El Ponfeblino, el tren minero que busca una reconversión turística que nunca llega

Una máquina en la línea Ponferrada-Villablino. Foto: Ayto. de Villablino

Información Antonio Vega | Gráfico: Dativo Rodríguez

El Ponfeblino, nombre popular con el que se conoce el tren que une Ponferrada y Villablino desde 1919, vuelve cada legislatura a colación como uno de esos activos semisecretos que existen en la provincia de León y que por azares, o manos negras, del destino siguen sin devolver a la sociedad todo su potencial.

Dos noticias recientes lo traen de actualidad. Por un lado la intención del Consorcio para el Tren Turístico Ponfeblino, conformado por por los Ayuntamientos de Ponferrada, Cubillos del Sil, Toreno, Páramo del Sil, Palacios del Sil y Villablino, de retomar firmemente su intención de poner en marcha un tren turístico que aproveche este recurso actualmente en desuso. La otra noticia es el próximo inicio de las obras del Camino Natural del ramal de esta vía entre Villaseca de Laciana y Villablino, con una gran polémica porque el proyecto contempla levantar los raíles de la misma, algo a lo que se oponen numerosos colectivos culturales.

El Ponfeblino fue la solución de principios de siglo para dar salida al carbón lacianiego hacia el resto de la península. Además, se aprovechó para que también sirviera como transporte de viajeros y de correo entre ambas comarcas a través de la vía estrecha. Un ferrocarril realizado casi por obligación ya que el entonces ministro Francisco Cambó amenazó a las empresas mineras con nacionalizarlas si no apoyaban el proyecto. En juego estaba nada más y nada menos que la supervivencia energética de todo el país, absolutamente dependiente del carbón y que por la Primera Guerra Mundial alcanzaba precios astronómicos por lo que el país no podía importarlo.

La vía del Ponfeblino lleva varios años en desuso tras la última crisis de la minería.

La situación actual de esta línea es compleja. Se trata de uno de los activos que quedan de la quebrada Coto Minero Cantábrico-CMC (sucesora de su histórica dueña la Minero Siderúrgica de Ponferrada-MSP) y que saldrá a la venta como parte del proceso concursal. La Asociación Ferroviaria Berciana reclamó hace unos meses al Ministerio de Fomento la compra de la concesión ferroviaria para hacer el tren turístico. La otra opción viable es que ante el desuso e incumplimiento de la concesión, renovada en 1999 por 50 años, la Junta de Castilla y León se la retire y busque un nuevo concesionario. Una oportunidad única para que se retome su uso para viajeros y el anhelado tren turístico.

Las vías del Ponfeblino llevan más de un año sin que circule ningún tren y desde finales de 2012 sin que sirvan para el transporte de carbón. La inactividad coincide con la crisis en el sector minero provocada por los recortes del Gobierno del PP y que llevaron a procesos concursales a buena parte del sector, Coto Minero Cantábrico incluída. No obstante varias fuentes consultadas por ileon.com consideran que el estado de la vía es bueno, más allá de algunos problemas puntuales de robos de material que sería necesario reponer.

Viabilidad del tren turístico en discusión

Un estudio de viabilidad técnica y jurídica del uso turístico del Ponfeblino, realizado por la empresa TRN Ingeniería y Planificación de Infraestructuras por 93.000 euros, y que fue entregado a la Consejería de Cultura y Turismo en julio de 2013 estimaba en un mínimo de 20 millones de euros el acondicionamiento de la vía para trenes diésel y uso turístico. Si el uso quería ser para trenes de vapor, cabe recordar que esta línea fue la última de pasajeros a vapor en cerrarse en Europa occidental, la factura ascendería a 25 millones. Otras opciones ampliadas ya subían los costes por encima de los 40 millones de euros, al contemplar la llegada del tren a Ponferrada ciudad. Actualmente la línea sólo llega a Cubillos del Sil ya que le tramo hasta la capital del Bierzo fue desmantelado.

No obstante este estudio tuvo grandes críticas por sus elevados importes y una empresa catalana que gestiona otro tren turístico a vapor -ARMF (Asociación para la Reconstrucción de Material Ferroviario)- rebajó esos costes a cifras que no superaban los tres millones y en el caso de que se prolongase hasta Ponferrada, la totalidad de la línea podría ejecutarse por unos 15 millones de euros. Y advertían que hay dos formas de ver el Ponfeblino, “una posibilista y otra obstaculizadora”.

El Consorcio para el Tren Turístico Ponfeblino ha retomado con fuerza desde la constitución de los nuevos ayuntamientos un estudio de viabilidad del proyecto, decididos a que se convierta en una realidad lo más pronto posible y convencidos de lo que podría aportar a la deprimida economía de la zona.

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Singularidades y anécdotas del Ponfeblino

El tren de viajeros, y correo, por la línea del Ponfeblino dejó de funcionar un 12 de mayo 1980, siendo el último de Europa occidental en funcionar a vapor y en tener las clásicas tres clases de viajeros. Dos de sus históricos vagones pueden verse en otros usos actualmente, como en oficina de turismo de Villablino y en la sede del CIT de Santa Marina del Sil.

La concesión definitiva de este ferrocarril fue otorgada un 20 de julio de 1918 a Pedro Ortiz y Muriel, sobre un proyecto redactado el 22 de enero de 1918 de casi 70 kilómetros por el ingeniero de caminos José María Alonso Areyzaga, aceptando Ortiz las condiciones particulares de la concesión y depositada una fianza de un millón de pesetas. Ortiz fue luego uno de los fundadores unos meses después de la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), que gestionó el ferrocarril hasta convertirse en Coto Minero Cantábrico.

El Ponfeblino fue la última línea de viajeros a vapor cerrada en Europa occidental en 1980

El interés de su construcción obedecía entonces a la crisis de combustibles que se derivaba de la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial de 1914. La dependencia del carbón inglés, cifrada en el 40% del consumo, produjo desajustes en los medios de explotación y distribución y el Gobierno de Antonio Maura, ante la escasez de carbones, decidió potenciar la extraccion de carbones en la zona de Villablino. Pero esa extracción necesitaba una red de distribución y ahí surge entonces el Ponfeblino. El impulsor administrativo de este ferrocarril fue realmente el ministro de Fomento, Francisco Cambó, quien consciente de los problemas de carestía de combustibles que afrontaba España, llegó a amenazar con la nacionalización de las minas si no apoyaban el proyecto ferroviario. Las obras apenas duraron diez meses, inferior a los catorce inicialmente previstos para un trazado de casi 70 kilómetros.

En el año 1995 el ramal que unía Villablino y Villaseca de Laciana dejó de ser usado. El Ayuntamiento de Villablino ha impulsado ahora un Camino Natural que financia el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y que contempla la retirada de las vías a lo largo los casi 6 kilómetros de la línea férrea que ocupa. Unas obras ya adjudicadas y con un plazo de ejecución de 15 meses que tienen soliviantados a los colectivos ferroviarios y culturales de la zona por considerar que se trata de una destrucción del patrimonio y la historia de la comarca.

En mayo de 2013 la locomotora Número 31 del Ponfeblino, considerada la auténtica joya del parque de locomotoras de la antigua Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), volvió a funcionar tras haber sido la última a vapor que recorrió en 1989 la distancia entre Villablino y Ponferrada. Fue adquirida en 1943 a la Sociedad Minera Guipuzcoana y construída por J.A. Maffei en Múnich en 1913. Un siglo después de su construcción espera en estado de funcionamiento en el Museo del Ferrocarril de Ponferrada a que una decisión política le pemita volver a recorrer las que fueron sus vías. Y volver a generar riqueza para El Bierzo y Laciana.

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