Con las maletas de León... a Sierra Leona contra el ébola

Eduardo OMS detalle

Marta Cuervo

Eduardo Celades acaba de salir del periodo de cuarentena, del potencial periodo de incubación. No está infectado de ébola. Tras cinco semanas ayudando en Sierra Leona para responder contra la epidemia que sacude al país, además de a Guinea, Liberia, Nigeria, Senegal, Malí, y cuya infección también ha tocado a EE.UU y España, este joven médico leonés disfruta de unas merecidas vacaciones en su León natal, pero con el corazón muy próximo a África del Oeste.

Eduardo trabaja para la Organización Mundial de la Salud en Mozambique. “Hace un par de meses pidieron gente para los países de África Occidental, para ayudar a responder al ébola. Mi trabajo consistía el punto focal para los equipos médicos extranjeros. Coordinar que nadie hiciese lo mismo en el mismo lugar, que se repartiesen los médicos. También estaba a cargo de proyectos comunitarios para responder a la enfermedad”, explica.

350 nuevos infectados de ébola en Sierra Leona a la semana

Tras su estancia, y las circunstancias vividas, Eduardo es capaz de analizar la situación sin divagaciones. “La situación, desde mi punto de vista, no está controlada. Cuando llegué estábamos a 25 casos nuevos al día. Cuando me fui estábamos a 50 casos nuevos al día. Han pasado un par de semanas y estamos a 60 casos nuevos al día. Y la epidemia sigue creciendo. Cada 4 semanas el número de casos nuevos se está duplicando”, analiza, declarando que el principal problema es la insuficiencia de camas de aislamiento.

Falta de médicos en África Occidental

Para tratar el ébola lo primero es aislar al paciente y luego darle tratamiento. Para eso se necesitan hospitales especiales, centros de tratamiento para el ébola. De nuevo aquí surgen las complicaciones. “En Sierra Leona y en Liberia no hay centros de tratamiento para tantos pacientes como surgen cada semana. 350 infectados nuevos a la semana, para un total de entre 200 y 250 camas, es decir, teníamos más gente infectada que lugares donde situarles”. “Otro de mis objetivos era conseguir hacer más camas y centros de tratamiento. Pero la situación es muy difícil; no por falta de dinero, en muchos casos, sino por falta de médicos. Faltan infraestructuras, poca gente quiere venir, hay pocas ONG's, y los gobiernos no están ayudando. Esa es la parte mas complicada, todavía no conseguimos alcanzar las necesidades que hay”, añade el médico de familia de la OMS.

Eduardo reconoce que es una situación frustrante. “En España llega un caso, y el país se vuelca. En África es muy complicado. Tenemos 300 o 400 casos a la semana y no tenemos recursos. Además, allí antes del brote de ébola no había apenas médicos ni enfermeras. Se trata de países con sistemas de salud muy débiles. Por ejemplo, en Sierra Leona han muerto más de 100 personas entre médicos y enfermeras, en un país que casi no llegaba a 200 sanitarios antes de que empezase la epidemia.

Desinfección ébola.

Alarma social: Restaurantes clausurados, pueblos 'cerrados', fútbol prohibido, y fin de 'la paz' en misa

La sociedad africana está viviendo un auténtico alarmismo, cualquiera puede estar infectado. “Lo que más me llamó la atención fue que no había contacto físico. No le podías dar la mano a nadie, ni besarla, porque se sabe que una persona a otra se lo puede contagiar cuando empieza con síntomas -con fiebre-, pero no sabes si la persona que tienes enfrente tiene fiebre o no”, recuerda Eduardo.

El tratamiento disponible en África es muy básico y no se controla la epidemia

“Se han cerrado todos los restaurantes, todos los bares, y se ha prohibido el fútbol, ya no se puede estar en ningún lugar donde haya mucha gente junta. En las iglesias ya no se dan la paz. Es muy duro. Muchas comunidades, por ejemplo gente que vivía en pueblos aislados, ante la negativa del Gobierno -incapaz de ayudar en ausencia de socorro internacional- habían empezado a actuar por su cuenta; Algunas aldeas han puesto barreras a la entrada y a la salida, y no dejaban entrar a nadie ni salir, con carteles que ponen 'Aquí no puede entrar el ébola'. Pero la mayoría de los casos están siendo en la capital, en Freetown. Mucha gente ha dejado de ir a trabajar, se quedan en casa. Hay mucho miedo”.

En África se salva muy poca gente porque el tratamiento es muy básico. “Consiste en dar sales orales, suero oral, como cuando tienes diarrea. Analizando los últimos casos, con una combinación de terapias y un cuidado intensivo se consigue salvar a muchos pacientes, pero en África es muy complicado, no tenemos apenas medios, en la mayoría de los casos ni siquiera tratamiento intravenoso. Algunos sobreviven, pero muy pocos.

Decisión vocacional

Eduardo se fue a Sierra Leona porque “se lo pedía el cuerpo”. NO soportaba la idea de quedarse de brazos cruzados ante una situación tan grave. “Me encanta mi trabajo”.

Eduardo estudió en Salamanca. Pero, ¿cómo acaba un chico de León trabajando con la OMS en África? “Terminé Médico de Familia en Madrid, y empecé a salir con médicos del mundo. Me formé en Inglaterra en Salud Pública, y seguí viajando”, relata el leonés que además ha trabajado en Afganistan, Salvador, Centro América, Guinea Ecuatorial, Kenia, y Sudán, entre otros. “A veces se echan de menos tus raíces. Mi mujer trabaja es psicóloga y trabaja con Médicos sin Fronteras, ¿dónde nos compramos una casa?”, bromea sarcástico.

Una de las mayores causas de mortalidad en África junto a la malaria

Uno de los problemas a los que se enfrentan los doctores en Sierra Leona es que el ébola se contagia a través de personas infectadas o cuando alguien se muere, el momento en el que más virus se tienen. “Allí tienen una costumbre que es limpiar el cadáver antes del funeral, limpian al muerto, le ponen ropas, y luego presentan el respeto, tocándole. Este rito es una causa de infección terrible. En determinados distritos, más del 50% de los casos habían sido de gente que había asistido a un funeral las últimas dos semanas”.

“Pero tampoco sabemos si todo el mundo que se muere allí es de ébola o no. El Gobierno ha decidido realizar un test a todos los fallecidos, porque la población quiere enterrar a sus muertos de forma digna, y cuando tienen el ébola no se puede: el cadáver se mete en una bolsa de plástico, se rocía con clorina, luego dentro de otra bolsa de plástico y otra vez clorina, para después incinerarlo y enterrarlo en un lugar perdido”.

Pero ahora mismo, junto al ébola hay otras enfermedades como la malaria que también matan, y que comparten síntomas: fiebre, dolor de huesos, vómitos y diarrea. Pero se puede tratar“, informa el doctor.

“Teresa nunca se tenía que haber contagiado”

Eduardo confiesa que no ha seguido muy de cerca el caso de la enfermera Teresa Romero. “Los países desarrollados como España tienen que ser capaces de responder rápido y adecuadamente ante un caso de ébola. Pero, para empezar, Teresa nunca se tenía que haber contagiado. Cuando ingresaron a Manuel ya se sabía que tenía ébola”, opina el leonés. “Quizás se debería haber reforzado una formación con más énfasis, sobre el equipamiento, los sistemas de vigilancia, de seguridad. Pero ahora todo eso ya está controlado”. Sobre la polémica del sacrificio del perro de Teresa Romero, Eduardo se muestra muy contundente: “En Senegal no se mata a los perros y tenemos 300 casos a la semana. Lo hicieron por miedo, es uno de los grandes problemas: es algo nuevo, pero se deben basar las decisiones en información y en la evidencia los profesionales médicos”.

A pesar de todo el sufrimiento vivido en Sierra Leona, Eduardo se queda con lo positivo: “Me ha sorprendido que en situaciones de crisis la gente da lo mejor de sí mismo. Fue espectacular ver trabajar a médicos de todo el mundo -norteamericanos, españoles, sierraleoneses- en equipo, desde las 6 de la mañana hasta las 11 de la noche, de lunes a domingo, y sin descanso.

Por encima del sufrimiento: la gente da lo mejor para que acabe

Tras un pequeño paréntesis, Eduardo volverá a Mozambique y, depende de cómo evolucione la epidemia, decidirá regresar o no a Sierra Leona. “Cogí mucha experiencia y se necesita gente. Me gustaría ser optimista y pensar que en unos meses la situación estará controlada y no tenga que volver, pero en caso contrario regresaré.

“Me gustaría pensar que la comunidad internacional lo vamos a conseguir detener el ébola”, declara contundente.

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