Sergio Fernández: “La poesía es la raíz de toda literatura digna de ese nombre”

Sergio Fernández Salvador

Manuel Cuenya

Lo bueno de vivir en pareja es que constantemente se puede entrar en éxtasis.

[Lo malo, que igual de constantemente se puede entrar en martirio.]

Admiramos a los que se fugan de las cárceles porque de alguna manera nos identificamos con ellos.

Es necesario releer los libros excelentes porque esos libros siguen siendo los mismos pero nosotros hemos cambiado.

[Es bueno seguir leyéndolos, desde luego, pero precisamente porque cambian con nosotros, pues los libros sólo existen en Un mismo libro, en los sucesivos lectores que seré, no puede ser el mismo libro.]

Enamorarse es gratuito, otra cosa es si uno se ve correspondido.

[Y ese amor, que no nos cuesta nada, vale por todo.]

Si se contempla un río el tiempo suficiente acaba revelándonos su secreto.

[Y ese secreto será: No hay ningún secreto.]

Piensa mal de ti mismo y acertarás.

[Seguramente, pero de qué nos sirve acertar así.]

Estaría bien que todos los alcaldes leyeran a Montaigne.

[Estaría mejor que bien, pero sin picar tan alto yo me conformaría con que un presidente del Gobierno leyera algo que no fuese el Marca.]

Hay aforismos en el aire que hay que cazar como si fueran mariposas.

[Hay poemas en el aire...]

Que nadie te necesite te convierte en un inútil.

[Pero quiero pensar que se puede no ser necesario y sin embargo hacer un poco mejor la vida de otros (escribiendo buenos libros, se me ocurre).]

La memoria es un espléndido bosque de alimañas.

[... y de gamusinos.]

El deseo que se convierte en amor nos saca de la locura del deseo indiscriminado.

[... para meternos en la del amor a jornada completa].

La mayoría de las viudas de los grandes escritores se convierten en brujas.

[Hombre, la mayoría... Lo que pasa es que su entrada en escena es tan sonada...]

Podemos aprovechar nuestras visitas al dentista como ejercicios de estoicismo.

[Estoy cismo, estoy hasta los mismísimos, estoy por pedir un crédito...]

Hay que tener varios sueños en la vida por si falla el sueño principal.

[Muy bien, pero de uno en uno, que es la única manera de que no fallen.]

(De su blog, 'Mitos y flautas': mitosyflautas-sergiofernandezsalvador.blogspot.com.es)

Sergio Fernández Salvador es un poeta y músico leonés que, por razones de trabajo, se fue a vivir a Valladolid hace varios años. En cualquier caso, se siente arraigado a su tierra, que suele visitar con asiduidad, porque en León tiene a su familia, y por supuesto muchas vivencias. “El paisaje leonés, de la montaña al páramo, de los Picos de Europa a la Tierra de Campos, me es muy amado. La huella de este paisaje y este paisanaje es, creo, evidente en mi poesía. Uno es en buena medida su paisaje, crece escuchando a unas personas, sus palabras”, señala Sergio, convencido de que insuflar un poco de vida a las palabras puede ser el estímulo para escribir un poema. Como le ocurre a él con la palabra “puelme”, que decía mucho su abuela.

En cuanto a la narrativa que se está haciendo en la actualidad en la provincia de León, si bien dice no estar al día, porque, en su opinión, casi no lee novelas, prefiriendo otros géneros prosísticos, sí siente aprecio por los libros de Julio Llamazares, “tan apegados a su tierra”; los diarios de Avelino Fierro, “que consiguen un equilibrio admirable entre vida leída y vida vivida, y que me permiten pasear por mi León cuando no estoy en él”; los diarios de Andrés Trapiello, “ya obra canónica de la literatura española; o, entre los que nos dejaron, los cuentos de Antonio Pereira, tan cercanos a la poesía, que nos dejan entrever que es ésta la raíz de toda literatura digna de ese nombre”. En realidad, el germen de la prosa, de la buena prosa, de la buena literatura –en palabras de Sergio- es la poesía. “Andrés Trapiello lo ilustra muy bien: 'La poesía es el cuerpo de la literatura, y los distintos géneros los trajes con que vestimos ese cuerpo'”.

Asimismo, muestra su entusiasmo por la obra de Antonio Colinas y la de Antonio Manilla, “del que destacaría dos de sus últimos libros, 'Broza' y 'El lugar en mí'. También la de Leopoldo y, en menor medida, Juan Luis Panero”.

Por otra parte, cree que la última poesía leonesa se ha resentido de la excesiva huella de Antonio Gamoneda, que gozó de un éxito sin precedentes. “Creo que aún la lastra una tendencia hacia el hermetismo que me parece poco poética, por poco comunicativa”, sintetiza este poeta y profesor de flauta travesera, que lleva ejerciendo como tal en el conservatorio de Valladolid desde 1996.

En este sentido, cree que la música es condición sine qua non del poema, “y un componente muy importante en ella es la medida de los versos, el número”. Sea como fuere, la música debe estar presente en la poesía. Podría haber poesía sin metro, según Sergio, pero siempre que se alcance esa música por otros medios, “como consigue, por ejemplo, José Jiménez Lozano”.

Como bien nos recuerda Sergio, la música está también en las palabras, en cómo suenan, en cómo se agrupan, “bien entendido que el lenguaje de la poesía no es el de la prosa”. En su caso, él, como poeta y músico, busca la medida de los versos, la intención de los acentos, una cadencia que ayude a entrar en el poema, que lo haga más acogedor. “Pero todo esto, siendo importante, no será nada si la poesía no está al servicio de la emoción, tan extrañamente menospreciada hoy, si el poeta no consigue que, en última instancia, su emoción sea también la del lector”, aclara Sergio, para quien la poesía podría ser una vía de autoconocimiento “en la medida en que nos haga más patente nuestro desconocimiento, nos ayude a comprender que sólo nos queda aprender a vivir en esa intemperie”.

La medida de los versos, la intención de los acentos, una cadencia que ayude a entrar en el poema (...) aun siendo importante, no será nada si la poesía no está al servicio de la emoción.

La poesía como una inmensa pregunta

La poesía, a su entender, sólo puede hacer preguntas. “La poesía solo puede hacer preguntas, las mismas preguntas que nos ocupan desde que el hombre es hombre. Y aunque no tengamos respuestas para ellas, el hecho de hacerlas, extrañamente, nos ayuda a vivir. Esta poesía siempre estará más cerca del silencio que de la verborrea, de la concisión que de la retórica... Se equivoca quien busca respuestas en la poesía”, sostiene el autor de 'Quietud', su ópera prima, que publicara “a la prudente edad de 36 años”, aunque en esta publicación se recojan algunos poemas escritos bastantes años atrás. “Publicar tardíamente nos evita algunos sonrojos”, precisa reflexivo Sergio, cuya vocación por la poesía surgió, según él, tardíamente, porque fue hacia los dieciocho años cuando comenzó a interesarse por los poemarios, dándose cuenta de que le decían cosas que otros libros no le decían, “me hablaban de una manera más directa”.

Poco después de esa época, recuerda que tuvo la ocasión de escuchar en la voz de sus autores poemas de Felipe Benítez Reyes, Vicente Gallego o Carlos Marzal. Entonces, la llamada “poesía de la experiencia” fue, en su caso, un reactivo. “Esos poemas eran no ya reflejo de la vida, sino la vida misma. Quise intentarlo. Y si bien aquellos primeros poemas no pasaban de arrebatados desahogos sentimentales, la emoción de su escritura no ha sido superada ni en los que tengo por más logrados. Poco a poco me fui fijando en la mano que mueve la marioneta: la medida de los versos, la preparación de los finales, dónde funcionaban mejor las imágenes, en fin, esas cosas. Y hasta hoy”, afirma el creador de 'Lo breve eterno', que publicara año y medio después de aparecer su primer poemario, una prontitud que en aquel momento le pareció meritoria, y que hoy la tiene más bien por algo de lo que recelar, habida cuenta de que ahora escribe más despacio, “porque no es bueno que la escritura se convierta en una forma más de la ansiedad (la poesía debería ser lo contrario). Lo que crece despacio crece bien, me dijo al respecto Javier Almuzara, otro poeta de referencia, y además primo mío (siempre que puedo presumo de ello). Otro excelente poeta, Antonio Moreno, me recomendó no escribir sino los poemas que no podían dejar de ser escritos. Un buen consejo, sin duda”, nos enseña Segio, en cuyos poemarios también sentimos ese amor por las palabras, su observación de la realidad, su admiración por la naturaleza, su voluntad de fijación del instante.

Aparte de estos libros de poemas, Sergio ha publicado, a partir del blog homónimo que mantiene desde 2011, 'Mitos y flautas' (prosa miscelánea), en el que encontramos anotaciones de diario, poemas breves, notas de actualidad o reseñas literarias “en busca de una amenidad que, sin ser suficiente, en siempre de agradecer. También el humor (no hay mejor lubricante)”. Un libro escrito con vena poética, porque, en su caso, el mismo destello que le hace intuir dónde puede haber un poema es el que lo lleva a escribir una prosa.

Esos poemas eran no ya reflejo de la vida, sino la vida misma... Y si bien aquellos primeros poemas no pasaban de arrebatados desahogos sentimentales, la emoción de su escritura no ha sido superada ni en los que tengo por más logrados

Reconoce que son muchos autores quienes le han influido en su modo de escribir, quienes, en definitiva, le han dejado huella emocional, reflexiva, como es el caso de Antonio Machado, “acaso el poeta español al que más admiro”, todos aquellos que asumen “el compromiso de la claridad y aciertan a trasladar esa honda palpitación del espíritu”, entre cuyos clásicos se hallan Jorge Manrique, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Bécquer, Unamuno, Juan Ramón Jiménez o Cernuda). “También los poetas de la Generación del 50 (especialmente Ángel González y Gil de Biedma) o Eloy Sánchez Rosillo y Miguel d'Ors...Entre los de otras lenguas, citaría a Pessoa, Leopardi o Keats, entre muchos otros”, especifica Sergio, que está ahora ultimando su tercer libro de poemas.

“Me encuentro en ese punto en el que se trabaja en la unidad y coherencia del libro como si fuera un gran poema de casi 40 versos (que son los poemas que contiene) en cuya unidad, coherencia y sentido tantas horas gustosas hemos empleado”.

Por otra parte, ha traducido una selección de la poesía de Eugénio de Andrade, tomando como fuente su obra poética completa, que ordenó poco antes de su muerte, y está haciendo lo propio con la poesía de Fernando Pessoa, “proyecto este sin duda más complejo debido a la singularidad de sus heterónimos”.

Entrevista breve a Sergio Fernández Salvador

“Pon lo máximo que eres en lo mínimo que hagas.”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Me temo que no voy a ser original: el Quijote.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

En la literatura, ninguno. En la vida, los que nos la dieron, los que nos la hacen vivible y a los que se la dimos.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

El 'Ulises', de Joyce.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Creo que no soy el más indicado para responder. No lo sé, por eso escribo.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La generosidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Nada bueno. A base de un expolio sistemático han conseguido anestesiarnos, paralizarnos en una sensación general de la que es ya imposible volver atrás. Prueba de una cosa y otra es que los mismos follones que intentaron trasladar el conservatorio de León a los bajos del campo de fútbol no han parado hasta destrozar nuestra plaza del Grano. Esto es política. Afecta a nuestra vida. Y lo hemos consentido.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Lo que más me divierte, lo que más me emociona, lo que más amo, la música.

¿Por qué escribes?

Por necesidad.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No tengo Facebook ni Twitter, pero creo que de estar en una de ellas sería con fines divulgativos o promocionales.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Cualquier cosa. Algo visto, algo leído, algo escuchado, algo pensado.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Cultivo desde 2011 el blog 'Mitos y flautas', pero no como herramienta literaria. Pienso que el blog es un género en sí mismo. Sigo numerosos blogs. Los leo con el mismo ánimo y las mismas expectativas que leo sobre el papel.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Dos: “Espera lo mejor pero estate preparado para lo peor.” Y un verso de Pessoa: “Pon lo máximo que eres en lo mínimo que hagas.”

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