Miguel Paz: “León es un territorio donde siempre irrumpe, como un susurro, el placer y la expectación de la memoria”

Miguel Paz. Foto: Sara Paz

Manuel Cuenya

Ganador de varios premios literarios, entre otros el Primer Certamen 'El colectivo de Londres', patrocinado por el Instituto Cervantes de la capital inglesa, o el Certamen de Relatos de 'Diario de León', Miguel Paz Cabanas es un narrador nato, que no sólo escribe relatos breves sino también algún ensayo como 'Al otro lado del espejo' y algunas novelas o memorias como 'Memorias de un cabrón resentido' (editada por CamparredOnda, que tanto me hace recordar, por título y estilo, al genio Umbral), aunque Miguel Paz no cite, entre sus preferidos, al autor de 'Retrato de un joven malvado: memorias prematuras'.

Nacido en el País Vasco, en Sestao en concreto, con orígenes gallegos, Miguel lleva viviendo en León desde finales de los años ochenta, con lo cual es un autor leonés por derecho propio, si bien él aclara que se considera autor, sin más, siendo consciente de que no es lo mismo escribir en León que en otro sitio, “y especialmente si lo hago en Babia –apostilla-, donde me llegan a influir elementos primordiales como su silencio o su luz. Y reconozco que en más de una ocasión los paisajes de mi infancia leonesa han merodeado por las páginas de mis libros”. Resulta revelador lo que nos cuenta en el capítulo titulado 'La nostalgia del nómada', perteneciente a sus 'Memorias de un cabrón resentido'. Dice así: “Puse los pies en León siendo un crío, recién casado, sin trabajo, a punto de ser padre, con una mano detrás y otra en la espalda, como se suele decir, y el primer día que paseaba solo por su avenida principal vi un rótulo luminoso que marcaba diez grados bajo cero y en ese momento, no sé si por haber leído recientemente Dr. Zivago, o por un ataque de pavor, estuve a punto de meterme en una cabina y pedirle a mis padres que viniesen con urgencia a sacarme de allí...”. Asimismo, también se hace interesante el pasaje que le dedica a 'Babia' en este mismo libro: “Babia tal vez no exista, como no existen las sirenas, ni los unicornios, ni las islas salvajes de Moby Dick. Y no sólo porque se haya convertido en una metáfora universal, o en una ficción del lenguaje, sino porque en ella, de repente, el tiempo adquiere una insólita magnitud”. Y en este sentido, Miguel cree que León es tierra de narradores y poetas porque vive rodeado de leyendas y seres pintorescos, y su geografía, tanto la física como la humana, suscita ensoñaciones que tienen mucho de literario. “Hablamos de un territorio donde siempre irrumpe, como un susurro, el placer y la expectación de la memoria”.

Babia tal vez no exista, como no existen las sirenas, ni los unicornios, ni las islas salvajes de Moby Dick. Y no sólo porque se haya convertido en una metáfora universal, o en una ficción del lenguaje, sino porque en ella, de repente, el tiempo adquiere una insólita magnitud.

Narrativa breve

Como cuentista o especialista en narrativa breve ha publicado dos libros de relatos, 'Cuentos crueles para leer tumbado en la cama“ (Ediciones Leteo, 2006) y 'Ángeles, detectives y otros fracasados' (Eolas Ediciones, 2012), ha ganado, como ya habíamos adelantado, múltiples certámenes, lo que me hace rememorar a Terrín Benavides, el escritor español que más premios ha ganado en todo el mundo. Respecto a los premios, Miguel -que no pretende pecar de falsa modestia-, cree que para ganar un premio se pierden muchísimos más y por supuesto siempre influye la suerte. ”En cualquier caso, es imprescindible la autoexigencia y aspirar siempre a la perfección“, matiza este avezado narrador, cuyos relatos han sido incluidos en varias antologías, lo que se le antoja gratificante, y cuyos secretos (mejor dicho, técnicas) para que un relato salga o fluya redondo sería la aplicación de la depuración o economía narrativa, la precisión verbal, la intensidad, una visión divergente y creativa de la realidad y un final sorprendente.

La escritura de su relato 'Los exterminadores', basado en su propia experiencia hospitalaria, víctima de un virus impredecible y maléfico, hace ahora un año, le sirvió como válvula de escape, una forma de fugarse, dice él, de una situación durísima a través de la imaginación: “soñar que me cubrían con una pequeña manta en medio de una tempestad heladora”. Un relato por el que también recibiera un reconocimiento literario. Algo de lo que se alegra uno mucho, por el premio pero sobre todo por la recuperación satisfactoria de Miguel Paz. Una vez más la palabra escrita, la escritura literaria, ha funcionado como sanadora. Y esto lo sabe bien el autor de 'Los abedules enanos', que cursó estudios de psicología, disciplina que le ha ayudado asimismo a profundizar en los rasgos de algunos de sus protagonistas y a bucear más fácilmente, cuando construye un personaje, en la naturaleza humana.

Existencialista y surrealista

Como novelista, a Miguel le gusta experimentar y moverse en distintos registros, desde la 'road movie' existencialista que se desarrolla en 'El viaje del idiota', al recurso del pensamiento continuo o el monólogo desbocado de 'Los abedules enanos'.

El columnismo te exige estar en contacto constante con la realidad y tener el espíritu crítico bien afilado.

La propuesta de 'El viaje del idiota', cuyo título resulta atractivo a la vez que remite en cierto modo a Faulkner (uno de sus autores preferidos), nos adentra en un universo surrealista, delirante por momentos, poblado de personajes singulares, grotescos, aderezado todo con humor. “Un viaje lunático-existencial, narrado desde la melancolía y el sarcasmo más furibundo”. Cuenta su prologuista, Alberto R. Torices, el también escritor y amigo de Miguel, que 'El viaje del idiota' es una historia que hará reír primero, pensar después, llorar por último. “Conmovedora, incisiva, descacharrante; pero sobre todo, impagable como instrumento al servicio del mandato antiguo, aquel 'conócete a ti mismo' que constituye el saber más elevado al que puede aspirar un ser humano”. Con esta novela-viaje logra algo que sólo procura el arte, intensas emociones, y además nos invita a reflexionar sobre la condición humana.

Aparte de Faulkner, Miguel dice que en su obra han influido autores que poblaron sus lecturas desde la adolescencia, pero que no hay un escritor concreto que haya definido su estilo. No obstante, como novelista, siente veneración por Melville (tal vez por esto hubo un tiempo en que pensó en dejar sus estudios y hacerse a la mar), y en el campo del relato, junto a Cortázar y Borges, siente debilidad por los autores americanos del gótico sureño, como Capote, Flannery O´Connor o Carson McCullers.

En su faceta como ensayista, Miguel también ha sido avalado con premios como el 'Letras Jóvenes' o el 'Premio de Ensayos de la Fundación Santamaría'. 'Al otro lado del espejo' fue el primer ensayo que le publicaron y abunda en la presencia del fascismo en los comportamientos cotidianos, que siempre le ha obsesionado. “Creo, por cierto, que hoy esa amenaza es cada día más abrumadora”, explica con lucidez.

Cabe reseñar asimismo su labor como articulista o columnista de opinión, en tiempos para Diario de León, con su sección 'Contracorrientes', un género literario en toda regla, el artículo –dice él- que le ha procurado muchas satisfacciones, porque “te exige estar en contacto constante con la realidad y tener el espíritu crítico bien afilado”.

Siente admiración por el Club Leteo, Camparredonda y Eolas ediciones porque le parecen proyectos ilusionantes e irrepetibles y, sobre todo, personas: “las que están detrás de esas iniciativas, a quienes me une la admiración y la amistad”.

A propósito del Club Leteo, que próximamente entregará el premio en León al autor napolitano Erri de Luca (amigo por cierto de otro grande de las letras como es Marco Corona), Miguel recuerda que cuando llegó a León no conocía a nadie y un puñado de años después había sido adoptado por los miembros de este Club (el club de los poetas vivos), “un grupo de jovenzuelos que cultivaba la literatura y la poesía con la desfachatez libertaria de quienes echan azufre en las azaleas de los jardines públicos, o tiñen de rojo el pubis de sus chicas en las noches de luna llena” ('Leteo', 'Memorias de un cabrón resentido').

Creo, por cierto, que la presencia del fascismo, en los comportamientos cotidianos, es hoy una amenaza cada vez más abrumadora.

En la actualidad, acaba de escribir una novela breve y está enfrascado en otra de más largo recorrido. “Siempre estoy trabajando con relatos”, concluye.

Entrevista breve a Miguel Paz Cabanas

“Nuestra sociedad sigue caracterizándose por un pensamiento débil, irreflexivo y asombrosamente necio”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Citaré varios: 'El guardián entre el centeno'. 'El arpa de hierba'. Cualquiera de los libros de John Cheever y, por supuesto, 'Moby Dick'.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

No puedo quedarme con un solo personaje: la literatura está llena de héroes y fracasados terribles y conmovedores.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Cualquiera de los clásicos que me obligaron a leer en el Instituto, sobre todo aquellos cuya lectura parecía que la hacías “peñas arriba”.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Cierta serenidad melancólica.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?Portada de 'El viaje del idiota'.

La honestidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política actual es, literalmente, un pudridero lleno de falsos profetas, embusteros, cantamañanas y cuentistas de zoco.

Nuestra sociedad sigue caracterizándose por un pensamiento débil, irreflexivo y asombrosamente necio.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Ese humor surrealista que encuentras en las comedias corrosivas, en los Monty Python, en Groucho Marx, en Faemino y Cansado o en amigos que hacen gala de una ironía ejemplar. Y me divierten muchísimo los niños pequeños que juegan en los patios sin saberse observados.

¿Por qué escribes?

Es mi forma de abordar la misteriosa complejidad de la vida. Creo que también es una opción razonable al suicidio.

¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Puestos a elegir, prefiero el género epistolar, especialmente las cartas de amor.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Lecturas lejanas, cuya trama casi ya no recuerdo, pero que me dejaron una huella perdurable y sentimental.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Durante años escribí un blog literario llamado 'carpantaesanarquista.blogspot.com', y fue una buena experiencia, pues estaba en contacto directo con cualquier lector del mundo que desease expresarme su opinión sobre mis textos.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Me quedo con la célebre cita de 'Macbeth', en traducción de Guillermo Whitelow: “Sombra ambulante es esta vida, mísero actor que en el escenario se afana y pavonea un momento y al cabo, para siempre, calla su voz. Relato de un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa”.

Y algo de mi propia cosecha: Vivir es percibir la misteriosa, triste belleza que, a veces, nos salva de la desolación.

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