Carlos Rivera: “Hay que sacarlas de la circulación, sólo las alimañas hacen esto”

Los letrados de las acusaciones Beatriz Llamas y Carlos Rivera revistan el documento sorpresa presentado por el abogado de Montserrat y Triana, detrás.

C.J. Domínguez / M. Cuervo / A. Mañanes

Un alegato de Isabel Carrasco, para tratar de paliar el “juicio paralelo” a la que se le ha sometido. Eso fue en resumen en lo que consistió la lectura -literalmente- de las conclusiones del abogado Carlos Rivera por parte de la acusación que representa a la pareja de la presidenta, Jesús López Brea, quien se dirigió a los miembros del jurado popular para reclamar que el crimen que acabó con su vida se castigue con toda la dureza, porque “hay que sacar de la circulación” tanto a Montserrat González como a Triana Martínez y Raquel Gago por hacer algo que “sólo las alimañas lo hacen”.

Gran parte de su discurso por escrito se centró en la figura de la víctima, tanto en su faceta personal como en la de su conocida actividad política. De ella dijo que era “una gran gestora del dinero público para beneficio de todos, una gran profesional”, admitiendo que “era odiada por mucha gente en León, especialmente por ser mujer, por ser inteligentísima”, un grave problema “en una ciudad en la que falta mucho en materia de igualdad de género”. Por eso, lamentó las maniobras para convertir el juicio por su asesinato en “un juicio paralelo a Carrasco y a su política en la Diputación”, tratando de “empañar una vida dedicada al servicio público, despreciando lo bueno que en vida hizo, a veces con excesivo rigor, las más de las veces en beneficio de la sociedad”, haciendo de la institución provincial “la entidad número 1 de transparencia en España”, y recordando que además “era madre e hija, era un ser humano”.

“¿Por qué un dolor -el de Triana y su madre- supera a otro? (Su muerte) Se planificó friamente y se ejecutó salvajemente, la remataron”, mencionó en referencia a Montserrat, mientras su hija y la amiga de ésta “son tan malignas para la sociedad como la que disparó”.

Para él, los defensores únicamente han “tratado de enturbiar su decisión, pero ha quedado claro que Montserrat disparó, el arma se la entregó a Triana y la guardó Raquel Gago”, de quien manifestó que entregó el revoler sólo “cuando se derrumbó” el plan de fuga previsto.

El acoso sexual “habría sido el ocaso político” de Carrasco

Entrando a ciertos detalles, el letrado se preguntaba por qué la versión del presunto acoso sexual de Carrasco a Triana Martínez no se conoció “más que cuando cambió su defensa”, muchos meses después de negarlo ante el juez y la policía, abundando en que de haber sido cierto y dados los contactos de Triana con otros políticos 'rivales' de la presidenta, dar a conocer ese episodio “habría sido el ocaso de la vida política de Isabel Carrasco”.

La “asesina de manual” que actuó “como un islamista”

Triana fue, para Rivera, “el auténtico cerebro de toda la trama”, dándose cuenta de que gran parte de las novedades que pretende su defensa que siembren dudas sobre su autoría “se las han dicho sólo a personas que están muertas”. Por contra, su madre, Montserrat, es “la perfecta asesina de manual” que acabó “ejecutando a su víctima en el suelo, como el terrorista islamista al policía francés”.

Respecto a Raquel Gago, fue el más parco: apenas para afirmar que la policía local amiga de Triana habría participado “antes en varios intentos de asesinato” y disponiendo de muchas horas para “recabar datos del suceso” que le convinieran en su estrategia“. Por último, remarcó ante el jurado que las diferentes municiones halladas en el piso de Triana no son a su entender casuales, porque algunas son del arma del asesinato, otras del calibre oficial del arma de Raquel Gago y el resto de las de su padre”.

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