de cohesión del discurso desde el punto de vista lingüístico, gramatical. Y acaba de salir un artículo en un volumen publicado por la Universidad de Venecia. También está preparando un curso de didáctica de la lengua para profesores de instituto. Y colabora de un modo activo en la editorial eBooksBierzo, que surgió de la mano de Valentín Carrera, “que es un periodista y escritor berciano admirable por su capacidad de trabajo y entusiasmo y por su amor incondicional al Bierzo... Una realidad que ha reunido en torno suyo a un grupo de escritores, filósofos, historiadores, lingüistas y artistas del Bierzo”. Cuenta que su experiencia ha sido muy positiva desde el inicio, primero en la fundación de este sello editorial y ahora en la edición de las obras de Gil y Carrasco.

Álida ya tiene casi terminado, a expensas de la revisión final. Su participación es con un estudio introductorio a 'Artículos de viajes y costumbres', el tomo VI de la Biblioteca Gil y Carrasco. “Se trata de una parte de la obra de Gil poco conocida y que, sin embargo, nos da las claves de su pensamiento y muestran el amor a su tierra”, concluye.

Entrevista breve a Alida Ares

“Los políticos deberían perseguir el bien común, no dilapidar el patrimonio social buscando su propio interés”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Escenas de cine mudo', de Julio Llamazares.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida)

Todos los que hacen bien su trabajo y que han contribuido a mejorar la vida de la gente.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable)

Algunos lo son mucho, sobre todo por vanidad.

Un rasgo que defina tu personalidad

Sociable.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Humanidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Los políticos deberían perseguir el bien común, no dilapidar el patrimonio social buscando su propio interés. En una película famosa, 'La clase dirigente', Peter O'Toole logra levantar con su pensamiento una pesada mesa y hacerla volar. Un país puede progresar gracias a las cualidades de sus clases dirigentes, por eso es tan importante que, quienes nos gobiernan, tengan una excelente preparación. Las universidades, y sobre todo de ciencias políticas, derecho y economía, deberían perseguir la excelencia. Y desde la escuela hay que enseñar a los niños a convivir, respetando las leyes y a los demás.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Estar con la gente que quiero, una buena comedia, bailar...

¿Por qué escribes?

En mi caso forma parte de mi trabajo, intento reflexionar sobre cuestiones lingüísticas que están poco claras, en primer lugar para mí misma, y luego para mis estudiantes también. En cambio la traducción me gusta porque pienso que ese libro podría gustarles leerlo a otros también.

¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario, la lengua?

No, para mejorar el estilo literario, no, manejan solo textos funcionales. Afectan a las comunicaciones y están revolucionando el 'marketing', porque abaratan la publicidad.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Si me preguntabas por mis escritores favoritos, están Canetti, Buzzatti, Tabucchi, Llamazares, Landero, Corona...

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Leo las críticas de libros que aparecen en los blogs de algunos autores y para mi trabajo acudo a menudo a las publicaciones digitales en portales y revistas, como el del Instituto Cervantes, Redele, Marco ELE, etc.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo

“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol” (Martín Luther King).

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