Los eternos rivales León y Valladolid juegan el primer partido de un tiempo de 'fair play'

Valladolid contra León. León contra Valladolid. El partido de una capital contra la otra se ha jugado históricamente demasiadas veces y mañana jueves entra en una nueva fase. Los eternos rivales, encabezados hoy por el alcalde leonés del PP, Antonio Silván, y el socialista de Valladolid, Óscar Puente, se citan en el terreno de juego del viejo Reino de León en un encuentro que se anuncia como 'el partido del siglo'. Por lo inédito de la reunión que mantendrán sendos capitanes y porque se inaugura de este modo un tercer tiempo, tiempo de 'fair play'.

La cita, que fue aireada curiosamente a través de Twitter entre @AntonioSilvan_ y @oscar_puente_, cual Ronaldo y Messi o viceversa, pone fin a casi dos décadas en las que la relación institucional de los regidores de ambas ciudades ha sido prácticamente nula y si se ha producido ha sido casi siempre para que saltaran chispas entre ambas aficiones. Así que para llegar al partido de mañana han tenido que cambiar los alcaldes, sus estrellas (ya jubilados por el PP Emilio Gutiérrez; y por las urnas y los juzgados el sempiterno regidor pucelano Javier León de la Riva, famoso por granjearse los odios más sonados).

Pero que ahora los capitanes se citen de manera inédita, se den la mano e intercambien camisetas y banderines para la foto no evita que aún sobrevuelen la agenda polémicas jugadas, faltas y penaltis por dirimir, encontronazos históricos y también, por qué no, futuros proyectos para tratar de hacer León y Valladolid una selección que defienda comunes intereses. Si es que es posible y así lo avalan sendas hinchadas.

Un hándicap difícil de reconciliar es el antológico golazo por la escuadra que el combinado de Valladolid metió a León allá por 1951, cuando la FASA-Renault se instaló a orillas del Pisuerga y no a las del Bernesga, declinando al decir de muchos la balanza industrial y económica venidera a favor del equipo pucelano. Aunque hay quien considera que en realidad fue un mayúsculo error táctico y un error de defensa del 'capellán' del equipo leonés, el obispo Almarcha, que prefirió no ganar ese vital partido para ganar en paz social.

Otro hito fue la obligación de consentirse mutuamente que ambas selecciones tuvieron que admitir a regañadientes cuando en la Transición los políticos sellaron que, quisieran o no, con o sin consulta, las aficiones pertenecerían a la misma liga e idéntica federación: la Junta de Castilla y León. Desde entonces, las internadas por la banda de unos por ser de facto líderes de grupo y capital de la Comunidad autónoma y la empecinada defensa de los otros por frenar el avance de Valladolid y el declive leonés a puestos de descenso ha sido una tónica que los seleccionadores, léase alcaldes, no han hecho más que alimentar con más o menos éxito.

Del calendario de la nueva temporada que hoy comenzarán a hablar Silván y Puente, y que se repetirá en el campo del Valladolid en próximas fechas, hay aún asuntos controvertidos que necesitarían un árbitro severo e imparcial. A saber:

Esta jugada a balón parado -tan parado que es un proyecto de hace más de 20 años- permite pensar en un partido ganado de antemano, dado que ambas capitales son de siempre conscientes de la importancia de esta conexión. Ejecutados los tramos casi urbanos en ambos territorios, lo lógico es que sea factible un juego coordinado de interés común para urgir la culminación de los 92 kilómetros restantes entre Santas Martas y Villanubla al seleccionador nacional, o sea, al próximo presidente del Gobierno.

Siempre rivales, máxime cuando el cancerbero León de la Riva se despachaba a gusto una temporada sí y otra también exigiendo exclusividad ¿regional? para la pista de Villanubla, dejando la de León en fuera de juego total. Siendo consejero de Fomento hasta hace pocos meses, el actual capitan de la ciudad de León, Antonio Silván, no lo llegó a consentir expresamente nunca. La duda es si su homólogo vallisoletano habrá heredado el punto de vista de su antecesor, como por otra parte defendió a menudo en el Ayuntamiento en el que era oposición. “Un aeropuerto único, potente y saneado”, reclamaba hace años.

Otro escollo gigante, casi imposible, para que el partido acabe en empate. Porque como consejero de Fomento, Silván firmó en 2011 con el 'equipo-ayuntamiento' de Valladolid un acuerdo que aún vincula a la Junta por el cual se ubicaría en Pucela el lugar de referencia industrial de la agroalimentación de todo el noroeste de España. La provincia de León en este caso, pese a tener evidente ventaja en número de marcas de calidad agroalimentaria, se hundiría en Tercera Regional, algo que industriales y otros equipos como UPL criticaron con firmeza en su día. Este Parque sería la punta de lanza de la apuesta por la Junta por situar el eje que pasa por Valladolid, relegando al de León, como eje logístico entre Portugal y Europa. Una estrategia también firmada por Silván cuando no defendía los colores municipales de León.

Dos durísimas entradas entradas relacionadas con el tren, el convencional y el AVE, han dejado muy tocado a León como epicentro del ferrocarril del noroeste. La provincia que, bajo Gobierno del seleccionador Zapatero, iba a albergar tanto los talleres de reparación de Renfe como el centro de control de la alta velocidad -con la consiguiente millonada de inversión y multitud de puestos de trabajo- ha quedado en un segundo plano al trasladar el Gobierno de Rajoy ambos proyectos precisamente a Valladolid. El nuevo taller central de reparaciones de Renfe en Valladolid será el “mayor y mejor dotado de Europa”, con una inversión anunciada de 142,5 millones. Mientras, los sindicatos y partidos políticos han puesto el grito en el cielo al perder León también el Centro de Regulación y control del AVE. Se trata de un sector clave y la ciudad del Pisuerga gana por goleada, a expensas de que Silván se decida por alguna agresiva maniobra que pueda dar la vuelta al marcador.

Estos y otros asuntos son la clave del partido de mañana. Fair Play por fin, sí, entre ambos equipos pero también hay muchos asuntos que pueden volver a ser motivo de penalti y expulsión. Porque el futuro inmediato de León, como de Valladolid, sigue estando en juego en la eterna la pugna de las dos ciudades.