UME, diez años al rescate

Carlos S. Campillo / ICAL Simulacro de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la Base Conde de Gazola de la localidad leonesa de Ferral del Bernesga

S. Gallo/Ical

El Consejo de Ministros del 7 de octubre de 2005, bajo la Presidencia del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, dio luz verde a la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Una unidad militar especializada en la atención de las emergencias en cualquier punto de la geografía española y en el exterior. Para dar cobertura a esas necesidades se establecieron seis sedes, una de ellas en la provincia de León, en concreto en la base 'Conde de Gazola' del Ferral del Bernesga, donde en mayo de 2006 llegaron los primeros efectivos y materiales, que entraron en funcionamiento en sus primeras intervenciones en 2007.

Esta base fue elegida por su posición estratégica, próxima al aeropuerto y a algunas de las principales vías de comunicación de la provincia de León, además de por su proximidad a la capital leonesa, entre otros motivos. En ella se encuentra desde entonces el V Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM V), que durante todos estos años ha participado en decenas de intervenciones –concretamente se cuantifican 132 de las 313 totales de la UME- en un trabajo que en este tiempo reconocen que ha sido “duro” pero que ha estado “lleno de satisfacción” y en el que la palabra 'aprender' se ha elevado “al máximo nivel” para dar cobertura a las necesidades ciudadanas.

El entorno en el que se encuentra este batallón proporciona “muy buenos escenarios” para los entrenamientos “en excelentes condiciones”. Una de las misiones del general jefe de la UME es la Dirección operativa de un nivel de emergencia nacional –lo que se conoce como nivel 3- y que anualmente se entrena en un ejercicio denominado 'Gamma' y que este último año se centró en la capacidad de riesgos tecnológicos, con un accidente en un complejo petroquímico, que es la capacidad más reciente de la UME y uno de los mayores retos a los que puede enfrentarse a día de hoy.

Entre las intervenciones que se han llevado a cabo en esta década se encuentran algunas tan destacadas como las inundaciones de Asturias en junio de 2010, la nevada que colapsó el tráfico en la AP-66 en diciembre de 2008 o, sin ir más lejos, las nevadas del pasado mes de febrero en Villablino (León) o en la autovía A-67 que une la Meseta y Cantabria. También se ha participado en terremotos como el de Haití en enero de 2010 y, de forma especial se ha tomado parte en la extinción de incendios forestales en el noroeste peninsular, que es el territorio en el que actúa este V Batallón, que da cobertura a Castilla y León pero también a Galicia y el Principado de Asturias y Cantabria, y más recientemente se ha intervenido de manera significativa en la búsqueda de la peregrina estadounidense cuyo cuerpo fue localizado hace unos días cerca de Astorga.

Para alcanzar el nivel actual de la UME, ya totalmente consolidada tanto en España como fuera de las fronteras nacionales, ha sido necesario un proceso que se inició con el estudio de unidades de emergencias de diversos países, en especial las Formaciones Militares de la Seguridad Civil (ForMISC) francesas, antes de acometer un difícil trabajo de adaptación a la forma de trabajo militar. Fue entonces cuando se definieron plantillas de personal y material, ubicaciones y se idearon los procedimientos de intervención.

La UME está compuesta por más de 3.500 militares, de ellos unos 1.850 intervinientes de primera línea, con un despliegue en todo el país y mecanismos de intercambio de información y disponibilidad “muy elevados”. De esta manera, y cuando uno de los batallones se ve sobrepasado por la dimensión de la emergencia a la que está atendiendo, recibe el apoyo de los integrantes de otro batallón, una situación que se repite en el caso de las capacidades especiales.

En solo diez años, el proceso de aprendizaje y crecimiento ha sido “muy rápido”, pero la maquinaria no se ha detenido y se sigue “en constante evolución” siempre teniendo muy presente el lema de “para servir”. Y el BIEM V es parte de ese proceso en el que hay “hitos que alcanzar” al haber incorporado nuevas especialidades y materiales y haber renovado a parte del personal. Y aunque los objetivos se han ido alcanzando, el propósito de mejorar y adquirir nuevas especialidades sigue marcando el día a día de esta unidad.

Efectivos consolidados

Desde que diera sus primeros pasos hace diez años, el BIEM V ha experimentado “pocas variaciones” en lo que a su composición se refiere, con dos compañías de intervención, una de ingenieros y otra de apoyo. Más cambios ha habido en cuanto a los materiales y procedimientos, que se han “afianzado” y se han ido “puliendo” con la experiencia de las intervenciones.

En este sentido, se han creado y perfeccionado especialidades como la Búsqueda y Rescate Urbano (USAR) para la actuación en terremotos bajo estándares ONU con la posibilidad de utilizar drones y realizar la búsqueda técnica y con perros de vivos y de cadáveres; el espeleosocorro para rescates en cuevas; o el buceo a media profundidad. Además, se han tenido lazos con unidades de similares características en Francia y también en Portugal.

Especialistas en incendiosCarlos S. Campillo / ICAL Simulacro de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la Base Conde de Gazola de la localidad leonesa de Ferral del Bernesga

Aunque la dificultad es “similar” en cualquier tipo de intervención, el BIEM V podría decirse que está “más rodado” en la intervención en incendios forestales, quizá porque es el mayor número de emergencias en las que participa, lo que le ha dado mayor experiencia en la materia. Sin embargo, desde este batallón se aclara que tienen capacidad para intervenir en LCIF, nevadas, inundaciones, espeleosocorro, buceo, terremotos o apoyo logístico principalmente.

Otras emergencias, como las de riesgos tecnológicos y medioambientales o apoyo a población (montaje de campamentos y albergues de damnificados), se centralizan en Madrid, sede del Cuartel General de la UME. Sea cual sea, el tipo de intervención, el BIEM V se configura con los medios humanos y materiales adecuados, respondiendo “con igual intensidad” a cada una de ellas y siempre contando con el “potente” respaldo que el resto de unidades de la UME le pueden proporcionar, e incluso del resto de Fuerzas Armadas Españolas (FAS).

Población agradecida

Pero si un aliciente tienen las intervenciones a las que tiene que hacer frente la UME es el agradecimiento de la población y la “adrenalina” que supone la salida de la base del Ferral del Bernesga y la llegada a la zona de emergencia, una “constante” en el día a día de la unidad. La frase 'Ya están aquí los militares' es muy frecuente en las zonas de intervención y pone de manifiesto el reconocimiento de la población.

Todo ello genera un ritmo de vida que “engancha” a los integrantes de la UME, como demuestra la elevada permanencia del personal que lo integra. Además del trabajo de los batallones, también se ha mantenido un estrecho contacto con las comunidades autónomas y entidades con las que se han firmado protocolos de colaboración en un clima “de cooperación e intercambio de información” que resulta “clave” para afrontar las diferentes emergencias. El agradecimiento social también se ha concretado a nivel institucional con la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad de León y en la Medalla de Plata de Cruz Roja, además de numerosas cartas y llamadas que se reciben.

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