Javier Cartago: “La poesía me desatasca cuando tengo un nudo de emociones”

Manuel Cuenya

6 de diciembre de 2016 16:46h

LA MUERTE HABITA

LO QUE EL HOMBRE SUEÑA

LA MEMORIA OLVIDA

LO QUE EL HOMBRE PERDONA

(Javier Cartago, 'Tregua')

Viajero entre paisajes y espacios en blanco y negro, nómada buscando el amor, como él mismo dice de sí mismo, Javier Cartago, que toma su apellido artístico de 'El libro de Cartago' de Cirlot, es un poeta vinculado a León, por sus orígenes familiares y por el cariño que siente hacia esta tierra. Aunque nacido en Valladolid (“un accidente geográfico”), se crio en las riberas del Esla y pasó sus veranos de infancia en Santa Cruz del Sil (El Bierzo). Recuerda cómo su madre le recitaba el himno leonés. Y rememora con nostalgia las oscuras y largas noches en la discoteca La Estrella de Mansilla de las Mulas.

Viajero en el sentido de que cada uno de sus viajes se convierte en recuerdo y los recuerdos se transforman en memoria, en memoria literaria. La literatura, la poesía como algo que impregna su vida, desde que era un adolescente. La poesía como algo que da sentido, claridad, seguridad... a su vida, “me desatasca cuando tengo un nudo de emociones y transmite todos mis silencios”, aclara este creador, al que le entusiasma el Ágora de poesía, que se celebra en la ciudad de León el último viernes de cada mes, “un evento singular y magnífico que siempre recomendaré: si León inventó el parlamentarismo político, el ágora es la trasposición actual a la poesía. Una gran casa abierta a todos los estilos y a todas las voces, algo único y que llevaré siempre en mi corazón”, señala Javier, que siente admiración por Antonio Gamoneda y Juan Carlos Mestre. Y cree que León es una de las joyas de la literatura española, tanto por la calidad como por la cantidad de sus escritores, entre otros muchos –apostilla– Luis Mateo Díez, Jesús Torbado, Julio Llamazares, Juan Pedro Aparicio, o los Panero.

Si León inventó el parlamentarismo político, el ágora es la trasposición actual a la poesía. Una gran casa abierta a todos los estilos y a todas las voces, algo único y que llevaré siempre en mi corazón

El Premio Nacional de Poesía Juan Carlos Mestre ha sido el encargado de ilustrar su ópera prima, 'Tregua“, que la editorial LápizCero publicara este año. Agradece Javier, tanto a Mestre como a su editor Xavier de Tusalle, que hayan depositado su confianza en su obra. ”Mestre es un escritor al que sigo desde hace muchos años. Conocer su obra gráfica me enamoró como sus versos... Él me ha demostrado que no es sólo una gran figura literaria, sino una gran persona: mi gratitud será eterna con él“.

Respecto a su editor, Javier lo conoció cuando vino a León a presentar la primera edición de 'Ágora de la poesía'. Y le propuso publicar en su editorial. “Para mí un sueño...Trabajar con él es muy fácil; es un gran profesional, que sabe qué hacer en todo momento”, precisa Cartago, cuyo poemario está escrito con las entrañas, con sabores y aromas existencialistas, en el que su autor nos invita a reflexionar acerca de la vida y la muerte, “entre tu ventana y la mía/solo Eros sabe/lo que Tánatos calla/... La vida pasa entre lo que somos/ y lo que perdemos,/ en un abrir y cerrar de ojos”. O bien cuando nos dice que: “También soy vida, /lo sé./ Pero me cuesta aceptar/ a la muerte/ de invitada a cada paso”. Asimismo, nos ayuda a bucear en el amor: “SI TÚ NO HUBIERAS ATRAPADO MI SILENCIO/ EN TUS OJOS/ MI CORAZÓN NO SE HABRÍA DESPERTADO/Y NADA HABRÍA COMENZADO” y a repensar la realidad: “CUÁNTO DOLOR CABE EN UNA NUBE?/¿CUÁNTAS MIRADAS EN EL SILENCIO?”. Algunos de sus versos y aun algún poema están resueltos como greguerías ramonianas: “La vida es el eco/ que dejan los sonidos de quienes amamos”. O el caso de su poema 'El aeroplano': “El beso/ es un aeroplano/que vuela/ de tu cara/a la mía/ entre la noche/ y el día”.

La poesía, manantial de emociones

Cuenta el escritor Ramiro Pinto, el prologuista de 'Tregua', que este poemario le ha parecido “entrañable, directo, porque el autor mantiene el tono desde el principio hasta el final..., que le ha salido de dentro... Una poesía que mana del interior complejo de un poeta capaz de convertir su experiencia biográfica en sensaciones puras y, por lo tanto, colectivas, a la vez que rezuma compromiso con el mundo”.

Javier Cartago, perteneciente al Círculo independiente Ñ de escritores, nos aclara que su poemario es una reflexión sobre el tiempo, sobre el amor, es decir sobre la vida, “desde un poliedro estético y escénico en el que cada verso se acaba continuando con otro para formar un eco. Es una poesía abierta a todos y que busca llegar a la vivencia”.

Me gusta Truman Capote por su precisa manera de escribir y por su mezcla de ficción y realidad. Y Julio Cortázar por su imaginación desbordante y el juego siempre entre la prosa y la prosa poética

Poeta existencialista, cuyo corazón navega allá donde no llegan sus sueños y cuya alma lucha entre las orillas del amor y el olvido, Javier es un reloj buscando tiempo, por decirlo con sus propias palabras, un creador que ha leído con devoción a Rubén Darío, Rosalía de Castro, los Místicos y Juan Ramón Jiménez, (“que no me ha abandonado nunca”), Blas de Otero, La Generación del 27, Baudelaire y la poesía sudamericana, además de escritores como Bukowski, Cirlot o Rilke, entre otros muchos. También reconoce, en el ámbito de la narrativa, a Truman Capote y a Julio Cortázar como a sus autores preferidos, “Truman Capote por su precisa manera de escribir y por su mezcla de ficción y realidad. Y Julio Cortázar por su imaginación desbordante y el juego siempre entre la prosa y la prosa poética”, matiza Cartago, al que le gustaría presentarse a algún premio con un poemario que acabó de escribir hace tiempo. Ahora también está terminando otros dos poemarios a la vez que busca fechas y lugares para presentar su libro 'Tregua'

Entrevista breve a Javier Cartago