El curso de verano de la ULE sobre redes sociales pone el acento en la solidaridad

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El curso de verano 'Redes sociales: de la comunicación a la solidaridad en red', que se celebrara en León del 13 al 15 de septiembre, abordará de forma interdisciplinar y de la mano de especialistas internacionales las redes sociales desde el punto de vista de cómo articular un futuro social en el que la vida digna sea posible para todos. “Qué posibilidades ofrecen las nuevas tecnologías, qué riesgos entrañan para una efectiva articulación de los procesos sociales o qué posibilidades se ofrecen en lo económico, en lo educativo, en lo artístico o en lo científico para confrontar la realidad de un modo más efectivo a cómo lo estamos haciendo”, son algunas de las preguntas entorno a las cuales gira este curso.

Con estas actividades se dan los primeros pasos en el desarrollo de una iniciativa apoyada por varias universidades e instituciones científicas europeas, coordinada por la Universidad de León (ULE) y enfocada a la promoción de estudios interdisciplinares, en la que se integra la dimensión artística y que pone en práctica una modalidad de participación híbrida que permite la realización de eventos extendidos en el sentido temporal y espacial. Se emplea así mismo una modalidad de certificación digital polivalente que hace posible la acreditación de competencias de diversos tipos y una participación más activa y colaborativa.

Una excelente muestra de la dimensión estética de esta iniciativa la disfrutó el público leonés en los conciertos celebrados en el verano de 2012, vinculados a la edición anterior del curso de redes sociales y en los que convergieron orquestas y coros de las universidades de León y Munich. En esta ocasión será un taller de soundpainting, que se celebrará en el teatro El Albeitar los días 13 y 14, el que aborde la facera artística del curso.

De la comunicación a la solidaridad en red

Como indica el director del curso de verano, José María Díaz Nafría, “la comunicación supone, sin duda, el substrato sobre el que se construye la realidad social, sin embargo, ésta no es suficiente para que lo social efectivamente funcione. Las acciones humanas requieren, más allá de lo meramente comunicativo, dosis de confianza, respeto, empatía, compasión, estima o colaboración como elementos que integran la solidaridad y sin los cuales el actuar humano resulta incomprensible o abocado a un inevitable fracaso.”

Si las redes sociales se analizan adecuadamente, según señala el catedrático de la Universidad Politécnica de Múnich y profesor en ambas ediciones del curso, Rainer Zimmermann, se puede “vislumbrar el resultado del libre juego de los agentes y su comportamiento de conjunto, del que eventualmente pueden emerger nuevas cualidades”, y observar cómo realidades de complejidad creciente aparecen tanto en el mundo natural como en el social.

No obstante, como subraya Francisco Álvarez de la UNED, esto no supone que se pueda “trazar el futuro cual si de un dibujo o diseño con tiralíneas se tratase.” Es más, “para comprender las transformaciones que parecen venir de la mano de ciertos cambios tecnológicos es, en mi opinión, muy conveniente abandonar una concepción lineal y determinista de los procesos sociales, de la innovación, del desarrollo de la ciencia y de la estructuración de las sociedades, que es heredera de la visión ilustrada de creer que es posible determinar las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad”. “Las redes sociales tecnológicas constituyen un momento muy destacado de la emergencia de la complejidad social en clave no determinista”, añadió.

Esto es algo que desde la perspectiva económica destaca el profesor Fleissner -distinguido economista austriaco que también repite convocatoria-, haciendo un llamamiento a los expertos económicos para confrontar “la realidad de un modo más apropiado y flexible, teniendo en cuenta el hecho de que en el pasado se han producido cambios cualitativos en los procesos de reproducción económica y no hay razón por la que no deba de ocurrir en el futuro.” Para ello es importante “entender los procesos en marcha y anticipar posibilidades futuras”, lo que constituye uno de los objetivos de la “computación social” de la que s hablará la investigadora sueco-croata Dodig-Crnkovic.

En definitiva, “las redes sociales pueden, según Enrique Díez de la Universidad de León, llevar a la materialización de las utopías tecnológicas de un mundo más igualitario o, por el contrario, reproducir o exacerbar los desequilibrios de poder que existen ya en la realidad social. ”El futuro se está construyendo con las redes que vamos tejiendo y para que dicho futuro sea vivible para todos, éste debe tejerse con hilos solidarios“, valoró.

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