Violeta Serrano: “Argentina ha crecido con la fuerza de trabajo de los emigrantes, en su gran mayoría”

Violeta Serrano. Foto de Juan Escolar

Manuel Cuenya

AQUÍ las mujeres enhebran sus patas

con hilos de agujas en las que no creen.

Aquí los hombres no disimulan su hambre

de conchas desnudas y pechos

de esquejes y algas.

No disimula nadie aquí

el impulso sexual del ciudadano.

Han dado por hecho,

Han dado por sentado,

que el piropo es cultura

de caña y de ley.

Esta ciudad es un estambre de deseo

la verborrea está instaurada

en las copas de los árboles

a los que se encaraman los voyeurs

en busca de alimento.

Esta ciudad merece una mujer

subida a un camión

una mujer peluda y zafia

que diga, che,

andate a la concha de tu hermana

y fijate que ella también es mujer.

(Violeta Serrano, 'Camino de ida')

Poeta, periodista, Licenciada en Filología, Violeta Serrano acaba de publicar 'Camino de ida' (editorial Modesto Rimba, 2016), un poemario en verso libre, que incluye algunos textos en prosa poética, escrito con las entrañas, asegura su creadora, acerca del viaje que emprendiera desde su tierra natal de la Maragatería, para buscarse la vida, hasta el fin del mundo, en este caso situado en Argentina, y en concreto en la ciudad de Buenos Aires, donde Violeta está desarrollando su carrera profesional como colaboradora en diferentes medios y co-directora, junto con Carlos Skliar, del posgrado internacional 'Escrituras: creatividad humana y comunicación' de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), que realizan en cooperación entre Argentina, México y Barcelona.

Recuerda que Argentina le dio las oportunidades que España no le permitió alcanzar, lo que resulta escalofriante, porque, aunque sabemos que el nuestro se comporta a menudo como una “madrastra” (como también dijera el premio Cervantes Juan Goytisolo), causa tristeza que nuestros jóvenes, sin duda los mejor formados de toda la historia, se tengan que ir del país. Como ya ocurriera en otras épocas.

Cuando ella se fue de España el paro juvenil rondaba cifras vergonzosas, pero hoy seguimos ídem de lienzo. Y esto va para rato, parece. O a lo peor siempre vamos a estar en crisis, no sólo económica, sino espiritual, porque Violeta cree que, en ese contexto de desempleo salvaje, hubiera podido encontrar algo, incluso bueno, tal vez, pero en ningún caso –concreta ella- hubiera podido desarrollarse profesionalmente para lo que se había formado. “De los argentinos he aprendido muchísimo: sobre todo que todo es posible si tenés el ingenio y la necesidad suficiente. Caerse, levantarse, intentarlo de nuevo, intentarlo mejor. Supongo que es la idiosincrasia de este país”, señala Violeta, consciente de que, el hecho de vivir tan lejos, fuera de su matria, le ha permitido conocerse mucho mejor como persona, dándose realmente cuenta de cuáles son sus raíces, cómo se conforma su carácter. Y es entonces cuando siente más morriña por su tierra, porque sabe que no puede llegar a ella tan fácilmente y además vive constantemente en una cultura distinta a la suya, “con otras costumbres, con otra forma de relacionarse, con otros códigos, etc.”, apostilla Violeta, que rememora con afecto y nostalgia Astorga como el lugar de su adolescencia, donde fue feliz, atrevida, torpe, y absolutamente desgraciada, según ella. “En fin: adolescente”. Y sobre todo recuerda su infancia, ligada a su pueblo, el Val de San Román, que es la tierra que realmente extraña cuando la ciudad la agota.

De los argentinos he aprendido muchísimo: sobre todo que todo es posible si tenés el ingenio y la necesidad suficiente. Caerse, levantarse, intentarlo de nuevo, intentarlo mejor. Supongo que es la idiosincrasia de este país

En Buenos Aires ha encontrado su lugar en el mundo. Y ha podido y puede dedicarse a lo que en verdad le apasiona, que es el periodismo cultural para distintos medios, en los que procura no detenerse en la lectura del libro que reseña, por ejemplo, sino ir más allá –matiza ella-, realizando una labor de investigación acerca del autor o autora, planteándose por qué ha escrito tal obra, buscando pros y contras, enfrentando sus teorías con las de otros, para finalmente escribir una opinión propia con rigor y belleza. No es fácil, en todo caso, porque el trabajo periodístico se hace, en su opinión, a una velocidad de relámpago; “todos sabemos que con lo mal que se paga, uno debe hacer esto mientras realiza varias actividades más. No por ello hay que perder el rigor, creo. Sí hay que aprender a optimizar al máximo los tiempos”, puntualiza Violeta, a quien le parece que la relación entre periodismo y literatura debe ser estrecha, sobre todo desde la óptica del periodismo que mira a la literatura: “debe echar mano de las herramientas que ésta le proporciona para generar textos propios que sean verdaderamente relevantes y que tengan alguna incidencia en los lectores”.

Desde hace un par de años, dirige una revista digital: www.continuidaddeloslibros.com, una de las cosas de las que más orgullosa está, en su opinión, porque ha sido uno de los pilares fundamentales para hacer su camino en Buenos Aires. Señala que con muy pocos recursos han logrado mantener una publicación digital de calidad en la que se mezclan grandes firmas (Leonardo Padura, Enrique Vila-Matas, Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina, Leila Guerriero, Rodrigo Fresán, etc.) con autores o periodistas apenas conocidos aún. “La idea es generar vínculos entre ambas partes”, sintetiza Violeta, convencida de que, a través de esta revista, se difumina esa brecha y se generan oportunidades para quienes trabajan con seriedad y esfuerzo. Aparte de ella misma, reconoce el gran apoyo de todo un equipo de trabajo en el que figuran el editor Fernando Pittaro, Patricia Gutiérrez, la ilustradora (también maragata como Violeta), Magdalena Siedlecki, fotógrafa, Isabel Cristina Arenas, redactora y analista web y Dolores Caviglia, redactora, entre otros. “Mi idea, ahora que se ha estabilizado, es ir mejorando la propuesta hasta ampliar el arco de público receptor. En eso estamos. Y en mil cosas más: es la maldición del siglo XXI”. Curiosamente, hay dos maragatas en el equipo de esta revista digital, Violeta Serrano y Patricia Gutiérrez, que está viviendo ahora en Francia.

En lo referente a la impartición de su posgrado internacional, dice que trabaja sobre la hipótesis de la necesidad del arte (la literatura, la poesía, el cine, el teatro, etc.) para los seres humanos. “Cómo nos construye como seres sociales, cómo a través del consumo y la producción del mismo generamos identidades conformando nuestra memoria, tanto colectiva como individual, etc. En un recorrido que va desde la poesía hasta el ensayo, pasando por la narrativa, la dramaturgia y el cine, ahondamos en las diferentes formas que adquiere la escritura. Incluimos además un módulo de periodismo cultural: a través de él aportamos las herramientas necesarias para reflexionar acerca de la importancia de esta rama del periodismo en el sentido de generadora de canon en este mundo tan veloz en el que nos llega información que apenas podemos codificar”. Se trata de una formación muy interesante que, en palabras de su co-directora, funciona como una rueda: “de la producción del arte a cómo ese arte vuelve a insertarse en la sociedad a través de la labor del periodismo cultural”. Para rematar este curso al alumnado se le propone elegir un tema sobre el que desee escribir y la forma en que debe hacerlo. Un curso que ha despertado la atención entre la población estudiantil pues Violeta asegura que han tenido más de 300 alumnos y alumnas en apenas dos años. Ya van por la cuarta edición de este posgrado, que se realiza de forma virtual, por lo que cualquiera, que lo desee, puede hacerlo desde cualquier lugar del mundo, incluso desde León. Ahora mismo la inscripción está abierta. Quien tenga interés puede ponerse en contacto a través de este correo electrónico: escrituras@flacso.org.ar

Escribir es enfrentarse

Con el payaso que te mira

desde el otro lado del espejo.

Conseguirlo es cambiarle el sitio,

Carcajearse de la vida

Que pasa indolente ante el espejo.

(Violeta Serrano, 'Camino de ida')

Del lado de acá y del lado de allá

Todos sabemos que con lo mal que se paga el trabajo periodístico, uno debe hacer esto mientras realiza varias actividades más. No por ello hay que perder el rigor, creo. Sí hay que aprender a optimizar al máximo los tiempos

Si bien acaba de publicar su poemario, 'Camino de ida', algunos de cuyos poemas están dedicados a los poetas Leopoldo María Panero y Juan Gelman, además de otros sobre la ciudad de Buenos Aires, el primer poemario que escribiera, aún inédito, al menos en su totalidad, se titula 'Y si el lobo fuese llave', por el que recibiera un accésit en el Premio Félix Francisco Casanova en 2012. Gracias a este poemario, cuenta Violeta que fue invitada a leer en algunos eventos realizados en León por Rafael Saravia en 2013, antes de irse a vivir a Buenos Aires. “Fue el primer poemario que escribí. Rescaté algunos poemas de aquel para incluirlos en éste. Quizás algún día vuelva a él y se publique como primera obra”, precisa Violeta, que siente que su obra bebe de la paradoja que puede sentir todo exiliado que se tome en serio su condición. “Y hay muchos: 44 españoles por día entran a Argentina. Supongo que esa sensación de ser de acá, de allá y de ninguna parte, o de las dos, es una cuestión ya extendida. Más en este país que, de base, ha crecido con la fuerza de trabajo de los emigrantes, en su gran mayoría”. Este poemario le ha permitido reflexionar acerca de cómo ella se construye en la distancia, cómo se da cuenta de lo que extraña su tierra pero, a la vez, es consciente de que si no estuviese tan lejos no se habría atrevido a apostar tan fuerte. Aunque vive fuera de la provincia leonesa, sí está al tanto de lo que se hace, expresando su predilección por el trabajo del poeta Yago Ferreiro, cuya poesía le parece absolutamente original. “Admiro la capacidad que tiene para generar obras ingeniosas, sutiles y bellas”, especifica esta poeta y periodista, que en este momento, debido a que justamente se acaba de publicar su 'Camino de ida', está trabajando con una dramaturga y poeta excelente llamada Macarena Trigo. “Ella también es castellanoleonesa y hace más de diez años que reside acá. Se enamoró perdidamente del teatro porteño, y no me extraña, ya que es una de las cosas más maravillosas que hay en esta ciudad. Con ella hemos organizado una suerte de representación de 'Camino de ida', que funcionará como una extensión del libro: transitaremos por el puente entre Argentina y España sin tocar los tópicos. Se podrá oír una jarcha mozárabe, por ejemplo, y será gracioso porque acá apenas nadie tendrá idea de qué estamos hablando. Recitaremos poemas míos y suyos –que son tan buenos que se te paran los pulsos, como dice la canción- y reflexionaremos sobre esa condición de extranjera perpetua”, se expresa esta creadora maragata-porteña, que, aunque no ha nacido dentro de un círculo de contactos –si bien sus padres, profesores de secundaria, son los responsables de su amor por la literatura-, se ha hecho un hueco y se ha abierto paso en un mundo tan competitivo como el literario y el periodístico en ese país llamado Argentina.

Entrevista breve a Violeta Serrano

“El mundo se ha convertido en un lugar hostil vestido de algodón”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Las personas del verbo', de Jaime Gil de Biedma.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Enrique Vila-Matas, porque no te podría decir si es imprescindible en la vida o en la literatura. Ha conseguido vivir entre ambos mundos sin que sepamos dónde encuadrarlo. Lo admiro como escritor y como persona, ya que he tenido el placer de conocerle desde que lo entrevisté para www.continuidaddeloslibros.com y cada día que pasa más gratamente me sorprende su personalidad.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Tengo clarísimo el nombre pero como está vivo me parece poco elegante ser tan categórica. Me lo guardo para la intimidad.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Valentía.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Franqueza.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Perversidad. Esa es la palabra justa para nombrar lo que está sucediendo. Un canibalismo propio de la Edad Media en pleno siglo XXI. Golpes de Estado que no parecen serlo, seres humanos que son asediados en pleno continente europeo, Donald Trump asomando los dientes, un neoliberalismo que en su ferocidad está olvidando que necesita consumidores para legitimarse y, alrededor, una sociedad que parece creer que todo esto no está sucediendo o que no es tan grave como hace cuarenta años donde los gobiernos caían a hostias en vez de con sutileza. Es muy complejo: el mundo se ha convertido en un lugar hostil vestido de algodón. Es difícil asumir la gravedad de los acontecimientos en tiempo presente pero creo que urge poner las cosas negro sobre blanco. O nos devoraremos a nosotros mismos.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Comer rico.

¿Por qué escribes?

Porque no puedo evitarlo.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Sí. Pero cuidado: es conveniente no caer en la trampa. Usarlas, sí, pero no al revés. Y la frontera es muy débil.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Para poesía: Antonio Gamoneda, Leopoldo María Panero y Jaime Gil de Biedma. Para narrativa: Nabokov, Chirbes, Bolaño y todo aquel autor que me mueva las tripas cuando lo leo.

Para periodismo: Leila Guerriero y Alfonso Armada. Este último es un descubrimiento muy reciente que me tiene fascinada. Acaba de publicar 'Sarajevo', por editorial Malpaso, y hace poco le entrevisté para RADAR, del diario 'Página12' de Argentina. Un gran escritor, sin duda.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Responsabilidad para transitarlo.

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