Marcelo Barrientos: “Me gustan las obras que me emocionan”

Marcelo Barrientos

Manuel Cuenya

HIJO Ahora sé que el universo cabe

en la sonrisa de un hijo.

Descubro uno nuevo

cada día.

Sea el sol o la lluvia,

todo es un motivo de alegría.

Encuentro respuestas

que antes no existían.

Descubro los secretos de la vida.

Y en el saco rojo

que guardo en las costillas

ha hecho él, el sitio donde anida.

Y entre sueño y noches de vigilia

siento el alma bullir con tanta vida.

Ahora sé cómo mienten los espejos

porque solo en su mirada me reflejo

y me dice “papá”

y yo le abrazo,

y me hundo en su frente...

con un beso

(De su poemario 'Lugares comunes')

Argentino de nacimiento, el poeta y fotógrafo Marcelo Óscar Barrientos Tettamanti llegó a España (en concreto a la ciudad de León) cuando era estudiante de Veterinaria. Y fue cuando su padre le recordó que su bisabuelo era leonés, aunque no recordaba nada más. Por desgracia. Toda una historia que daría acaso para un relato o una novela.

En aquella época en Argentina reinaba el caos, “la inflación era tan brutal que al cobrar el sueldo ibas a gastarlo todo porque al día siguiente, incluso a las horas siguientes, comprarías mucho menos. Pensé que mi familia lo perdería todo”, rememora con tristeza Marcelo, consciente de lo que significa migrar, pues se trata, según él, de un proceso largo, “cuando llegas a tu destino tras de ti van llegando poco a poco los nuevos paisajes, el acento, los sabores, llegan y empujan lo que era tuyo, muchas cosas permanecen en ti inamovibles, la familia que has dejado, los amigos y mi río Paraná. Al tercer año de estar en León empecé a llenar mis estanterías de las cosas que tenía en cajas pensando volver a casa, tomé conciencia de que si no echaba raíces León no me querría ni yo a ella, la ciudad se abrió y yo me fui enamorando, me regaló a mi mujer y dos hijos, no hay raíces más profundas. Mis amigos son leoneses, y me siento leonés también. Llevo veintiocho años renovando el hierro de mi sangre a base de morcilla de León”.

Al tercer año de estar en León empecé a llenar mis estanterías de las cosas que tenía en cajas pensando volver a casa, tomé conciencia de que si no echaba raíces León no me querría ni yo a ella, la ciudad se abrió y yo me fui enamorando, me regaló a mi mujer y dos hijos, no hay raíces más profundas

Al final, Marcelo, con su mujer y sus hijos, se ha arraigado en León. Una vez más, es la temperatura afectiva (no la ambiental) la que acaba imponiéndose. Y decidiendo el lugar en el mundo en el que uno desea establecerse, vivir.

Desde hace algún tiempo coordina en la ciudad de León, junto a Julia Álvarez (“un ángel de persona”), la interesante actividad de 'Cuento Cuentos contigo', que pusiera en marcha Flor Méndez Villagrá, a quien el actual coordinador reconoce su maestría, su buen hacer y su amor por los cuentos.

“Con más de dos años involucrado, la experiencia es muy positiva, con la gente se aprende mucho y también mucho de uno mismo, el alma de 'Cuento Cuentos Contigo' es aquella persona que escribe un relato y tiene el valor de ponerse delante de un micrófono y leerlo. Éste es el núcleo, que debe, en mi opinión, permanecer inalterable, no hay mayor satisfacción que oír aquella historia guardada en un cajón hacerse sonido en la cafetería Varsovia, los nervios del lector, el silencio que se logra es sencillamente mágico, la música, los retos, todo lo que acompaña cada encuentro no es más que relleno ante aquel hecho de compartir la prosa. Es el único lugar que yo sepa de la ciudad donde la prosa tiene su espacio entre tanta poesía. No está mal formar parte de eso, y digo parte porque desde su fundación tenemos claro que 'Cuento Cuentos Contigo' vivirá lo que la gente quiera que viva, sin otra pretensión en tiempos de prisas absurdas, que juntarnos alrededor de una (varias) mesa(s) a contarnos una historia”, así se expresa Marcelo, fascinado con la actividad literaria que existe en León, con esa diversidad de voces narrativas y poéticas, que nos da, a su juicio, la opción a conocer, “que es lo mismo que amar y a elegir, que es lo mismo que crecer”, porque en León la literatura está en la calle, “no se me ocurre un mejor lugar, sobre todo para la poesía, será el lector quién la coloque en su biblioteca particular y decida en que estante”, apostilla este creador, ilusionado con que existan tantas voces, pues “al contrario de esa idea de exceso, de mediocridad que se oye una y otra vez a mí me alegra esta abundancia... y por supuesto me gustan las obras que me emocionan”.

Entre sus autores y autoras preferidos figuran, entre otros, Baudelaire, Lorca, Machado, Miguel Hernández, Whitman, Bécquer, Benedetti, Horacio Quiroga... En realidad, cuenta que, cuando llegó la democracia a Argentina, su abuela materna sacó del fondo de un armario una caja donde ponía: “Para Marcelo”, escrito con la letra de su abuelo. Y allí había una colección de libros, en la que estaban los escritores citados. En su adolescencia también tuvo la enorme suerte de tener un vecino lector, quien, después de verlo leyendo un best-seller de la época, le mostró su biblioteca, puso en sus manos tres libros de Herman Hesse y le dijo: “vuelve a por más...”.

Luego Marcelo comenzaría a leer a Alfonsina Storni, Cortázar, Pizarnik, Farny, Aldo Pellegrini... entre una larga lista. “Y no puedo dejar de nombrar en modo genérico los libros de ciencia que he leído y aún leo, siento debilidad por el conocimiento de la biología que deriva de mis estudios inconclusos de veterinaria”.

En la fotografía la emoción es inmediata (...) en la escritura hay un esfuerzo, el de leer, la imagen es creada dentro del lector

Poesía y fotografía, dos maneras de contar la vida

En la actualidad, Marcelo compagina su labor como fotógrafo y su faceta como poeta y relatista, porque ambas actividades le entusiasman. “Son dos maneras de contar la vida que al final es la pretensión que tengo en imagen y palabra”, aclara este artista que reconoce su amor especial por el arte, desde siempre, porque le parece la herramienta más humana para afrontar la realidad y para mover las estructuras fijas en el pensamiento individual, a lo que, en su opinión, somos tan proclives como especie.

“En la fotografía la emoción es inmediata, mucho más ahora que el mundo está de lleno abocado a lo visual, si pones una imagen en una red social recibirás una respuesta mayor y más inmediata que si pones un texto, en la escritura hay un esfuerzo, el de leer, la imagen es creada dentro del lector”, señala con clarividencia el autor de 'Lugares comunes', para quien escribir es un acto de comprensión de uno mismo y del mundo que percibimos como individuo, “quizás plasmar la huella una y otra vez de aquello que entendemos como búsqueda de la verdad, la nuestra claro... Escribir es salvaguardar la lengua”, pues en estos tiempos, de tanto medir los caracteres, se hace necesario explicar las cosas con tiempo, con palabras –matiza–. “Al final la literatura puede que sea simplemente mil maneras para decir lo mismo: amor, dolor, soledad...”. En este sentido, cree que los autores son niños perdidos, náufragos que buscan la isla donde contactar con el otro, “un lector que hace el esfuerzo de comprenderte, al igual que él establece, contigo como puente, un diálogo consigo mismo”.

He descubierto en mi soñar

que hay otros mundos,

ahora dejo flores

en todos los bordillos,

pues en la línea

entre el cemento y el asfalto

no solo corre el agua

de la lluvia mezclada

con el humo de los coches.

Advierto a los que vais

guiados por la acera:

el abismo del bordillo

es como un río

de un ejército de libres

soñadores

(De su poemario 'Lugarse comunes')

Si bien Marcelo llevaba tiempo escribiendo, incluso había publicado sus poemas en distintas antologías tales como el libro de 'Cuento Cuentos Contigo', 'Ágora de la poesía 2' o la revista 'Fake' entre otras, 'Lugares comunes' es su ópera prima en solitario. De modo que cierra un círculo, según él, que comenzara con la exposición que hiciera con su amiga Macamen De Vega, “de hecho una de sus maravillosas cajas figura en la contraportada, y que se llamó justamente así: 'Lugares comunes'. En aquella exposición yo ponía poemas a sus cajas, actualmente tenemos montada L. Comunes 2 en la que ella hizo la caja a mi poema ya escrito, por primera vez en aquella ocasión, mis poemas se exponían públicamente, solo los publicaba en Facebook para mis amigos y familia (unas 30 personas), casualmente Noemí Montañés sacó unas fotos y aquella exposición se hizo grande. Nunca di valor a lo que hago, escribo y fotografío con el corazón, pero unos días después de la inauguración tomaba una cerveza en Dickens Tavern, lugar de la muestra, y veía y oía a la gente que, sin conocerme, hablaba de las cajas

y los poemas, me di cuenta que la sencillez de mis letras llegaba, emocionaba, y eso fue maravilloso. Poco a poco iba siendo invitado a recitar a un sitio u otro y fue en La Felguera, en el Centro de creación escénica Carlos Álvarez Nóvoa, donde mucha gente se acercó a pedirme un libro, esto hace año y medio, y justo allí cerré el círculo presentando el libro hace unos días“.

Fue la propia Noemí Montañés, “una persona sincera y leal”, a la que Marcelo agradecerá eternamente su implicación, quien se encargó del prólogo de 'Lugares comunes', editado por Piediciones.

Cuenta que sus editores Puri e Iñaki mimaron la obra desde el comienzo, “Puri me animó a sumar fotografía al libro y me dio la grata sorpresa de poner a nuestra mascota Flinn (el pequeño caracol protagonista de tantas foto-historias) en la portada, aquel detalle me encantó porque significaba la atención que ella había puesto a mi persona al punto de captar mi mundo. Por otro lado la labor de estas editoriales es muchas veces muy poco valorada, por supuesto que viven de ello, pero arriesgan una y otra vez por amor a la literatura, en mi caso no tengo más que agradecimiento para con Puri e Iñaki”.

Nunca di valor a lo que hago, escribo y fotografío con el corazón, pero unos días después de la inauguración tomaba una cerveza en Dickens Tavern, lugar de la muestra, y veía y oía a la gente que, sin conocerme, hablaba de las cajas y los poemas, me di cuenta que la sencillez de mis letras llegaba, emocionaba, y eso fue maravilloso

Por su parte, Noemí Montañés, en el prólogo a 'Lugares comunes', escribe que se trata de “una fascinante aventura visual y lectora provocada por la desbordante creatividad de su autor, que aúna tres cualidades excepcionales: observar el mundo, captarlo y contarlo con sencillez y cercanía, imprimiendo en ello un tono introspectivo y emocional incontestable... Marcelo escribe como es, sencillo, generoso y emotivo, regalándonos así una lectura de las que llegan al alma, acompasada por su visión poética, aunque sea en ocasiones dramática del mundo, de sí mismo y sus circunstancias”.

En estos momentos, Marcelo confiesa que está trabajando muy despacio en relatos y poemas, que no sabe bien hacia dónde irán a parar, si acabarán juntos o separados.

“No pretendo concatenar obras con mucha frecuencia, quiero disfrutar de la escritura y publicar otra vez, si llega el caso, sólo cuando tenga algo nuevo que decir, quizás lo mismo pero siempre madurando. Mi pequeña obra se basa en la sencillez -no confundir con lo simple-, que no lo es. La vida y sus claves están allí, para mí son absolutamente claras, la muerte es una verdad irrefutable, nos llegará a todos, entonces me pregunto: ¿no es suficiente este dato para afrontar la vida? Actuamos como inmortales, yo pretendo lo contrario, cuando provocas la risa a tu hijo que no tiene buen día y se lo cambias con el gesto, has cambiado todas las decisiones que él hubiera tomado desde su 'mal día', ser feliz es una decisión personal, no hay cosa ni persona que te de eso”, concluye con sabias y emotivas palabras Marcelo.

Entrevista breve a Marcelo Óscar Barrientos Tettamanti

“Los políticos salen de la sociedad, son su reflejo”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros', de Hawking.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Jesús.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Cualquier libro de autoayuda.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Observador.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Sinceridad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Los políticos salen de la sociedad, son su reflejo, cuando la sociedad cambia, cambian sus políticos. La sociedad actual es nihilista, carente del sentido del bien común, competitiva por un podio que nada aporta a la humanidad. Fascinados por el menor esfuerzo y la inmediatez no se hacen cosas a largo plazo, algo vital cuando de respeta la generación futura. ¿Cómo explicar la situación política actual si no es desde una sociedad con estos problemas?

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Cocinar para los amigos y compartir mesa.

¿Por qué escribes?

Es una terapia dictada desde el alma.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No, en absoluto, para mí solo son para compartir, me gusta pensar que llegas a otra persona con esta inmediatez. Pero debes tener claro que hay muchos “me gusta” sin haberte leído. Estos medios son útiles para promocionar y contar lo que ocurre en la ciudad, es lo que yo hago, utilizo Facebook e Instagram.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Escribo desde la víscera con la tinta que da la tristeza en mayor parte, el dolor es un maestro al fin. No soy consciente de basar mi estructura en tal o cual autor, supongo que al final resulta siempre un poco de todo lo que pude haber leído, pero siempre desde lo sencillo. Hace unos días una persona me dijo: “no me gustaba la poesía hasta que te leí”. Estoy seguro de que ahora leerá más poesía y le gustarán otros y eso para mí es maravilloso.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Escribo en el ordenador o en cuadernos, el único blog que sigo, por razones obvias, es el de 'Cuento Cuentos Contigo', sí me gusta leer las publicaciones que realizan los autores amigos. Creo que leer, incluso copiar a veces estructuras, es una buena herramienta de desarrollo personal como escritor.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Lo diré en alguna más, la tierra es una bola de fuego con la superficie fría que gira a 1600Km/h donde unos homínidos juegan a ser dioses... Todo es un milagro.

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