La voz leonesa en las Cortes autonómicas

Pablo Fernández Podemos

Máximo Soto Calvo

Vaya por delante que cuanto sigue, va en clave de desencanto hacia Podemos, aunque más bien debería decir Podemos León, toda vez que esperaba más comprensión para lo leonés, en todos los ámbitos.

El líder de Podemos en León, aspira al máximo poder partidista en esta autonomía denominada hoy Castilla y León. ¡Es válida la intención pues así está oficialmente constituida, pero a fortiori, no lo olvidemos! La Región Leonesa, el Pueblo Leonés, los leoneses somos el único pueblo histórico al que se le negó el derecho a autonomía diferenciada, que además de esa afrenta ha de soportar, como el común de los ciudadanos, los menoscabos socioeconómicos que, en especial, los dos grandes partidos imperantes nos dedican.

Al ente autonómico que padecemos los leoneses, es bueno recordar, con la anuencia de los políticos a los que se ha venido votando, en principio se le intentó nominar con el fundido malicioso de 'Castilaleón'; más tarde 'Castilla-León'; para finalmente colocar la Y entre los nombre de ambas regiones que parece poner cordura nominal diferenciadora. Esto aparentemente sencillo de ver, no lo es tanto de asumir como secuencia dañina, de imposición perseverante,

Fue un logro, pequeño pero vital, que nos costó lo nuestro que fuera respetada y conservada la conjunción diferenciadora en los libros escolares. De modo especial hay que ponérselo en el haber del que fue Procurador del Común don Manuel García Álvarez, junto a la supresión del gentilicio: 'castellanoleonés'. En un párrafo del escrito de despedida que le dedicamos, conocedores ya del escaso margen de maniobra que se le permitía estatutariamente, decíamos así:

Mas, andando el tiempo, hemos podido valorarlo, junto a la supresión del gentilicio 'castellanoleonés' por castellano y leonés, y a la promesa de controlar la terminología incorrecta y lesiva para lo leonés en los currículos escolares, como una labor de tacto y persuasión de fina traza diplomática. Y ello, debido fundamentalmente al escaso margen de maniobra que para su cometido, en letra se recogía y en intención política se soslayaba.

Esto da idea de la dolosa intención de los regionalistas del ente de fundir, confundir, pero no de compartir, y así hemos pasado a ser el 'primo' colocado en el furgón de cola del ente.

Una vez adscritos por imposición política, comprendimos que se debía estar políticamente representados en el ente, transitoriamente, porque su estructura nos resultaba dañina en todos los órdenes; de ahí el movimiento leonesista intentando dejarse oír allí en plan reivindicativo y de denuncia, desde la primeras Cortes en Fuensaldaña. Algo que se ha de seguir haciendo, hoy más que nunca, y entendemos como tarea para los movimientos ciudadanos, si se siente leoneses, cuando toman relevancia y tratan de empoderarse.

Con los recientes movimientos ciudadanos nace Podemos, tras severos análisis de la realidad política de España. Sus Círculos son ejemplo de reunión ciudadana para poner en común deseos y valores, un ensayo de tiempo y modo de hacer en política. Si bien a los leoneses, teniendo en nuestro haber la gran democracia participativa de los Concejos Abiertos, no nos podía sonar como rotunda novedad tal disposición.

Pero hoy mi temor pasa por que, al transformarse Podemos en partido político, las consignas emanen de arriba abajo, tratando de reconducir la voz del pueblo, no sólo la de los que acuden al 'circulo', sino la voz de la calle, si resulta molesta. ¿La mala coyuntura económica es algo a combatir con visión general, sin duda, pero quien sufre ésta y además está siendo marginado identitariamente, no ha de ser tenido en cuenta también como ciudadano marginado en el sentido expuesto?

En nuestro caso reclamar autonomía, diferenciación popular, para seguir identificándonos como leoneses, no sólo es algo a comprender y defender por machaconería repetitiva, debe surgir por convencimiento desde la comprensión de la cuestión leonesa. Si decimos que el control sobre lo leonés siempre ha sido perseguido desde el poder castellano, simplemente estamos marcando una realidad constatable.

Si el ente está montado desde la imposición política, como se ha repetido hasta la saciedad, con pruebas y hechos, no valen los paños calientes cuando Podemos prepara su desembarco como fuerza política en el ente. Se lo pueden escuchar al pueblo leonés, a poco interés que pongan en ello. Lo leonés ni ayer fue castellano, ni hoy es 'castellanoleonés'. Ambas cosas rechinan por igual en los leoneses. ¡Púlsenlo!

Cuando Pablo Fernández, llevado por el ánimo de agradar a los leoneses, sus futuros votantes, dice aquello de “Podemos es partidario de una consulta para que los leoneses decidan si quieren la autonomía, daba a entender dos cosas, que sabía de la reclamación popular de siempre, la comprendía, y que estaba dispuesto a revalorizarla.

El gran círculo autonómico que quiere entrar a controlar, es mixto, repito y complemento, es mixto por imposición, un dato a tener en cuenta en todo momento. Y a esa parte de supremacía por imposición, esto es a la parte castellana, también hay que agradarla, o su elección como secretario autonómico, y leonés, sería algo más que dudosa.

No tardó Pablo en replegar posiciones. Lavándose las manos con lo de “no cierro la puerta a la autodeterminación,” coloca el freno de mano del 'sine die': “Pero ahora mismo no es una prioridad”. ¿Para cuándo? ¿Acaso debe primar el criterio personal sobre mandato popular? Si el pueblo “puede y debe hablar de todo y participar en las decisiones”, desde ya debe ser escuchado, la coyuntura autonómica indeseada para los leoneses está ahí, y vigente, y por lo tanto el remedio debe ir perfectamente recogido en el programa autonómico de Podemos. Máxime cuando ha de buscar el voto en el caladero leonesista.

No puede estar exento de satisfacción contemplar cómo se revuelven nerviosos en sus asientos los autonomistas del ente, ante los primeros movimientos de Podemos de cara al ente. Y no se les ocurre otra cosa que agitar los fantasmas del miedo, como si fuera una tropelía el que llaman “primer proyecto de Podemos para Castila y León”: “Dividir en dos la comunidad”. ¡Pues sí que nos va a dar miedo a los leoneses sentirnos libre y diferenciados, escapando del yugo anexionista que nos han colocado!, será para la parte castellana: ¡Cuidado, “se nos escapa el momio”!

En el campo socioeconómico, en el de las infraestructuras, o el industrial, hemos sufrido desde el primer momento afrentas como el cierre o la no recuperación de la línea férrea de la plata, los puertos secos que se llevaron hacia la parte castellana, el AVE, tarde y raquítico por una sola vía, el Centro para control de éste sin inaugurar y robándole la función, Torneros como polígono ferroviario, corredores y viales que se nos niegan dado el afán concentrador de poder, últimamente sacándonos del corredor del Atlántico y pasando por Valladolid, enseñan la oreja sin piedad. Y un largo etcétera. He citado lo que me ha venido a la memoria, no es éste el terreno en el que me muevo, pero no dejo de observar cómo se nos ha ido marginando y actualmente se nos ningunea descaradamente ante Europa perdiendo subvenciones.

Podemos León no pueda tardar en posicionarte ante los agravios citados. Y empezar un plan de reivindicaciones para la Región Leonesa, si es que así la reconocen. ¿O es que quienes se mueven en los círculos leoneses adolecen de criterio leonés reivindicativo?

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