El aérodromo de Pajares de los Oteros fortalece a León para ser provincia aeronáutica en España

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Elena F. Gordón / IVAL

“Tenemos la Academia Básica del Aire en La Virgen del Camino, el acuartelamiento de Ferral del Bernesga, con el primer batallón de drones del Ejército español, la Escuela de Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de León y estas instalaciones. Si lo mezclas todo, no hay ninguna provincia en España que tenga esto, ninguna”. Con ese argumento, Santiago Rodríguez, impulsor junto a Rogelio Fernández del aeródromo de Pajares de los Oteros, resumía hoy el potencial de la provincia en la materia. “Es cuestión de ponerlo todo en fila y convertirlo en un objetivo para todos. Nosotros queremos que ésta sea la Ciudad del Aire y León la capital aeronáutica de España”, manifestó durante la jornada inaugural que reunión a cientos de aficionados y curiosos.

Con el indicativo LEOS, las instalaciones cuentan con 225.000 metros cuadrados de terreno aeronáutico, una plataforma de aterrizaje de 1.287 por 83 metros y dentro de ella una pista de 1.210 por 23 metros. Todo eso, convierte al de Pajares de los Oteros en el mejor tercer aeródromo privado de España, por detrás de los de Sabadell (Barcelona) y Cuatrovientos (Madrid).

Santiago explica, mientras su socio protagoniza una exhibición ante la atenta mirada del público, que lo que hasta hace poco fueron fincas de cultivo, ahora acoge -entre otras cosas- una escuela pilotos comerciales. “Aquí puede venir cualquiera que esté interesado en ser piloto de una aerolínea, o en sacarse la licencia, o en volar drones, o aprender a saltar en paracaídas y también quien quiera guardar su avión, además de empresas tecnológicas. ”Tenemos las instalaciones perfectas“, presume después de detallar la capacidad para alojar 250 avionetas y una decena de compañías.

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El aeródromo de Pajares de los Oteros es el sueño convertido en realidad de “unos cuantos pilotos” que quisieron invertir en él “algín dinerillo ahorrado”. La Universida de León ha respaldado el proyecto desde sus inicios y así lo recordo hoy durante el acto inaugural el rector, José Ángel Hermida. En dicha ceremonia también estuvieron presentes, entre una amplia representación institucional, el alcalde del municipio, Julio Fernández, la subdelegada del Gobierno, Teresa Mata, y el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo.

Pilotos llegados de toda España, Inglaterra y Portugal quisieron sumarse a la fiesta inaugural de un recinto de cuya calidad y condiciones responden los propios aficionados. Es el caso de Gregorio, que se desplazó con su mujer Beni desde Pamplona para acudir al acto. “No vinimos volando porque las previsiones para mañana no son buenas. Con 74 años, practica la aviación deportiva desde los 18. ”Es un aeródromo espectacular y espero que haya una buena respuesta general porque las instalaciones son de lo mejorcito que yo conozco“, señala. De su afición al vuelo destaca que ”es una forma de vivir que seguiré practicando mientras pueda“, añade.

Entre los presentes en la inauguración oficial se encontraba la presidenta del colectivo Sillas Voladoras, la alemana Elisabeth Heilmeyer, a la que un accidente de vuelo dejó en silla de ruedas, es aficionada desde pequeña y su discapacidad no la ha alejado de su pasión, que ha combinado con su lucha para conseguir en España -donde reside desde hace años- la misma normativa de ámbito europeo para que todo el mundo pueda practicar este deporte. Tampoco faltó a la cita el montañero Jesús Calleja, quien llegó en su propio helicóptero protagonizando una original entrada en la pista.

Puro espectáculo sobre un avión

En el amplio programa de actividades preparado para la ocasión destacaron las aplaudidas demostraciones y exhibiciones aéreas de acrobacias y paracaidismo, entre las que brilló con luz propia la de Ainhoa Sánchez, una bilbaína de 38 años que desde 2013 se ha convertido en la única 'Wing Walker“ -acróbata aérea- española. ”He descubierto esta nueva forma de vida, que me ha cambiado muchísimo y es un compendio de todas mis pasiones: la aviación, la danza clásica y el circo... a través de mi trabajo descubrí lo que era esto. Trabajo en la industria de la aviación y buscando fotos para un calendario me empecé a empapar de este mundo maravilloso y me parece algo increíble“, explica.

Para atreverse a colocarse sobre las alas de un avión, dice, hace falta principalmente mucha pasión. En las alturas, asegura, se siente “de todo, pero sobre todo una gran responsabilidad. Y libertad, te sientes único”. A la espera de lograr un patrocinador para un avión histórico con base en Cuatrovientos para poner en marcha una escuela, confía en que esta vistosa modalidad nacida en Estados Unidos después del final de la primera guerra mundial no se deje de practicar.

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