La leonesa más poderosa que no dejaba indiferente a nadie

Carlos S. Campillo / ICAL La presidenta del Consorcio Provincial de Turismo de León, Isabel Carrasco, presenta junto a la actriz Ana Duato, y al presentador Jesús Calleja, la grabación en León y provincia del documental turístico-gastronómico 'Un país para comérselo'

ileon.com

Isabel Carrasco Lorenzo nació en Campo de Santibáñez (municipio de Cuadros, León) hace 59 años, en una familia humilde cuyo cabeza de familia era ferroviario en el barrio leonés de El Crucero. Pese a todo, alcanzó lo más alto del poder provincial e incluso autonómico gracias a tres características de su personalidad: el trabajo, el control de su entorno y una arrolladora personalidad.

Dedicó gran parte de su vida a la política activa y en primera línea, siempre dentro del Partido Popular, de cuya formación era en la actualidad presidenta provincial. Y ese fuerte carácter era precisamente lo que la hacía merecedora de las airadas críticas de unos y los apoyos incondicionales de otros, pero jamás dejando a casi nadie indiferente.

Carrasco, inspectora de Hacienda de profesión como jefa de la Unidad Regional de Inspección de las Grandes Empresas y Patrimonio en Castilla y León, llegó a primera línea de la política provincial al ser designada por el dedo del entonces presidente de la Junta, José María Aznar, como delegada territorial de la Junta de Castilla y León en la provincia leonesa. Suyo fue el logro, por ejemplo, de unificar en el actual edificio de Eras de Renueva las sedes entonces desperdigadas que la administración autonómica en la capital leonesa. O de reflotar ese polígono leonés, cuyo desarrollo fue un éxito.

Desde León dio un salto espectacular al ser nombrada en julio de 1995 consejera de Economía y Hacienda de la Junta por el sucesor de Aznar, Juan José Lucas, permaneciendo al frente de las cuentas autonómicas hasta que Lucas fue sustituido por el actual presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera.

De izda a dcha: la gimnasta Carolina Rodríguez, Isabel Carrasco y Ruth Fernández, entrenadora de Carolina.

Tras su paso por las Cortes de Castilla y León y también en el Senado, y tras un breve impás en el que no ostentó ningún puesto de responsabilidad política, a finales del año 2004 gana el congreso del PP de León para situarse desde entonces como presidenta provincial. Nunca antes lo había sido una mujer y nunca antes durante tanto tiempo se había mantenido la misma persona en el cargo, como ha sido su caso.

A partir de ahí comenzó su 'reinado' provincial. Una profunda reestructuración de cargos territoriales del PP la fueron haciendo más fuerte, como reacción a numerosos 'levantamientos' de compañeros de su propio partido, críticos con su gestión, en la mayor parte de las poblaciones más grandes de la provincia.

Desde su bastión del pequeño Ayuntamiento de Cuadros, en una jugada muy estudiada, dinamitó desde dentro la candidatura del Ayuntamiento de León encabezada por Mario Amilivia. Y el éxito electoral en las municipales le puso en bandeja la Presidencia de la Diputación. Un puesto por elección indirecta (no votado directamente por los ciudadanos, sino por sus propios compañeros de partido) y acorde con la relevancia de sus cargos precedentes. También fue la primera mujer de la historia de la institución. Y no una, sino dos veces, ya que repitió de nuevo en 2011, el presente mandato.

Con tantos enemigos políticos dentro del PP como fuera, esta etapa fue acaso la que sumó un mayor número de escándalos públicos, más o menos justificados y algunos de relevancia nacional, vinculados a su figura. Desde los 12 cargos públicos que ostentó, muchos de los cuales aún mantenía al mismo tiempo, hasta sentencias por oposiciones 'a dedo' o el caso judicial más cercano en el tiempo, que la convirtió en encausada por un presunto delito de malversación, al cobrar presuntamente con carácter personal dietas de kilometraje pagadas con dinero público cuando los viajes que realizaba como miembro del Consejo de Administración de Caja España los hacía con el coche oficial de la Diputación. Todo esto, unido a un cúmulo de declaraciones públicas muy subidas de tono y una tensa relación con los medios de comunicación, también trufa su perfil público.

En la parte positiva de su gestión como máxima responsable de la Diputación destacó también haber sumado el mayor número de apoyos de otros partidos políticos de la oposición a sus presupuestos, así como a todos los repartos de obras e inversiones para los pueblos, e incluso pactos sociales con sindicatos y patronal. Una buena salud financiera de las arcas de la institución provincial están también entre sus logros. Y gestos de preocupación social. Uno de los últimos, reunirse la semana pasada con la plantilla de limpiadoras de la Universidad de León, inmersas en un proceso de despidos por recortes presupuestarios, que hoy en señal de respeto hacia ella han anunciado la paralización de su protesta.

Isabel Carrasco - Luis del Olmo portada

Aunque instalada ya en la cumbre del control provincial casi total de la Diputación y de su propio partido, no por ello dejaba de sumar adhesiones y enemistades de carácter no sólo político sino personales vinculadas a su gestión y sobre todo a una personalidad muy fuerte y muy directa, exteriorizada además de una forma visceral.

La biografía de la mujer leonesa más poderosa del siglo XX y el XXI fue acallada ayer violentamente con tres disparos de otras féminas a quien, por ser militantes de su propio partido, conocía de manera personal. Un final trágico que ha sacudido a todo el país y será dificilmente olvidado.

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