Pueblos urbanos de León unidos en la Plaza del Grano

Peio García / ICAL Panorámica de la Plaza del Grano

Javier M. Seisdedos

Un pueblo urbano representa una zona habitada, que posee personalidad propia y de la que nos sentimos orgullosos de cuidar, nos produce la misma sensación de pertenencia que cuando pensamos en nuestro pueblo. Podemos unir tradiciones ancestrales de bien común como los concejos abiertos y hacenderas en nuestros barrios, podemos vivir y sentir la ciudad de forma diferente, en sintonía construyendo una red de personas que unen el mundo y la cultura rural en nuestro pequeño mundo, porque sobre todo, León es pueblo y somos de pueblo.

Todos estos valores únicos los podemos visualizar en el presente de forma práctica en el alma de León, en el lugar donde reside nuestra esencia que está grabada en cada canto rodado, en cada proporción de tierra que lleva escrita la verdadera historia de lo que somos como pueblo.

En la Plaza del Grano, se vuelve a ver vida, se respira alegría compartida, cientos de leoneses venidos de los diferentes pueblos urbanos de León y de los pueblos ancestrales de la provincia llenan la plaza de creatividad. Asambleas abiertas, arte, música, filandones, tertulias improvisadas, juegos que conectan a los niños con nuestro niño interior, sin estridencias con amor y paz, compartiendo el mismo sueño y el mismo ideal... La plaza 'del Alma' tiene que seguir como está, solo necesita que sea curada y conservada guardando su esencia, su personalidad que la hace única en el viejo continente. No necesita otros atributos estéticos artificiales, su piel es la que es, curtida por el viento unida a la naturaleza del lugar, tan solo tierra y piedra, ella sabe retroalimentarse para que no existan humedades ni dentro ni fuera del entorno, las personas del pueblo que la diseñaron sabían muy bien como se tenían que hacer las cosas, la cultura popular tiene su propias reglas y estas, están conectadas con la sangre de la tierra. En este lugar se caminaba con madreñas el símbolo del pueblo llano.

Hemos dialogado y reflexionado con maestros canteros que por su experiencia saben exactamente como respira la plaza, historiadores que conocen cada renglón escrito por las gentes que durante cientos de años pisaron, amaron y compartieron, palabras, mercados y fiestas.

Asociaciones que trabajan sin descanso por conservar y cuidar lo que tenemos, nuestro paisaje y nuestro paisanaje, para que la memoria no se pierda en el olvido.

Guardianes que dan su tiempo y energía para cuidar que la plaza no sea dañada.

Hemos escogido siete testimonios, siete personas de diferentes edades y condición, les une la misma idea, el mismo sentir. Siete entrevistas que se pueden tocar por su sinceridad.

La Plaza del Grano representa el símbolo de la resistencia a no perder la memoria a no olvidarnos de lo que nuestros antepasados nos mostraron con tanto esfuerzo.

Tenemos el deber de cuidar para las próximas generaciones lo que cuidaron con tanto ahínco los que nos precedieron.

Desde Creamos Presente defendemos a la Plaza del Grano, para que sea conservada en su esencia pura, porque realmente es lo único que necesita, reparar para curar las heridas, sin añadir nada mas. Es tiempo para que los arquitectos y la corporación municipal actuales escuchen la voz de la experiencia de los maestros artesanos cultos y sabios en etnografía popular y de la ciudadanía de bien que lo único que desea es mantener viva la propia esencia de la plaza, nuestra plaza, la plaza de todos.

Es tiempo de dialogo de escuchar y de llegar a acuerdos.

La Plaza del Grano representa por su singularidad el punto centro, el corazón donde compartir todos los leoneses lo mejor que llevamos dentro.

Inauguramos esta sección con un propósito concreto, mantener viva la memoria y la esperanza.

Con sentido común, que es la herencia de nuestros abuelos

Javier M. Seisdedos

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