Miguel Ángel Pérez, el niño que miraba al Teleno y llegó a coronar el Everest

Miguel Ángel Pérez, en un selfie montañero

Álvaro Bayón

Miguel Ángel Pérez Álvarez, aunque nació en Barcelona en 1965, pasó gran parte de su infancia a las faldas de algunas de las más características montañas leonesas. Tal y como cuenta en su libro 'Historias del Everest', su afición al montañismo nació de los veranos que disfrutó entre el pueblo de su madre —Quintana del Castillo— y el de su padre —Robledo de la Valduerna—, donde admiraba las cumbres cercanas del Teleno, el Suspirón o el Arcos del Agua. Sus primeras experiencias en la montaña fueron ligadas a la nieve y al esquí, que pronto le llevaron al alpinismo desde sus primeras ascensiones a montes cercanos a su pueblo y a los Picos de Europa como miembro de la conocida peña leonesa de montañeros 'Gistredo', de la que todavía era miembro y con la que colaboraba en su Semana de la Montaña.

Desde niño el techo del planeta, el Everest, ejerció una fascinación para él que le llevó a publicar en 2013 el libro 'Crónicas del Everest', donde repasa las distintas ascensiones a esta cumbre a lo largo de la historia y las entrelaza con sus propios recuerdos en la montaña al más alto nivel. Este libro fue prologado por una de las más reconocidas alpinistas españolas, Edurne Pasabán, que recuerda la especial tenacidad del leonés que en los campos base, antes de una ascensión, era frecuente verle solucionando problemas de su trabajo como ejecutivo pegado al teléfono por satélite.

“Su vida ordinaria como ejecutivo en una gran empresa tiene que ver con su éxito en sus últimas expediciones (coronó ocho cumbres en las últimas nueve expediciones). Está acostumbrado a planificar, a tomar decisiones y a lograr los mejores resultados con los medios disponibles. Pero creo que si uno no tiene pasión por lo que hace, igual que no puede tener responsabilidades ejecutivas en una gran empresa, tampoco puede escalar montañas de ocho mil metros” afirma Pasabán en el prólogo, puesto que Pérez Álvarez combinó sus expediciones montañeras con su trabajo como ejecutivo en la empresa agroalimentaria 'Ebro Foods' y antes como secretario general de economía en la Junta de Castilla y León y abogado del estado (ahora en excedencia).

Sus expediciones destacaban por realizarlas frecuentemente en solitario —en muchos casos sin ni siquiera el apoyo de sherpas— y gran parte de las veces sin oxígeno. De este modo coronó nueve de los catorce 'ochomiles': Gasherbrum II (2004), Nanga Parbat (2005), Everest (2006), Cho Oyu (2007), Broad Peak (2008), Manaslu (2010), Lhotse (2011), Dhaulagiri (2012) y finalmente K-2 (2014). Ascendió también a más de cuarenta 'seiemiles' en los Andes y más de treinta 'cuatromiles' en los Alpes, así como cumbres del Caucaso, África, el Pamir o el Himalaya.

Miguel Ángel Pérez fue hallado muerto este miércoles en la tienda en la que se refugiaba después de haber descendido de la cima del K2 (8.611 metros), en el que era su noveno 'ochomil'.

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