Votar contra piscina y marea

Las monjas premostratenses de Villoria de Órbigo, que hace meses dejaron el convento de Villoria, acudieron hoy para votar.

Carlos J. Domínguez

Madrugaron. Como dios manda. Como llevan haciendo décadas para sus oraciones casi nocturnas y en cada una de las citas electorales. Como la de hoy en las elecciones generales, que no es una más porque hoy, 26-J (de junio), es especialmente difícil para el común de los mortales vencer la tentación de dejarse llevar por los placeres del veranito, la piscina, las muchas fiestas por la geografía provincial, los paseos por los paisajes leoneses o cualquiera otra de las infinitas distracciones propias de la época. En este contexto tan especial, acudir a introducir las dos papeletas -Congreso y Senado- es para algunos un auténtico via crucis.

No para ellas. Son las cinco monjas premostratenses del Monasterio Norbertino de la Asunción, en la localidad de Villoria de Órbigo. Pero ojo, para sor Nieves, sor Honorina, son María Luisa o sor Norberta esta vez cumplir con el sagrado rito de las elecciones no ha sido tan fácil y aún así, como no podía ser de otra manera, han cumplido con sus votos... en el sentido literal de la palabra.

Permiso del obispo

A finales del pasado año 2015, la órden decidió que abandonaran el convento, aquel bellísimo edificio de Villoria que sus antecesoras han ocupado desde siglos atrás. El motivo: que eran muy pocas y que eran muy mayores. Desde entonces, residen acogidas por el obispo de Astorga en la capital de Maragatería, a una buena distancia de su 'casa' de siempre.

Pero cuando llegó este año la trajeta censal supieron que aún debían regresar ahora en junio una vez más, porque votaban en Villoria. Y para allá que se han ido, papeleta en ristre, tocadas con sus reconocibles hábitos, jubilosas, sonrientes, como si fuera para ellas un fantástico día de excursión. No hay más que verlas sonreir, conteniendo a dudas penas una risilla nerviosa que se contagian de unas a otras.

Otros, con menos fe, con una más débil voluntad, sin el firme apoyo de ningún obispo, se debaten en esta jornada dominguera de pleno verano en qué momento cumplir con la Democracia, si es que finalmente han decidido hacerlo. Las tentaciones son mucho más grandes que las de las 'madres' premostratenses. El goteo en los colegios electorales de la provincia ha sido leeeeento desde la apertura a las ocho de la mañana, en la que además de algunos sonoros trasnoches -en León capital, por ejemplo, la madrugada de las fiestas locales fue muy larga- se ha podido sentir un frescor incluso gélido.

'Domingueando'

Poco a poco, el sol y el cielo límpido ha impuesto al domingo aspecto de auténticas vacaciones. Y se ha ido notando la llegada de paseantes que han ido animando las mesas electorales. El mediodía, caluroso, será sin duda un momento más de siesta que de reflexión. Y está por ver si algunos que no han podido abstraerse a la tentación de 'dominguear' llegan antes de que a las ocho de la tarde se cierren las urnas. En la mente de todos, los esforzados y los más perezosos, la difícil resolución de un auténtico sudoku político, casi seguro remedo del que hoy nos vuelve a citar en los colegios electorales a todos los españoles.

La solución, si la hay, está detrás del domingo electoral más veraniego de nuestra reciente historia. Si ustedes no salen de fiesta o no se acuestan pronto para levantarse a orar mañana, permanezcan atentos al resultado. Promete ser, cuanto menos, interesante.

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