Vallas para evitar despeñarse, no, pero para que no beban vacas, sí: la doble vara ambiental de la Junta de Castilla y León

Puente de los Rebecos en la Ruta del Cares

Antonio Vega

Vallas en un entorno natural para que las vacas no beban agua sí, pero vallas para evitar accidentes de personas en una ruta turística no. Así se resume la política ambiental de la Junta de Castilla y León en la consejería de Medio Ambiente que dirige el leonés Juan Carlos Suárez Quiñones en los entornos más protegidos de León.

La Junta de Castilla y León ha rechazado instalar vallas en algunas partes del trazado de la Ruta del Cares, tras un informe del Procurador del Común autonómico que solicitaba esta y otras medidas ante los accidentes mortales que se suceden en la popular travesía turística entre León y Asturias en el Parque Nacional de Picos de Europa.

Según el gobierno de Castilla y León la valoración de un vallado tiene una conclusión, que “tendría un efecto contraproducente, distorsionaría totalmente la propia naturaleza de la senda, haciéndole perder significativamente su valor ambiental y contribuyendo además a generar una falsa sensación de seguridad que probablemente generaría más accidentes”. Según esto vallar la ruta provocaría que se “contribuyera además a generar una falsa sensación de seguridad que probablemente generaría más accidentes”.

La Ruta del Cares tiene algunas pequeñas partes de su trazado con vallas, aunque su estado tampoco es el más adecuado en muchos de ellos. De hecho en julio del 2022 una mujer portuguesa se despeñó tras ceder precisamente una valla en la que se apoyó cerca del puente La Jaya de Cabrales. El informe del Procurador del Común nació a raíz de los últimos accidentes mortales, como el de un joven de 25 años que se precipitó por un desnivel de 60 metros en el limite entre Cabrales y Posada de Valdeón ocurrido el verano pasado.

200.000 personas realizaron la ruta del Cares el año pasado, calculan los organismos oficiales. La senda del Cares une Caín de Valdeón (León) con Poncebos (Concejo de Cabrales en Asturias) a lo largo de 11 kilómetros, aunque la ruta oficial parte desde Posada y se alarga hasta los 21 kilómetros solo en su trazado de ida. Un sendero heredado del acondicionamiento realizado en la década de los años 40 del S. XX para el acceso al canal de la central hidroeléctrica de Poncebos.

Solo en 2023 se contabilizaron seis rescates de montaña, una búsqueda, un incidente sanitario y la atención de una persona desorientada en la ruta. Pesa a esos datos la Junta cree que “En relación con el número de visitantes que recibe la senda al año (unos 200.000) el porcentaje de accidentes no se considera elevado”. Y creen que “la dificultad de instalación de un vallado debido a la orografía y el constante mantenimiento del mismo que generaría, sería difícilmente asumible, ya que la caída de piedras en la zona es muy frecuente”.

Vallas contra vacas sí

Aunque la Junta de Castilla y León rechaza vallar tramos de la Ruta del Cares para prevenir accidentes y preservar “su valor ambiental” hay otro caso en que justamente han decidido lo contrario, poner vallas para preservar sus valores ambientales, las lagunas de Babia.

El pasado verano la consejería de Medio Ambiente que dirige el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, decidió sacar un contrato para vallar cuatro lagunas del Parque Natural de Babia y Luna para 'protegerlas' del uso del ganado, ya que considera que afecta de forma fuerte a la flora ubicada en las mismas, algunas con especial protección, en los municipios de Cabrillanes y San Emiliano.

La disyuntiva en esta ocasión era el vallado prácticamente integral de las lagunas, lo que ha generado un amplio rechazo, o limitar los usos ganaderos en estas zonas de especial protección del Parque Regional de Babia y Luna, aspecto desechado por los técnicos de la Junta de Castilla y León, optando por vallas para su protección de la actividad ganadera y humana.

La protección de los extraordinarios ecosistemas de las lagunas de Las Verdes, la Grande, la Recoleta y la laguna del lago Chao en el Parque Natural de Babia y Luna sí es un argumento suficiente para la Junta de Castilla y León, que aunque afectan significativamente al paisaje protegido, creen que es necesario. Pero en el caso de la ruta del Cares consideran que esos valores ambientales excepcionales son argumento suficiente para no ponerlos, aunque sea a favor de la protección de las personas que por ella transitan.

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