La asociación que guía el largo viaje por el prerrománico leonés, un arte que salta fronteras y necesita promoción

Monasterio de San Miguel de Escalada.

César Fernández

El recorrido por el prerrománico leonés puede comenzar en plena capital, rebuscando en la Catedral y San Isidoro, saltar a la naturaleza hasta pasearse por las Cuevas Menudas y traspasar fronteras no sólo provinciales y autonómicas sino incluso nacionales hasta desembocar en Portugal tras visitar distintos puntos de Orense como la capilla de San Miguel de Celanova. El camino por la protección, divulgación y promoción de este arte comenzó en 2019 con la fundación de la Asociación Ibérica de Amigos del Prerrománico del Reino de León, lastrada luego por la pandemia, reemprendida con un par de visitas en 2022 y relanzada en octubre de este pasado 2023 con la idea de tomar ahora velocidad de crucero.

Si el recorrido geográfico es amplio y el itinerario de la asociación resulta intrincado, el viaje histórico que propone el colectivo obliga a retroceder más de 1.000 años en el calendario. Su objetivo es poner en valor un período que abarca entre los años 900 y 1100, que “está muy descuidado en la historia de España” y al que su presidente y cofundador, Javier Callado, llegó a través de su estudio de la arquitectura tradicional hasta conectar luego con las conclusiones del experto Artemio Martínez Tejera, precisamente el protagonista de la conferencia convocada el pasado mes de octubre para relanzar socialmente al colectivo.

“Nosotros intentamos poner un poco de precisión en un término impreciso como es el románico”, señala Callado para fijar la frontera en el cisma del cristianismo de 1054. “Y lo que queremos estudiar es el arte precismático”, concreta antes de referirse también como un término “muy amplio” y “un poco impreciso” al de arte mozárabe que ha identificado en muchas ocasiones a joyas patrimoniales como las iglesias de Peñalba de Santiago o de Santo Tomás de las Ollas, ambas en el término municipal de Ponferrada. El monasterio de San Miguel de Escalada, las iglesias de Palat del Rey y San Cebrián de Mazote y la capilla de Celanova completan los seis “epítomes” del prerrománico leonés, en palabras del presidente del colectivo.

“Los seis edificios tienen cúpula de gallones”, reseña Javier Callado sobre este elemento en forma de gajos, uno de los característicos del prerrománico leonés junto a otros como el arco de herradura con alfiz, el friso de esquinillas o los modillones de rollos. No todos los distintivos son comunes: “Por ejemplo, Peñalba de Santiago tiene contraábside y San Miguel de Escalada no”. Y hay otras cuestiones que tienen que ver con la liturgia en un momento histórico de diversidad en la manera de oficiar las misas. “Y entonces aparecen unas estructuras que se llaman canceles, que demarcan un espacio donde no está el oficiante, que está metido en el altar, pero tampoco están los fieles”, detalla.

No queremos perdernos en tecnicismos cuando se habla con personas que son aficionados. Y no me gustan los secretismos que veo en algunas ocasiones en este mundo del arte y de la historia. Yo soy más partidario de la puesta en común y del debate

Javier Callado Presidente de la Asociación Ibérica de Amigos del Prerrománico Reino de León

El colectivo pretende velar por la conservación de un patrimonio que cuenta con asignaturas pendientes. “San Miguel de Escalada tiene un estudio técnico para su reconstrucción. Y está metido en un cajón. Uno de nuestros objetivos es que se ponga en marcha”, afirma su presidente al alertar de la existencia de “corrientes freáticas por debajo del edificio” que generan “un deslizamiento progresivo” de la ladera hacia el templo que “ha sido contenido” pero que habría que tener bajo control, máxime al tratarse de un elemento “absolutamente extraordinario” que “es portada en todos los manuales de prerrománico y protorrománico que hay en Europa”.

“Hace mucha falta divulgar para conocer”, considera Callado, que parte de varias premisas. “No queremos perdernos en tecnicismos cuando se habla con personas que son aficionados”, sostiene con el ejemplo de intervenciones que concluyen con un “lo hemos entendido todo” por parte del público. “Y no me gustan”, añade, “los secretismos que veo en algunas ocasiones en este mundo del arte y de la historia. Yo soy más partidario de la puesta en común y del debate”. El colectivo nació en 2019 tras un contacto previo con la Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de León Promonumenta. “Nos recomendaron hacer una asociación diferenciada porque ellos son generalistas”, expone al recordar el parón por la pandemia y las visitas en 2022 a las Cuevas Menudas y al yacimiento arqueológico de San Pedro de Montes. Con el último relanzamiento se ha duplicado la veintena de socios de los orígenes: “Y sigue viniendo gente a apuntarse”.

Ahora que se pretende estabilizar la actividad, el colectivo apostará por la fórmula de presentaciones bajo el formato de un diálogo con el experto Artemio Martínez Tejera completadas con la proyección de imágenes. Las visitas comenzarán por lo más cercano. Y así ya este mes de enero se acercarán a la Catedral de León, donde se encuentran elementos de arte prerrománico leonés como los báculos de San Alvito y San Pelayo. “También tenemos previsto visitar San Isidoro, que tiene un montón de elementos prerrománicos”, añade Callado con otros hitos como el de “revisitar las Cuevas Menudas” y hacer una ruta por la provincia de Orense, así como fijar horizontes más lejanos como la mezquita de Almonaster la Real (Huelva) o saltar a Portugal para llegar a Idanha-a-Velha o la iglesia de San Pedro de Lourosa, “un edificio que inauguró Ordoño II cuando era rey de Galicia”. Y así el camino de la asociación será tan largo en el espacio como profundo en la historia. 

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