La lechera de Pucela

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría en León

Por José Luis Gavilanes Laso

Los cazurros estamos de enhorabuena. La señora vicepresidenta del Gobierno, doña Soraya Sáenz de Santamaría, pese a haber nacido en Pucela, nos ha confesado hace unos días en León el cariño especial que siente por esta ciudad. Con igual zalamería se manifestó recientemente en su visita de arrepentimiento por su metedura de pata en Londres el afligido presidente don Mariano, añorando también su estancia por aquí en edad juvenil. Enternecedor. ¡Como para quejarnos de estar desamparados de arrumacos por los más altos bultos del Gobierno! ¿Pero estas caricias que tanto me conmueven, está teniendo o van a tener algún efecto en liberar a los leoneses de sus lacras sociales y económicas? Me temo que no. Porque doña Soraya, como don Mariano, no las reconocen, ya que todo para ellos es triunfo, pompa y circunstancia. Como tantos otros de sus colegas políticos, llegados al poder, demuestran que su reino no es de este mundo por vivir en otro que es el mejor de los posibles.

Mire usted, doña Soraya, su afirmación de que “León sólo no tiene sentido ahora que Europa nos demuestra que el camino correcto es la integración”, tiene una réplica fácil. No le voy a hablar del caso de Gran Bretaña, porque imagino que lo conoce, ni el aumento de antieuropeísmo que se rezuma en los propios países de la Unión Europea, ni del problema de Cataluña. Yo le digo que esto de la “soledad” autonómica está registrado ya en España, por si usted no se ha dado cuenta, en La Rioja, Cantabria, Asturias, Navarra y Murcía, aunque aún no esté escrito así de singularizado en la Constitución. Parece que eso es para usted de absoluto sentido, racionalidad y buen funcionamiento. Frente a estas “soledades”, está el baturrillo de nueve provincias que es Castilla y León. Si de lo que se trata con las autonomías es de descentralizar la administración del Estado, ¿a León qué más le da que el centro de la mayores decisiones esté en Madrid o resida de facto en Valladolid?

Habla usted de que León “está tomando el dinamismo que merece”. Gracias por la parte infinitesimal que me corresponde. Pero el diccionario nos dice que dinamismo significa “movimiento”, “energía activa y propulsora”. Y yo le preguntó: ¿podemos hablar de dinamismo, cuando las estadísticas nos muestran que por estos pagos son mayores las defunciones que los nacimientos y que el número de pensionistas está a punto, si no ha rebasado ya, a la población activa que cotiza; cuando las cifras cantan que 5 jóvenes se marchan diariamente de este territorio; cuando en doce años han desaparecido por recortes en la enseñanza un millar de profesores; cuando en los diez últimos años se han perdido 52.000 habitantes; cuando en la propia ciudad pateando por un tramo aproximado de un kilómetro de sus calles hay una treintena de locales cerrados; cuando, como ha vaticinado el profesor de Geografía, López Trigal, en 20 años quedarán deshabitados la mitad de los pueblos leoneses; cuando, afortunadamente, los incendios en los bosques descenderán, pero porque ya apenas habrá masa forestal que se queme?

Para la despoblación y sus consecuencias, lo único que nos ha traído doña Soraya bajo el sobaco es un plan de vivienda aprobado recientemente, rehabilitación de las casas rurales, ayuda a los jóvenes que decidan quedarse en sus pueblos de origen y poca cosa más

Sobre este último grave problema ha llego a mis oídos que al final del acto de intervención de doña Soraya en el Conde Luna, una persona del público asistente preguntó de dónde se iba a extraer dinero para ésta y otras promesas, en una provincia como la de León, donde la producción, ahora sin el carbón, es escasa. La contestación de parte de los organizadores fue que hiciera el favor de abandonar la sala, puesto que, por intruso, no figuraba inscrito como asistente al acto, lo que era de obligado cumplimiento. Sin comentario.

Pero eso sí, el Ave y la capital gastronómica, que añadidos al santo Grial de San Isidoro y a la cuna del parlamentarismo que nos arrulló, van a fomentar el turismo de tal manera que León se convertirá, a no dudar, en el referente de asuntos que van a ser el futuro más inmediato para nuestros hijos —los que vuelvan, si vuelven, claro es, del exterior. ¿No les parece estar oyendo el cuento de la lechera, cuando el pronóstico no está correspondiendo en nada con la realidad?

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