Los vecinos recuperan el puente medieval de Mansilla ante la dejadez de Patrimonio

Casi nadie recuerda este aspecto limpio y libre de maleza selvática que ahora presenta el puente.

C.J. Domínguez

El puente medieval de Mansilla de las Mulas es, sin lugar a dudas, otra de las joyas históricas de obra civil que atraviesan los muchos ríos de la provincia leonesa en el largo caminar de los peregrinos hacia Santiago de Compostela desde siglos atrás. Se trata del puente que salva el río Esla en dirección a la capital leonesa. Sus ocho bóvedas de cañón que suman 141 metros de longitud, ejecutadas en el siglo XII, sin Camino de Santiago pero a nadie parece importante.

¿A nadie? No. Por fortuna. Un reducido grupo de irreductibles vecinos han cogido en las últimas semanas el toro por los cuernos, han toreado el pasotismo de las administraciones y bajo impulso del nuevo equipo de Gobierno socialista municipal han decidido que si nadie protege y cuida lo suyo serán ellos lo que lo hagan.

Tres días de esfuerzo voluntario fueron necesarias para 'liberar' el puente y la ribera a sus pies.

Este es el espíritu que ha impregnado la realización de tres hacenderas vecinales sucesivas para limpiar de maleza y 'liberar' el puente. Se han desarrollado desde el mes de enero y el resultado de la colaboración desinteresada de los aguerridos habitantes de Mansilla de las Mulas es espectacular: de apenas poder verse la estructura del puente, ahora éste presenta a la vista y con todo su esplendor su imponente trazado. Por cierto, a tiempo de las peores consecuencias de posibles riadas.

José Miguélez, tercer teniente de alcalde de Mansilla, explica qué les empujó a promover estas hacenderas, que han resultado “un éxito del que todos estamos muy orgullosos”. Y es que cuando la Corporación se dirigió a Patrimonio de la Junta, se encontraron la incomprensible sorpresa de que esta construcción histórica ni está catalogada ni protegida. “Algo que no entendemos muy bien, aunque sólo sea porque es Camino de Santiago y éste conlleva una protección clara, al ser Patrimonio de la Humanidad”.

Total, que nadie se hacía cargo de 'salvar' el puente de la maleza que lo devoraba. “Nos llevó mucho hacerlo todo por el libro”, relata, “pedir y conseguir todas las autorizaciones, como la de Confederación, pero al final pudimos ponernos manos a la obra”. Y por tres ocasiones convocaron a los vecinos. “El objetivo, que creemos que se ha cumplido, no era sólo cuidar un patrimonio que es nuestro sino involucrar a la gente, que sienta el puente como algo valioso y algo suyo” para evitar que en lo sucesivo la dejadez total ponga el riesgo este inmueble. El puente es una obra medieval que data del siglo XII, aunque fue rehecha su estructura en el año 1.573, presentando varias fábricas correspondientes a ocho siglos de construcciones y reparaciones.

Hacendera, gran herencia del pasado

Las complicaciones no fueron pocas. Por ejemplo, sigue existiendo el escollo de “un terreno privado, de la Fundación Carballo”, que pasa bajo uno de los ojos y que llevaba el cauce a un antiguo molino existente en esa zona.

Pero, a pesar de todo, haciendo gala de un afán propio de Don Quijote contra los molinos, gracias al sudor, a las heridas y rasponazos de los vecinos, al ánimo demostrado sin más recompensa que alimentar el orgullo -y el estómago en meriendas que ponían fin a cada jornada de trabajo-, el puente medieval de Mansilla luce con más esplendor del que la mayoría de vecinos hayan conocido. Su planta ya es perfectamente visible, como se aprecia en las imágenes que ilustran este reportaje. Un ejemplo más de que en la provincia de León la tradición del trabajo vecinal colectivo, la hacendera, es una de las mejores herencias del pasado.

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