'Brexit', de la decepción a la incertidumbre

Ical

Sentimiento de tristeza, sensación de decepción y, sobre, mucha incertidumbre ante el futuro son las principales cuestiones que señalan tener los ciudadanos británicos residentes o con una relación de intercambio constante con Castilla y León después de la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea (UE). Un caso claro es el de Nicholas Skinner, profesor y traductor jubilado del Servicio de Idiomas de la Universidad de Salamanca (Usal), que a sus 65 años calificó el referéndum como una “vergüenza” y afirmó sentirse “avergonzado de pertenecer a una población británica de cafres”.

Skinner, que asegura haber recibido “sinceras condolencias” de amigos españoles, gestados en los 40 años que lleva viviendo en la localidad salmantina de Arapiles, manifestó que el 'Brexit' “va a poner en una situación muy difícil a mucha gente” y aunque explica a la Agencia Ical que “la Unión Europea necesita de reformas”, muestra su creencia “en una Europa unida”.

Espera que como pensionista español que cotizó en la Seguridad Social nacional durante 40 años, el 'Brexit' no le afecte pero la incertidumbre rodea su situación: “No sé si necesito un permiso de residencia, porque mi pasaporte es británico, ni si podré obtener la nacionalidad española cuando el Reino Unido deje de ser europeo”.

Ante una mayor incertidumbre aún se encuentra Katherine Voyce, profesora de inglés de la Escuela Kilkenny en Salamanca. A sus 26 años, y tras vivir dos años en Francia y los dos últimos en la capital salmantina, Voyce se muestra “decepcionada, triste y desilusionada” con el resultado del referéndum. Asegura que toda su familia, residente en Norfolk en el este de Inglaterra, votó a favor de quedarse pero afirma con tristeza que la mayoría de la población de su región “ha votado para marcharse”, aunque deja un atisbo de esperanza al señalar que Londres, su ciudad natal, votó “para quedarse”.

“He pasado la mayoría de mi época de estudiante en el extranjero”, señala esta profesora de inglés con un Máster en Literatura Europea. “No sé qué podrá pasar, el gobierno ahora se va a volver más conservador aún”, augura. Esta inglesa considera que este nuevo escenario tampoco será bueno para España al apuntar que porque los británicos que vienen a veranear o a estudiar dejarán de venir por las dificultades que conllevará“, relata.

“Necesitaremos pasaportes para ir de vacaciones, tendremos que cambiar nuestras cartas de identidad porque ya no somos europeos, y no sé si para trabajar fuera tendremos que pedir un permiso o la nacionalidad”, sentencia Voyce. Además, alerta de que “el mayor problema será para las generaciones futuras, cuando quieran viajar o vivir fuera”.

Egoísmo

Tampoco muestra más esperanza Michael Leach, británico de 56 años residente en un pueblo cerca de Leeds, “que votó para quedarse” y que se encuentra en Salamanca de visita con una escuela de su localidad. “Me siento un poco desilusionado y triste, habría preferido que nos enfrentáramos juntos a los problemas del mundo y de nuestro continente y no de la manera tan egoísta como hemos votado”, afirma.

Leach sí mostró cierta esperanza en que “nada cambie para los intercambios escolares y universitarios con el extranjero”, aunque sí manifiesta que “a partir de ahora puede haber problemas con las fronteras nuevas”. Por último, y en los instantes previos a su partida rumbo a Madrid junto al resto de profesores y estudiantes que realizó durante la última semana un viaje de intercambio a Salamanca, recuerda que los alumnos “votaron en un 75 por ciento a favor de quedarse” en un simulacro de elecciones organizado en las semanas previas al viaje, por lo que asegura que en estos momentos comparten su “sentimiento de tristeza y decepción” ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Una decepción que también embarga a Katherin Park, de 41 años, directora del Centro Autorizado Platino de Cambridge English en Valladolid. Muestra su “tremendo disgusto y enfado” por la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea. “Me dormí tranquila pensando que esto no podía ocurrir y al despertar mis sentimientos han sido encontrados, pero todos negativos”, explica.

“Me parece increíble que en mi país haya salido un sí en el referéndum del 'Brexit'”, expuso, al tiempo que recordó que sus hermanos, todos residentes en el Reino Unido, “son muy activos en la redes sociales y han mostrado su enorme decepción”. A su vez, incide en la incertidumbre que le espera a un país del que ostenta su nacionalidad y donde estudió en la Universidad y residió seis años en Londres.

En su opinión, la decisión es “rotunda” y no se puede revocar como en unas elecciones “donde si has elegido a alguien y no te gusta más adelante puedes votar otra cosa distinta”. Por ello, alude a las “consecuencias imprevisibles” que el abandono del continente europeo tendrá para los británicos “en todos los ámbitos, sociales, políticos y económicos”.

A título personal, y especialmente en su ámbito de empresaria asentada en Valladolid desde hace varios años, se siente muy molesta: “Dejo de ser ciudadana europea viviendo en España y no sé qué pasará. En mi empresa contrato trabajadores sobre todo nativos británicos, ya que es más complicado hacerlo con americanos o australianos. Es muy difícil saber qué consecuencias traerá esto y tengo una gran decepción”.

Más tranquilo se muestra el británico David Lambie, residente en Soria, quien cree que el 'Brexit' no le supondrá problema alguno, más allá de tener que hacer algún papel administrativo, ya que a pesar de vivir desde 1985 en España solo tiene la nacionalidad británica. “Antes de que España ingresara en la Unión Europea yo ya residía en Soria, por lo que no creo que esto me acarree problema alguno”, apunta.

Más problemas para la UE

Prevé que la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea generará problemas al conjunto de la zona euro, que animará a otros países miembros a abandonar el proyecto. “Al Reino Unido le va a ir bien. A la Unión Europea no, porque se producirá un contagio”, resalta.

Lambie asegura que su familia inglesa, que reside en Shropshire, en el centro de Inglaterra, de donde él es originario, votó a favor de la permanencia en la UE, sin embargo, el resultado fue otro.

Noam Esteban De la Rosa Brinder nació en Londres hace 33 años donde vivió hasta que cumplió los 12. Sus apellidos denotan que es de padre segoviano y madre inglesa. Tiene una academia de idiomas en Segovia y asegura estar “bastante confundido” con respecto al resultado de las votaciones. No duda en calificar a sus compatriotas partidarios de la salida de la UE como 'yokels' que podría traducirse como 'paletos' y gente que no vive en el “mundo moderno”.

Asegura Noam que los que quieren salir de la Unión Europea “no ven las cosas a largo plazo” ya que solo “miran por el interés individual o más cercano”, además de asociar el 'Brexit' a los “conservadores que nunca han sufrido una crisis en su vida” y que “nunca han tenido que pedirle dinero a nadie”. Vaticina que con el resultado del referéndum puede que se produzca “la primera gran crisis del Reino Unido” porque está convencido de que Escocia “no querrá seguir en Gran Bretaña”.

Muchos proeuropeos

Con respecto a los británicos residentes en Castilla y León, Noam manifiesta que son “casi todos” son proeuropeos por lo que estarán igual de afectados que él, sin olvidar la incertidumbre que supondrá esta decisión a medio y largo plazo. Pese a la “contrariedad” del resultado y el margen tan estrecho, Noam acepta con deportividad el resultado.

Otro disgustado es Collin, de 42 años, natural de Cambridge y que vive en León desde 2007. Llegó para establecerse con su mujer, Cristina y aquí nació su hijo Alejandro, de dos años. Es editor de libros y hoy no oculta su malestar por la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea. Afirma a Ical que entre sus compatriotas, tal y como quedó reflejado en la consulta, hay mucha división de opiniones.

“Los políticos están a favor de Europa, va a ser un proceso muy complicado, que requiere cambios en la ley inglesa, que no tienen ganas de hacer. Va a ser una negociación muy compleja. Europa no quiere que sea un proceso fácil porque no puede ser que no pase nada”, afirma. Respecto a la decisión del primer ministro británico, David Cameron, de dimitir, ironiza con que “no hace falta que se marche, le vamos a echar”.

La campaña del 'Brexit', asegura, se polarizó mucho en el tema de la inmigración sin abordar otras cuestiones importantes. La nueva situación, opina, empeorará la imagen de la Unión Europea más que la de Gran Bretaña y abre un periodo de incertidumbre. No en vano, advierte que en Escocia ya hay voces que reclaman otra consulta porque no quieren abandonar la Unión, sin olvidar que la situación generada podría afectar también, a su juicio, por ejemplo, al independentismo catalán.

Simon Allen lleva 20 años en Ponferrada ejerciendo como profesor en una academia de inglés, “la mitad de la vida”, tal y como él explica. La legislación británica le privó ayer de votar en el referéndum debido a que lleva demasiados años fuera del país. “Hasta ayer podía votar en las elecciones europeas, ahora sólo me quedan las municipales”, explica.

Allen admite que “desde un punto de vista egoísta habría votado por quedarme porque la salida me puede complicar la vida, en cuanto al papeleo, pero desde Inglaterra, tal vez, mi decisión hubiera sido otra porque veo cómo gasta el dinero la Unión Europea”.

Critica la “campaña del miedo” impulsada por los defensores de la permanencia en la UE y recuerda que “no es un tema de izquierdas o derechas sino un asunto del pueblo”. “Cada uno tiene opiniones y razones diferentes para no querer seguir”, resume. Respecto a la situación que ahora se le plantea, Allen quita hierro al asunto y recuerda que en sus primeros años en España ya tenía que renovar periódicamente su permiso de residencia. “Imagino que no habrá nada dramático, será lo mismo que hace diez años”, apunta este inglés, aunque no descarte nacionalizarse español “si no me queda más remedio”. En su caso lo tiene más fácil al estar casado con una española y tener una hija en España.

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