Caja España-Duero, ¿susto o muerte?

Leticia Pérez/Ical. Braulio Medel (Unicaja) y Evaristo del Canto (Caja España), protagonistas del culebrón financiero de Ceiss y Unicaja.

Antonio Vega

Al culebrón de la absorción de los restos bancarios de Caja España-Duero (oficialmente conocidos como Banco Ceiss) por parte del banco de la entidad malagueña Unicaja sólo le restan poco más de 10 días para conocer su desenlace final (esta vez parece que sí sera el definitivo). Escasos días en los que últimamente se ha visto de todo, amenazas de querellas por acusar de mentir sobre la oferta, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) saliendo desesperadamente a pedir a los preferentistas que acepten la oferta de Unicaja y Caja España-Duero acumulando una carrada de sentencias desfavorables a la entidad por engañar a los preferentistas, y las que las asociaciones de afectados dicen que caerán en las próximas semanas y meses.

Un cóctel poco aconsejable para intentar cerrar un proceso que comenzó en un ya lejano 2011 como una fusión para crear una entidad financiera de relevancia en el panorama nacional y que nadie sabe a ciencia cierta cómo acabará el próximo 20 de enero. Pasar pueden pasar dos cosas: que Unicaja acepte quedarse con Banco Ceiss o que no lo haga. En el segundo caso el panorama que se abre dependerá de la decisión del Estado de qué hacer con Ceiss, si quedárselo e intentar colocarlo a otro actor financiero o bien optará por que se convierta en la primera entidad financiera española en ser liquidada en esta crisis, ahí es nada.

El principal obstáculo en estos momentos para que Unicaja se quede la malograda Caja España-Duero radica en el canje a los tenedores de participaciones preferentes y deuda subordinadas, ahora bonos contingentes convertibles (CoCos) en acciones de Banco Ceiss. En principio Unicaja ha fijado en un mínimo de aceptación del 75% de los bonistas, a sumar al del 75% de los accionistas, las condiciones para quedarse Banco Ceiss como filial. La segunda condición ya la ha superado pero la primera parece poco probable que lo haga antes de la fecha límite del 20 de enero. Pero como dicen fuentes de Banco Ceiss, esa condición puede cambiarse si Unicaja quiere. La clave es que aunque los preferentistas escojan la vía judicial para recuperar su dinero el FROB (esto es dinero público) pondrá hasta 1.250 millones de euros para que los malagueños se queden la antigua caja leonesa, ahora banco con sede en Madrid.

Fuentes de la entidad financiera han asegurado a ileon.com que podrían haber firmado el acuerdo de canje el 30% de los bonistas, un 10% lo tendría judicializado, otro 40% se lo estaría pensando y el 20% restante habría rechazado el acuerdo. Cifras dispares a las que ofrecen las asociaciones de afectados que aseguran que no son más del 10% los que han aceptado la oferta. El 20 de enero saldremos de dudas sobre quién tiene razón.

Banco Ceiss fue nacionalizado en mayo pasado. Desde entonces se ha buscado una solución a su liquidación.

Las tensiones de los últimos días suponen el capítulo final a la historia conocida de Caja España-Duero, ahora reconvertido en un banco maldito y para el que el Estado busca una solución antes de que se convierta en un problema peor. Lo cierto es que lo de Ceiss podrá pasar a la historia de los despropósitos de la actual crisis bancaria, bien por la innegable actuación desastrosa de sus gestores desde de su época de caja, hasta el proceso actual de ser un banco nacionalizado, actuar como si no lo fuera e intentar colocarlo a cualquier precio para que no afecte a la credibilidad de España y la de su sector bancario.

Banco Ceiss, cuyo presidente leonés Evaristo del Canto lleva un año y medio sin comparecencias públicas, fue nacionalizado de forma efectiva el 16 de mayo de 2013 al quedarse el FROB el 100% de las acciones en manos de Caja España-Duero (la caja) por no pagar las cuotas de los primeros 525 millones de euros inyectados en el banco. 525 millones que los españoles jamás recuperarán, según confesó el Estado. Lo llamativo del caso es que esta nacionalización jamás ha sido reconocida de forma explícita ni por el FROB, ni por la entidad, ni por el Banco de España escudándose siempre en que se estaba en proceso de negociación con Unicaja y la Comisión Europea para la fusión.

Para solventar sus gravísimos problemas de solvencia el Estado insufló otros 604 millones de euros a sus cuentas. Una aportación adicional que supuestamente devolverá Unicaja si se queda Ceiss para evitar que el Estado entre en su capital. De momento Unicaja ya tiene el compromiso de más del 75% de los accionistas, fundamentalmente el FROB, de venderle las que poseen de Banco Ceiss, requisito para que salga adelante la absorción. Banco Ceiss ha recibido además este año otros 3.137 millones de euros vía 'banco malo' o Sareb por quedarse con su cartera de activos tóxicos y poder limpiar así su balance de riesgo inmobiliario. En total de momento lleva 4.266 millones de euros públicos a los que podrían sumarse otros 1.250 millones del FROB para pagar el impacto de las preferentes.

El panorama de Banco Ceiss es que si la absorción por Unicaja no sale adelante, el Estado se encuentra maniatado para inyectar más fondos públicos a la entidad y que pueda sobrevivir. El Gobierno de Mariano Rajoy ha cerrado ya el programa del rescate financiero, perdiendo unos 37.000 millones de euros, y la cercanía de procesos electorales hace difícil que se pueda actuar con este banco como con Catalunya Caixa o Novagalicia Banco, teniendo en cuenta además el escaso peso político que Castilla y León tendrían para afrontar una situación similar.

Quedan pocos días para que el adelgazado Banco Ceiss -con mucha menos plantilla, oficinas y negocio- sepa su futuro, entre el susto o muerte, entre Unicaja y la amenaza de liquidación.

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