Miedo y silencio en los dirigentes del PP de Castilla y León por temor a equivocarse de candidato

En las Cortes autonómicas, el presidente con los dos aspirantes a su sucesión. Eduardo Margareto / ICAL

Antonio Vega

Faltan menos de dos días para que finalice el plazo (este viernes 10 a las 20 h.) para que alguien se presente a la presidencia del Partido Popular de Castilla y León y crece el nerviosismo entre los cuadros del partido ante el silencio sepulcral que guarda Juan Vicente Herrera y los candidatables Antonio Silván y Alfonso Fernández Mañueco, alcaldes de León y Salamanca.

La situación en estos momentos en el partido es de gran tensión soterrada con tres posibles candidatos en liza: uno de salida que es el propio Herrera y dos de entrada, Silván y Mañueco, conscientes de que en el mejor de los casos sólo podrá quedar uno. Y es en el mejor de los casos porque en este momento nadie descarta que haya por vez primera dos candidaturas al PP autonómico, siendo conscientes de que al final todo puede depender de la decisión personal de Mariano Rajoy, como en su momento hicieron Lucas y Aznar con el propio Herrera.

Según fuentes populares tanto Silván como Mañueco tienen ya los avales necesarios para presentar su candidatura si fuera necesario (firmas de 90 de afiliados al corriente de pago), recogidos en blanco por si Herrera finalmente se queda por las razones que sea y es él quien necesita los avales. Pero en este momento la incertidumbre es total y más tras el silencio absoluto en filas populares tras la reunión entre los tres en liza el pasado lunes en Valladolid, tal y como adelantó este medio.

El momento que se vive en el PP autonómico ha llevado a algún alto dirigente provincial a manifestar en privado su temor a que se equivoque de candidato y sus bases apoyen al rival en la votación que se llevará a cabo el 17 de marzo, ya que le pondría en una incómoda situación que podría forzar su salida del cargo ya que a continuación tendrán lugar los congresos provinciales. Una situación que explica el silencio absoluto que se vive, y que otros justifican en que 'oficialmente' no hay ningún candidato todavía y que hasta que no lo sean no se producirán las adhesiones correspondientes.

En el caso de León el presidente del PP, Eduardo Fernández, apostaría en principio por Antonio Silván aunque cabe recordar su amistad y afinidad personal con el salmantino Alfonso Fernández Mañueco. Un hecho que genera desconfianza en los cuadros 'populares' intermedios, donde todavía permanece cierta división de la época del carrasquismo. La fallecida Isabel Carrasco, de quien era número dos Fernández antes de su conversión al oficialismo autonómico, apostaba claramente por Mañueco como sucesor de Herrera.

Temor al voto 'popular'

La falta de trayectoria de elección democrática en el PP ha generado ansiedad en los cuadros y filas populares, que afrontan por vez primera el sistema de doble vuelta implantado por Génova en el último Congreso Nacional de la formación.

Cabe recordar que sólo quienes estén al corriente de pago de las cuotas pueden votar, previa inscripción, en la elección en primera instancia de su futuro líder. En segunda instancia lo serán los compromisarios del Congreso del 1 de abril. Y aquí reside uno de los temores manifestados en las últimas semanas por los entornos de los candidatables, no conocer con seguridad el sentido del voto de la hasta ahora siempre confiable base del Partido Popular de Castilla y León. También sería la primera vez que se le concede voz en este proceso caracterizado hasta ahora por el 'dedazo' del líder de turno.

La escasez de militantes inscritos hasta el momento, que vendría motivada por la falta de estar al día de pago de muchos de ellos, está generando más nerviosismo todavía puesto que la base de votantes podría verse muy mermada de las abultadas cifras de militantes de las que suele presumir el PP CyL.

Lo único que muchos dirigentes populares tienen claro es que si finalmente hay batalla a dos las arcas del PP autonómico crecerán considerablemente este mes de marzo, para poder votar. Otra cosa será lo que elijan los militantes (al corriente de pago eso sí).

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