Lorenzo Gorostiaga: “La literatura es el periodismo vestido de domingo”

Lorenzo Gorostiaga

Manuel Cuenya

Director de Radio Nacional en León, ya en su última etapa laboral, Lorenzo Gorostiaga, prejubilado desde el 2006, reparte ahora su calendario entre las ciudades de León y Madrid, dedicando parte de su tiempo a la literatura y la pintura, sus aficiones de siempre, que además están interrelacionadas, según él, porque entiende que pintar es poner música a la partitura literaria de un soneto o una décima o espinela. “El retrato sería la imagen vista de frente. Los versos servirían para redondear el perfil del personaje. Sería como 're-pintar'...”, señala. Y agrega: “El paisaje o los bodegones, en lo literario, podrían adscribirse al género épico de la narrativa. Mientras que el retrato, centrado en la mirada del personaje y su gestualidad, encajaría en el género lírico”.

Como pintor autodidacta, Lorenzo defiende el academicismo pictórico y los cánones clásicos. Por eso, se siente muy a gusto en el hiperrealismo. Y confiesa su deslumbramiento ante el perfeccionismo pictórico y puntillista de Antonio López, Antonio Capel o la monja Isabel Guerra.

Y como autor del poemario 'Huellas y recuerdos de los Oteros: 101 sonetos de luz y color', del cual dice que podría asimilarse al género lírico -donde se atisba el dolor de alguna elegía, ciertas odas amatorias y alguna sátira-, y que es un compendio sentimental, de corte romántico (tal y como lo definiera también el cualificado crítico y escritor Nicolás Miñambres), Lorenzo reivindica a figuras como Fray Luis de León. Góngora, Quevedo y Calderón en el Barroco. A Bécquer, Espronceda y Rosalía de Castro en el Romanticismo. A Rubén Darío y Manuel Machado, en el Modernismo. A Antonio Machado y Unamuno como 'noventayochistas'. A Juan Ramón Jiménez, en el 'novecentismo'. A autores como Lorca, Alberti, Dámaso Alonso o Gerardo Diego..., de la Generación del 27. “¡Y cómo no, al oriolano Miguel Hernández!”, matiza.

El paisaje o los bodegones, en lo literario, podrían adscribirse al género épico de la narrativa. Mientras que el retrato, centrado en la mirada del personaje y su gestualidad, encajaría en el género lírico.

Está convencido de que nuestra tierra leonesa, “austera y cazurrina”, parece ser buen terreno de cultivo, tanto para la literatura como para las artes plásticas. “Si somos lo que comemos, como afirman los neurólogos, podríamos convenir en que artística y culturalmente estamos hiper-vitaminados. Ahí están las referencias en el tiempo... Desde Crémer hasta el polifacético Pedro G. Trapiello, pasando por los afamados 'espadañistas' Eugenio de Nora o el cura valderense y mentor González de Lama y los rezagados Antonio Pereira y Antonio Gamoneda. Destacado papel ocupan en el panorama nacional los 'claraboyistas' José María Merino, Luis Mateo Díez, Juan Pedro Aparicio, Agustín Delgado, Ángel Fierro... Por cierto, muy injustamente, nos olvidamos del ilustre e ilustrado Jesús Torbado y su prolífica obra literaria. Algo similar ocurre en caso de Julio Alonso Llamazares y de Andrés G. Trapiello”. En cuanto a artistas plásticos se puede afirmar lo mismo que de los narradores y poetas, aclara Lorenzo. “La lista sería interminable, empezando por Vela Zanetti y siguiendo por Sánchez Carralero, Rosendo García 'Sendo', Marcos Rubio o Seve Trapiello...”

El hecho de haber nacido en un pueblo, en concreto en Cubillas de los Oteros, le ha imprimido carácter a este autor leonés, que, por razones de estudio y trabajo, viviera durante años fuera de su tierra. Sin embargo, Lorenzo se confiesa 'perseguido' por incontables sensaciones, que se asoman a su memoria, como el volteo alocado de campanas, los atronadores cohetes (voladores) y el tamboril y la flauta de los coyantinos Colás y Domitilo con motivo de las fiestas de San Pedro y de San Isidro. “También se agolpan en mi memoria: el crotorar de la cigüeña en la torre de la iglesia, el crujir lastimoso de algún carro destartalado, el encadenado ladrido de perros en la noche oscura, el relinchar del caballo en celo, los balidos vespertinos de algún rebaño perezoso, la 'pinada del mayo'...Y cómo olvidarme de las compañías de teatro ambulante con su 'Tenorio' o 'Marcelino pan y vino'; la visita infalible de los componedores con sus cacerolas y cacharros... El lento germinar de los trigales, el camuflado nido de jilguero, las 'friegas' de la vendimia, el polvo de la trilla, el renqueante 'tren burra' con su tosferina crónica o el almibarado frescor del mosto efervescente en las bodegas...”. Asimismo, recuerda, con humor, que la capital leonesa le quedaba algo lejos y tan sólo la visitaba para acudir al médico especialista o para vestirse de primera comunión.

Etapas vitales

Después de estudiar el Bachillerato en Madrid y Filosofía en la Universidad de Salamanca, estuvo durante tres años como profesor en A Coruña. Regresó de nuevo a la capital de España, donde estudió a la vez Arte Dramático y Ciencias de la Información (Imagen y Sonido). Y fue en esa etapa de su vida cuando se inició en Radio Juventud de España, realizando programas musicales y espacios literarios. Además, participó en radionovelas, formando parte del cuadro de actores de Radiocadena Española y Cadena CES. Una época que Lorenzo recuerda con afecto porque como alumno de Arte Dramático aprendió -con Dña. Marta Santaolalla- la importancia de la ortofonía y la dicción. Conocimientos que intentó poner en práctica en su etapa como integrante del 'cuadro de actores' de Radiocadena Española y Cadena CES. “La modulación de la voz, la entonación, el ritmo y las cadencias son muy importantes en el medio radiofónico, donde la mímica no existe. Está claro que una oración enunciativa difiere de una exclamativa y, por supuesto, de una interrogativa. Todas esas precisiones hay que transmitirlas a través de la modulación de palabras y frases”, aclara. Y añade: “Por la mañana, parece conveniente elevar un poco el tono de voz, para despertar y desperezar al oyente... En el curso del día, hay que hablarle de tú a tú... Y, por la noche, se aconseja una voz más cálida y susurrante...”, dice como buen experto radiofonista.

Si somos lo que comemos, como afirman los neurólogos, podríamos convenir en que artística y culturalmente estamos hiper-vitaminados. Ahí están las referencias en el tiempo... Desde Crémer hasta el polifacético Pedro G. Trapiello.

A finales de los setenta aprueba, por oposición, una plaza fija de Locutor-comentarista en 'La Voz de Castellón', donde permanece por espacio de dos años. Y a principios de los ochenta es trasladado a la emisora 'La voz de León', donde ejerce de Locutor-comentarista y redactor de Informativos.

Acaba obteniendo la plaza de Jefe de Informativos y Programas en la cadena pública leonesa. Y en 2004 es designado Director de Radio Nacional en León. “La calidad frente a la cantidad”, era su lema. “Noticias las justas y bien documentadas... Siempre aposté por la información de rigor y contrastada, al margen de la codiciada 'primicia'”.

Una etapa laboral, ésta última, que significó mucho para él. “En León tuve la suerte de observar -desde la privilegiada atalaya de una emisora de radio- el devenir de los acontecimientos leoneses en las dos últimas décadas del siglo pasado y en el primer lustro el actual. Hubo, como en todo, luces y sombras, pero el balance es altamente positivo... De ese lapso de tiempo guardo imborrables recuerdos y entrañables amistades”.

Como periodista y autor literario cree que el periodismo debe ser claro, conciso, directo, y que la literatura mantiene con el periodismo ciertas concomitancias. “La literatura es el periodismo vestido de domingo”, asegura Lorenzo, para quien el periodista sabe la regla y el escritor conoce, además de la regla, la excepción.

En la actualidad, no descarta, en un futuro próximo, dar a conocer su obra pictórica -cerca de un centenar de óleos-, donde predominan los retratos, si bien cuenta con una colección de iglesias rurales, así como paisajes y bodegones. Y en lo literario anda 'liadín' con una nueva remesa de sonetos. “Tengo más de un centenar. Aunque, últimamente, me ha dado por la décima o espinela. El octosílabo es una estrofa más agradecida, que se suena mejor al oído. Además, me parece más fácil que el soneto endecasílabo, con sus cuartetos y sus tercetos”. Asegura que su próxima publicación de versos también irá ilustrada por nuevos retratos y alguna iglesia de la comarca de Los Oteros, su tierra.

También se agolpan en mi memoria: el crotorar de la cigüeña en la torre de la iglesia, el crujir lastimoso de algún carro destartalado... los balidos vespertinos de algún rebaño perezoso... las 'friegas' de la vendimia, el polvo de la trilla, el renqueante 'tren burra' con su tosferina crónica o el almibarado frescor del mosto efervescente en las bodegas....

Entrevista breve a Lorenzo Gorostiaga

“Una parte de la sociedad es reflejo de ciertos políticos y, por ende, encubridora y consentidora”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'El rayo que no cesa', de Miguel Hernández.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida)

'Il poverello' Francisco de Asís.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable)

Si me lo permites, matizaría y diría que “todo aquél o aquélla que disfraza de 'prosa poética' una mala prosa y una pésima poesía”.

Un rasgo que defina tu personalidad

El perfeccionismo hasta la tiranía.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La honestidad. O sea, la decencia moral y social.

Portada libro: 'Huellas y recuerdos de los Oteros'

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política es necesaria. Imprescindible. Y sobre los que encarnan esa política, me veo obligado a matizar: hay políticos 'honestos'. Otros, me parecen “trepas, oportunistas y arribistas de medio pelo”, totalmente prescindibles y amortizables. Y algunos, directamente “ajusticiables y encarcelables”.

¿La sociedad? Debo también matizar. Una parte de ella es reflejo de ciertos políticos y, por ende, encubridora y consentidora de no pocos desmanes. La otra, más numerosa, cabal y exigente, está muy por encima de quienes la gobiernan y tutelan.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Con la que está cayendo, en este especial momento no encuentro demasiados divertimentos. Si se refiere a mi lema de vida e ideario, sólo pido cuatro cosas, que resumiré en una cuarteta: Un 'boli' para escribir. / Un lienzo para pintar./ Salud para compartir / e ilusión para soñar.

¿Por qué escribes?

Por recomendación médica, jejeje... Sencillamente, ¡para desfogarme! Me parece una buena terapia.

¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Estoy seguro de ello. Son herramientas determinantes a la hora de publicitar facetas artísticas, sean buenas o menos buenas.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

El ser humano y su 'orteguiana' circunstancia. Esto es: la relación con nuestros semejantes, el amor, el dolor y el más allá.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No. Confieso que me siento superado por este nuevo espacio virtual de Internet.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo

Entre el ayer y el mañana/ el hombre va de camino/ tanteando –como un ciego-/ el borde de dos abismos.

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