Un grupo de investigación del Campus de Ponferrada se convierte en referente internacional en el estudio del hongo 'trichoderma'

Investigacion Campus Ponferrada

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Las investigaciones del Campus de Ponferrada de la Universidad de León (ULE) sobre el 'trichoderma' se convierten en referente internacional tras la publicación de los trabajos desarrollados por este grupo de investigadores, que desde el 2002 analiza las 'habilidades' de este hongo muy peculiar.

Y es que el 'trichoderma' (teleomorfo Hypocrea) es un género fúngico presente en muchos ecosistemas, es decir, “se trata de un tipo de hongo que está presente en casi todos los suelos y que, además de ser capaz de colonizar rápidamente las raíces de las plantas, ataca, parasita y se puede alimentar de otros hongos”.

Los expertos recalcan que este hongo destaca por sus variadas 'habilidades', que le han llevado a desarrollar numerosos mecanismos para atacar otros hongos, al tiempo que puede mejorar el crecimiento de algunas plantas. Unas peculiaridades que llamaron la atención de Santiago Gutiérrez, profesor titular del Área de Microbiología de la ULE, que impulsó la puesta en marcha de este grupo investigador que, con el paso de los años, se ha convertido en una auténtica referencia en el desarrollo de técnicas moleculares para el estudio de la interacción que se establece entre 'trichoderma', planta y patógeno.

“Algunas cepas se usan como agentes de control biológico porque tienen la capacidad de antagonizar, parasitar e incluso matar otros hongos”, explica Gutiérrez Martín, que añade que esa capacidad puede ser valiosa cuando se trata de hongos patógenos y también puede ocasionar problemas, por ejemplo, como ocurre con los cultivos de champiñón, en donde es el principal motivo de contaminación y pérdidas de cosechas.

Lo interesante, recalca, es que hay cepas que “han mostrado tener efectos directos sobre las plantas, incrementando el desarrollo de raíces, el crecimiento de la parte aérea, la captación de nutrientes, el uso eficiente de fertilizantes, la germinación de semillas y la respuesta de defensa de la planta frente a patógenos y estreses ambientales”.

Aliado frente a los patógenos

Estas 'habilidades' hacen posible su uso en agricultura, según explica una de las investigadoras, Rosa Elena Cardoza, “como inoculantes o agentes fortificantes de estreses ambientales y contra patógenos”. Y es que la evolución que ha experimentado este hongo le permite interaccionar con las plantas de forma que no es reconocido por ellas como un enemigo.

Gutiérrez Martín apunta que las cepas que son empleadas como agentes de control biológico “producen una gran variedad de compuestos o metabolitos, entre ellos los terpenos, que son muy relevantes por su diversidad y sus importantes actividades biológicas”. A lo largo de los años, el grupo de investigación del Campus de Ponferrada se ha especializado en el estudio de la síntesis de 'terpenos', como es el caso del 'harzianum A', producido por Trichoderma arundinaceum y que ha demostrado tener capacidad para antagonizar el crecimiento de hongos que son patógenos para las plantas.

También se ha trabajado con otro terpeno denominado 'ergosterol', que induce la respuesta defensiva y condiciona el nivel de réplica de las plantas frente a distintos estreses ambientales. El trabajo desarrollado ha caracterizado los genes que son importantes para la producción de estos compuestos, así como su participación en los mecanismos de defensa de la planta cuando es atacada por otros hongos patógenos, y por ello ha merecido la atención de prestigiosas revistas internacionales, que lo han dado a conocer.

Un grupo dinámico

Desde el año 2002 hasta la fecha han pasado por este grupo puntero un importante número de personas, como es el caso de Mónica Gómez Malmierca, que realizó su tesis doctoral y fruto de la cual se han producido varias publicaciones, dos de ellas de forma reciente en las revistas 'Molecular Plant-Microbe Interactions' y 'Applied and Environmental Microbiology'. Así, también se han realizado numerosas estancias de corta duración de estudiantes e investigadores del Campus de Vegazana de la ULE y de otras universidades como la de Salamanca (USAL), o la Universidad de São Paulo (Brasil).

El grupo cuenta también con la estrecha colaboración de los investigadores Susan McCormick, Nancy Alexander y Robert Proctor del Bacterial Foofborne Pathogen and Mycology Unit,United States Department of Agriculture Agricultural Research Service (USDA/ARS) y National Center for Agricultural Utilization Research de Peoria (Illinois, USA). También con la participación de los grupos dirigidos por Pedro A. Casquero del Departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la ULE; Enrique Monte del Centro Hispano-Luso de Investigaciones Agrarias (CIALE) de la USAL; y de Isidro G. Collado de la Universidad de Cádiz.

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