La Junta inicia el procedimiento para declarar la lucha leonesa Bien de Interés Cultural Inmaterial

lucha leonesa femenina

Ical

La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León ha incoado el procedimiento para la declaración como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial de la lucha leonesa según recoge en su edición de hoy el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).

También conocida como aluche, la lucha leonesa es un deporte autóctono tradicional, legado de una costumbre y tradición transmitida de forma oral de generación en generación y mantenida a través de los siglos, que se ha ido adaptando a las formas y convenciones del deporte moderno sin perder su propia esencia, convirtiéndose en uno de los deportes más antiguos de España.

La práctica tradicional del aluche se extendió siguiendo rutas de la trashumancia y se conservó fundamentalmente en la zona nororiental de la provincia leonesa, actualizándose a partir de los años 20 del pasado siglo con su traslado a la capital. Los corros de aluches se celebran principalmente en localidades que han quedado integradas en dos zonas, la Montaña y la Ribera, ámbitos divididos por la línea de ferrocarril León-Bilbao. Tradicionalmente los corros se formaban en las fiestas estivales pero en realidad nunca existió una vinculación clara con los ciclos anual o festivo y en la actualidad existe un calendario de competiciones que incluye incluso una liga de invierno.

De acuerdo con la definición de Patrimonio Cultural Inmaterial adoptada en la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO de 2003, se entiende por patrimonio cultural inmaterial “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

El aluche presenta una clara relación con luchas tradicionales, hoy prácticamente desaparecidas, que se desarrollaron en España en otras provincias. En Zamora, 'las vueltas o marañas' de Muga de Sayago y la que se practicaban en la comarca de Guareña, muy parecida al 'Valto' leónes. En Salamanca, 'la lucha de la cruz o lucha de la bandera', y en Palencia, 'tirar al cinto' o el aluche montañés que se practicaban en Guardo y Velilla. En Cantabria la 'engarrucha y aluches', 'emboticar' y 'echar unas vueltas'; en Asturias, 'la Trincha', 'la lucha de voltear' y 'la lucha del corro'; la 'loita' en Galicia; la 'lucha del Roncal' en Pirineos y 'probar a juntar' en las Islas Baleares.

Frente a todas estas manifestaciones, el aluche o lucha leonesa, presenta características propias y diferenciadoras, siendo junto a la lucha canaria, las dos únicas luchas tradicionales que han logrado subsistir en los tiempos modernos en nuestro país. La vestimenta consiste en un simple pantalón corto y camiseta de hilo o algodón. El luchador actúa descalzo. Tradicionalmente el agarre era el propio pantalón, pero el uso del cinto se regulariza e impone en la primera mitad del siglo XX, y en la actualidad se usan los reglamentarios cintos de cuero curtido.

La lucha leonesa tiene asociado un vocabulario propio y los peculiares vocablos empleados en el juego así como el conjunto de dichos y expresiones, refranes y proverbios asociados a este ámbito, han perdurado a lo largo de los siglos y singularizan e identifican este deporte. La palabra maña, que tiene unas connotaciones semánticas referidas a la habilidad y experiencia, cobra aquí especial significado con el conocido refrán 'más vale maña que fuerza'. Los nombres de algunas mañas, como zancadilla, traspié o trespies, se han incorporado al lenguaje cotidiano.

La importancia de los aluches en la cultura leonesa ha dejado su huella en el arte, tanto en escultura, en pintura como en grabado. Destaca la miniatura románica en códice del siglo XII, custodiado en el Archivo de San Isidoro de León, así como, del románico también, el canecillo del ábside del Monasterio de Santa María de Gradefes y el capitel del interior de San Isidoro de León o el gótico del claustro de la Catedral, con escenas que probablemente sean de las más antiguas representaciones de la lucha leonesa, notables ejemplos de la importancia y significado de la lucha en la sociedad del momento y en la actualidad.

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