El cultivo de remolacha cae a la mitad en 15 años en la provincia de León y los bajos precios amenazan su continuidad

Descarga de remolacha en la azucarera de La Bañeza. Foto: Astorgaredaccion.com

Jesús María López de Uribe

Los agricultores de la provincia de León, la mejor preparada de España para garantizar todos los años los cultivos de regadío, han abandonado notablemente en los últimos 15 años la producción de la remolacha azucarera, haciendo caer practicamente a la mitad la superficie destinada a este tubérculo; pasando de las 8.500 hectáreas de la campaña 2004-2005 a una cantidad inferior a las 4.500 en esta que comienza.

¿Cómo es posible que siendo León un lugar donde los embalses respaldan el riego —mientras Palencia y Valladolid, las otras provincias remolacheras, necesitan todos los años del agua de la montaña leonesa de Riaño— esté desapareciendo uno de los antaño cultivos más importantes de la provincia? “El precio de la remolacha ha caído, pero es que hay que contar también con la inversión necesaria para cultivar y la dedicación que lleva... y mucha gente termina abandonando”, explica el secretario general de Asaja en León, José Antonio Turrado.

La crisis de este descenso sería de enorme magnitud en cuestión de cosecha para el sector azucarero leonés si no fuera porque el rendimiento ha crecido hasta considerado antaño el 'número mágico' de las 100 toneladas por hectárea. Teniendo en cuenta que se suelen plantar cien mil semillas por cada 10.000 metros cuadrados, y no todas germinan o sobreviven, es una media de un kilo por planta. No está mal cuando hace 15 años la media venía a ser inferior a los 80.000 kilos y la campaña pasada también fue mala con 84 toneladas por hectárea.

“Es cierto que se siembra menos, pero también que el rendimiento por hectárea ha subido, con lo que se compensa algo, pero no es menos cierto que el agricultor está abandonando el cultivo por otras alternativas ya que no confía en el mercado ni en la industria azucarera”, apunta el líder de la Asociación de Jóvenes Agricultores en la provincia.

Así, la mayoría de los remolacheros han pasado hectáreas al maíz, que este año superará las 70.000 de superficie en toda la provincia de León. “Y la verdad es que hay pocas alternativas para el regadío”, asume Turrado. “Y es curioso porque la remolacha es el cultivo más subvencionado de la provincia con diferencia, pero desde que se quitaron las cuotas en 2017 el precio percibido por el agricultor no hace más que bajar y eso crea incertidumbre”.

El año pasado el cultivo de este tubérculo azucarero no fue muy superior, pero el rendimiento por hectárea bajó, y el precio más o menos se mantenía constante desde 2005, con 42 euros por tonelada. Sin embargo, para esta campaña se prevé un descenso de unos seis euros, quedando a 36 (a 3,6 céntimos el kilo), con lo que “con lo que cuesta estar pendiente del cultivo y la inversión monetaria que requiere, no es una evolución extraña que cada vez haya menos superficie”, afirma el sindicalista agrario.

La tercera parte de la cosecha leonesa, a Acor en Valladolid

Por otra parte, este año la tercera parte de la cosecha de la provincia de León, la de unas 1.500 hectáreas se molturará este año en la factoría azucarera de Olmedo en la provincia de Valladolid propiedad de Acor. Eso supondrá unas 150.000 toneladas, la tercera parte de las 450.000 que se espera que se recolecten en León.

Así, el complejo industrial de La Bañeza que pertenece a British Sugar perderá parte de la cuota productiva con lo que se queda otro año más por debajo de su capacidad molturadora, aunque sume toneladas del norte de Zamora a las 300.000 que espera del resto de la superficie a cultivar.

Las previsiones del grado de polarización en esta campaña —el porcentaje de azúcar que se saca por kilo de este tubérculo— puede rondar los 18 grados. Es decir, 180 gramos de cada 1.000 terminan en el lineal del supermercado. Al menos los primeros resultados de la azucarera de Acor en Toro (Zamora) indican que ronda los 18,3; pero habrá que ver cómo evoluciona la zona leonesa, aunque se cree que no habrá excesiva diferencia.

La amenaza del mercado internacional y Mercosur

Existen otras circunstancias que ponen en jaque al antaño pujante sector de la remolacha azucarera en la provincia, la liberalización del mercado internacional en la Unión Europea. El ejemplo más evidente es el acuerdo alcanzado con Mercosur, del que ya advirtieron en julio los sindicatos agrarios que podría suponer un golpe muy fuerte a los intereses de los agricultores y ganaderos leoneses.

Además, que la azucarera de La Bañeza sea propiedad al cien por cien de una compañía del Reino Unido, British Sugar, no pone más que incertidumbre, teniendo en cuenta el nebuloso resultado del Brexit por el que este país dejaría de pertenecer al mercado común europeo.

En su momento, Matías Llorente —el secretario general de la Unión de Ganaderos y Agricultores de León, la marca de la Unión de Pequeños Agricultores en la provincia (Ugal-Upa)— dejó claro que “hay que lucharlo en el Parlamento Europeo que es el que tiene que aprobarlo definitivamente, y tenemos de plazo hasta 2020 o 2021, no queda otra”.

Quizás por eso la mayoría de las hectáreas que han pasado a Acor son de agricultores de la órbita de su Organización Profesional Agraria, para quedarse al menos en manos de una empresa española. Llorente vaticinó hace unos meses que los agricultores “darían la batalla” por reducir el impacto de las importaciones para que no se deje de cultivar en los campos y la industria azucarera aumente sus beneficios sin repercutirlos en el medio rural, al dedicarse en España sólo a la importación del azúcar ya refinado y no a la molturación de la cultivada aquí.

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