Ecologistas culpan a ultra-trails, cacerías y turistas de echar a los osos de Somiedo
La última reunión organizada por la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales con los colectivos de protección de la naturaleza en Asturias ha desvelado un estancamiento en la población osera, con un censo de 22 osas reproductoras y 44 crías. Así lo ha desvelado el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) que, además, ha denunciado una migración de los ejemplares de la zona de Somiedo hacia otras zonas de la cordillera. FAPAS afirma que esta zona se ha vuelto un territorio hostil para los animales debido a la autorización de pruebas ultra-trail y de más cacerías de jabalía, al incremento de la presión turística y al aumento de la presencia de rebaños de cabras. El presidente de este colectivo, Roberto Hartasánchez, asegura que la situación es crítica.
En el mes de diciembre, Agroganadería convocó a una reunión a los diferentes colectivos implicados en la protección del oso para poner al día los datos sobre hembras reproductoras en el Principado. Aunque los censos suelen cerrarse seis meses después del final del año --entre junio y julio--, en este caso se hizo casi 12 meses después. Las conclusiones extraídas en ese encuentro son que el número de osas reproductoras identificadas en Asturias durante el 2014 (ejercicio al que se achaca ese censo), es de 22 osas reproductoras y 44 crías nacidas. Hartasánchez explica que estas cifras reflejan un estancamiento de la población que han vuelto a ratificar en los seguimientos realizados a lo largo de 2015, que formarán parte del próximo censo.
Pero lo que más preocupa a Hartasánchez es la situación que se está viviendo en Somiedo, según su visión, con el consentimiento de las autoridades. FAPAS denuncia que se han registrado desplazamientos de osas hacia otros territorios debido a una confluencia de varios factores negativos que están provocando una “pierda de la protección” de la especie. Ese despoblamiento de osos se debe al aumento de la presión turística, por la autorización de pruebas deportivas extremas y de batidas de jabalís y por la concentración de rebaños de cabras en el territorio. Sobre las cacerías señala que son, en la actualidad, una de las principales causa de muerte de osos conocidas, tanto de forma directa como por su repercusión en la supervivencia de las crías nacidas en el año, a las que deben mover. Tambié aluden a los perros de las partidas que acosan a los ejemplares. En el caso del turismo, la conservación parece chocar con prácticas cada vez más usuales como las excursiones para lograr avistamientos.
Para Hartasánchez, se trata de elementos que tendría que controlar el Gobierno del Principado, ya que están dentro de sus competencias. “La administración podría frenarlo y no lo hace y esa actitud está generando mucho malestar”, insiste. Acusa al Ejecutivo asturiano de haber adoptado una postura similar a la que desde hace años mantiene la Junta de Castilla y León, “que es la causa de la extinción en el área oriental”.
