Las curiosas recomendaciones para 'petarlo' en la bibioteca de la Universidad de León

Fachada de la Biblioteca Central de la Universidad, un divertido hervidero en fin de curso.

No cabe un alfiler. Ni un apunte más. No hay una silla libre ni hueco alguno para el ordenador. Y sin embargo, hay muchísimo espacio para el ego, el postureo, las ganas de ligar y la diversión a raudales que se conjuga estos días en los espacio de estudio de la Universidad con los nervios a flor de piel por la llegada de los temidos exámenes de fin de curso, para las últimas horas antes de las oposiciones o la Selectividad.

En medio de este ambientazo, que forma una especie de universo paralelo, entre tensión y risas, un blog oficial de la propia Universidad de León, tULEctura, ha sacado la ironía a relucir para radiografiar finamente a la 'fauna' estudiantil, bajo la apariencia de una 'Carta abierta a los usuarios de la Biblioteca de la Universidad de Leon“ en la que propone a los usuarios una diverdísima programación de estudio para oriental al ”alegre batiburrillo compuesto por biólogos, aeros, mecánicos y resto de los industriosos, filólogos, economistas y demás ramas del saber conforman un caldo de cultivo en el que todo puede suceder...“.

Y dentro de esa programación, lo primero es el “postureo bibliotecario”. Porque cualquier usuario sabe que un tema esencial de esa programación es la “celebración de la San Isidoro Fashion Week” y las tertulias que provocan los modelitos de ellos y de ellas.

Es el tiempo, continúa el ácido blog, de abrir el “periodo de amortización máxima del iPhone”, tanto como de “ocupación, expansión y colonización de espacios de estudio con carpetas, estuches, folios apuntes y dispositivos móviles”.

Los móviles marcan la pauta. Por eso, hay poco menos que competiciones de “selfies a cascoporro hasta conseguir sacar uno al que dar el visto bueno”. Y por supuesto, “fotos a los apuntes, mensajes con comunicación a los diversos grupos de WhatsApp de la posición gps del usuario, por si alguien viene al rescate”, así como “snapchat y sus filtros”. Pero los recursos de toda la vida, como una partida de cartas, resisten estoicamente.

En el imprescindible apartado musical, por un lado es éste el tiempo de la “instalación de banda sonora personal (tú, tus auriculares y tu música de fondo)”, en constante y desigual lucha “gracias al reggaeton a tope del coche estacionado en el aparcamiento adyacente a la sala de estudio”. Uf.

Estos días se prodigan tanto en la Biblioteca Central de San Isidoro en el propio Campus como en la recién reabierta Casa del Estudiante en El Albéitar los “encendidos debates sobre si se debe priorizar a los usuarios universitarios ante los externos o si la biblioteca es para quien la trabaja”, como dejó dicho de otro modo Emiliano Zapata. Y claro, el “tráfico de apuntes, tráfico de exámenes” y la consabida información de los más expertos sobre que “este tema cae todos los años”, asunto para el que los autores del artículo piden un minuto de silencio “en memoria de los caídos a los que ese año en concreto... no les cayó)”.

Hay tiempo para el patrocinio encubierto (“Red Bull te da alas”) y también para la constatación de que a veces no hay remedio bueno y llegan esos momentos de “aburrimiento, estudio, y no tener vida, y no dormir”; O “vivir en la biblioteca... pequeñas siestas sobre los apuntes...”.

Pero por encima de todo, la época da para conseguir el mayor “fortalecimiento de lazos sociales” de todo el curso. La 'pesca sin muerte' vive en este final de curso la temporada alta de la veda del estudiante o la estudiante, y se multiplican los mensajitos sobre las mesas de estudio y los apuntes.

El más grave de los problemas, continúa este divertido artículo, tiene un nombre: las faltas de ortografía. “En este sentido, son ya varias las ocasiones en las que solo la rápida intervención de los especialistas que acudieron al grito de ”¿Hay algún filólogo en la sala?“ ha podido mitigar las lesiones oculares producidas por las faltas de ortografía de algunos mensajes”.

Por eso, sus autores terminan este post recomendando encarecidamente no 'atacar' a nadie con esas faltas ortográficas, al tiempo que -ahora ya muy en serio- se sigan a pies juntillas las normas establecidas en el Título IV (Usuarios y Servicios) del Reglamento de la Biblioteca de la Universidad de León (consultar aquí) y “las dictadas por el sentido común para la convivencia”. Hacerlo no merma ni un ápice el postureo, la diversión ni el rendimiento de los estudiantes.

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