La huella de ETA en León

Atentado de ETA

ileon.com

El 22 de diciembre de 1995 el comandante de artillería Luciano Cortizo Alonso, fue asesinado junto a la basílica de San Isidoro. Tras la histórica noticia producida este jueves del abandono definitivo de la lucha armada por parte de la banda terrorista ETA, echamos la vista atrás para no olvidar a las víctimas que han fallecido a lo largo de estos 43 añós de violencia.

Cortizo transitaba en su coche por el centro de la ciudad junto a su hija Beatriz, de 18 años, cuando una bomba-lapa adherida al automóvil estalló provocando la muerte inmediata del militar y heridas graves a su hija. Otros tres leoneses que se encontraban cerca del lugar resultaron heridos.

Manuel Vicente González, natural de León y de 43 años, fue asesinado para marcar posiciones por las disputas que PNV y PSOE tenían sobre si el nombramiento de los secretarios municipales, cargo que acupaba González, debía depender del Gobierno Central o de las instituciones forales.

Milagros Amez Franco, natural de Laguna Dalga (León), trabajaba de dependienta del Hipercor, dejando una triste huella en el más dramático atentado perpetrado por la banda terrorista en toda su historia.

Policias y guardias civiles destinados en Madrid y el País Vasco, han sido los más castigados. En el primer trimestre del año 80 fueron asesinados un guardia civil y un policía nacional, Victorino Villamor y Dionisio Villadangos y en 1986, José Antonio Alvarez y José Juan Calvo.

En total 18 víctimas desde 1973 ligadas a León. Todos ellos murieron injustamente en la carrera criminal de la banda que este jueves ha anunciado el abandono definitivo de la violencia.

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