Juan Carlos Pérez: “El Camino de Santiago realmente está empezando a vislumbrar su futuro”

Peio García / ICAL Juan Carlos Pérez, nuevo presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago

S. Gallo/Ical.

Con una amplia experiencia en las peregrinaciones a Santiago de Compostela, Juan Carlos Pérez dispone de contactos en todo el mundo jacobeo además de que presidió durante años la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y su albergue. Recién nombrado presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, estima que hay pocos fenómenos capaces de aglutinar a tanta gente voluntaria trabajando por un mismo objetivo como el Camino de Santiago, que además considera que aporta el milagro de convertir a todos en peregrinos, porque incluso aquellos que empiezan el viaje como turistas reconocen en su mayoría que “de alguna manera les ha cambiado por dentro”. En cuanto a las infraestructuras, lamenta que a las deficiencias tradicionales se sumen otras como la basura vertida y elogia los estudios sobre el estado del Camino llevadas a cabo por administraciones como las diputaciones de León y Palencia, aunque confía en que los políticos sean “valientes” para aplicar las conclusiones que se extraigan.

Como nuevo presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, ¿cuáles son sus planes más inmediatos?

Defender los valores del Camino allí donde sea necesario y eso se hace defendiendo fundamentalmente el Camino físico y cuidando al peregrino. En ese sentido algunos de los aspectos más importantes aprobados en la asamblea son atender los problemas existentes en algunos tramos del Camino Francés, que permita vivir una autentica experiencia de peregrinaje. Otro es cuidar especialmente que la 'acogida tradicional', con tantos años como el propio Camino, no se pierda; y también recuperar el premio 'Elías Valiña' que ayudaba a mantener vivo su recuerdo y a recompensar esfuerzos, trabajos o trayectorias ejemplares del Camino.

¿Por dónde pasan los objetivos del colectivo que ahora preside?

Por mantener las señas de identidad que hacen del Camino de Santiago uno de los itinerarios de peregrinación más singulares del mundo: la universalidad, la acogida tradicional y la experiencia vital.

El Camino de Santiago siempre ha sido elogiado por sus valores. ¿Se siguen manteniendo en el tiempo o se han desvirtuado de alguna manera con el incremento de viajeros?

Evidentemente el paso del tiempo y la evolución de la sociedad han influido en el Camino. Pero, aún hoy, existen pocos fenómenos que aglutinen a tanta gente voluntaria trabajando por un mismo objetivo. Son estos colectivos de asociaciones, hospitaleros, instituciones religiosas y laicas, etc. los que ayudan, día a día, a que los peregrinos no pierdan esos valores.

¿Se puede decir que ahora hay más turistas que peregrinos o esa esencia no varía?

Es difícil decirlo porque podemos estar seguros de que incluso los que lo hacen por turismo, al terminarlo en la Catedral de Santiago, en su gran mayoría, consideran que el Camino, de alguna manera, les ha cambiado por dentro. Es decir, el Camino aporta 'el milagro' de convertir a todos en peregrinos. Es difícil encontrarse a alguien que, habiendo hecho el Camino como turista, al llegar a casa cuente a sus familiares y amigos que ha ido de turista a Santiago; siempre dirá que ha ido de peregrino a Santiago.

¿Qué se puede hacer para transmitir esos valores a las generaciones venideras?

Cuidar el Camino físico, impedir que intereses privados o públicos lo desvirtúen, cuidar y atender de manera adecuada a los peregrinos y hacer que la gente voluntaria no se canse de participar en, por ejemplo, el mantenimiento de tradiciones milenarias como la acogida.

Se habla en ocasiones (al menos en el caso de Castilla y León) de carencias en la Ruta Jacobea. ¿Por dónde pasan y qué se puede hacer para darles solución?

Se podría decir que las de siempre desde el resurgir reciente de la peregrinación: la señalización deficiente o inadecuada, el maltrato al Camino físico, los desvíos intencionados o no..; a los que podemos añadir, entre otros, el descuido con la basura que se genera como consecuencia del paso de miles de peregrinos. En cualquier caso iniciativas como las de la Diputación de León o Palencia, realizando estudios-diagnósticos del Camino, son un buen paso para encontrarle soluciones, siempre que los políticos sean valientes para aplicar las conclusiones que de estos estudios se desprenden.

Por el contrario, ¿cuáles son los puntos fuertes del Camino de Santiago en Castilla y León?

Castilla y León es uno de los territorios más fascinantes para el peregrino porque en él puede encontrarse con los paisajes más variados y extremos, hasta lugares míticos que forman parte de la historia de Europa y del arte. En nuestra Comunidad se encuentran monumentos fundamentales que un peregrino no puede perder: catedrales únicas, iglesias espectaculares, conventos, palacios..., por citar alguno, nombraré uno sencillo y austero, pero cargado de simbolismo, “la Cruz de Ferro” en el alto de Foncebadón.

¿Cómo se comportan con el Camino de Santiago las administraciones competentes?

Algunas de ellas están realizando un esfuerzo muy importante en los últimos tiempos pero muchas veces habría que invitar a sus representantes a que realicen el Camino. No únicamente como peregrinos, si no que participen como voluntarios en las asociaciones del Camino y sus actividades o de hospitaleros en los albergues. De esta manera, se darían cuenta mejor de porqué el Camino es algo tan singular y por tanto, no debería ser tratado como cualquier otro asunto administrativo o turístico, si no queremos acabar con él.

Si lo comparamos con otras Comunidades españolas, ¿en qué lugar se encuentra Castilla y León en cuanto a la importancia y tratamiento que se otorga a la Ruta Jacobea?

Castilla y León, gracias a la especial sensibilidad sobre el Camino del actual presidente, Juan Vicente Herrera, es pionera en crear y mantener un organismo propio como es el Comisariado de los Caminos que, en muchos casos, ha realizado una labor ejemplar y que desearíamos se potenciara aun más. Sin embargo, a veces da la impresión que no todos, desde la Comunidad Autónoma, reman en la misma dirección.

¿Cómo percibe que nos ven en el resto del mundo?

Una organización como la que paso a presidir es un buen termómetro para verlo. En ella nos juntamos, unidos por el Camino, personas de muy diferentes nacionalidades, algunas con muchos años de experiencia en su atención y cuidado, para intercambiar opiniones, experiencias y expectativas. Y son esas personas de Estados Unidos, Italia, Francia, Brasil, Canadá, Japón, Alemania, Inglaterra... las que me trasladan que la gran riqueza del camino está en los valores que trasmite, algo que no debemos perder. Valores que van unidos a la protección del camino físico o la acogida tradicional.

Hablar del Camino de Santiago apunta mayoritariamente hacia el Camino Francés, pero hay otras rutas y cada vez van cogiendo mayor protagonismo. ¿Qué podemos esperar en ese sentido?

Que se debe hacer con mucha precaución y atendiendo aspectos fundamentales como es la atención adecuada a los peregrinos. El Camino Francés después de 30 años de actuaciones sobre el mismo, de miles de voluntarios trabajando y de esfuerzos de múltiples administraciones sigue teniendo importantes carencias. Por lo tanto debemos ser cuidadosos con lo que hacemos no sea que, en lugar de promocionar nuevas expectativas, acabemos multiplicando los problemas.

¿Qué sería el Camino de Santiago sin los voluntarios, los albergues... y, en definitiva, el engranaje que sustenta la Ruta Jacobea?

Nada, por mucho que a las administraciones a veces les cueste entenderlo.

Finalmente, en la conmemoración de los 30 años de la declaración del Camino de Santiago como itinerario cultural europeo, ¿en qué momento se encuentra y qué queda por hacer a partir de ahora?

Queda mucho por hacer, más de lo que parece, porque si uno revisa los acuerdos e iniciativas que comenzaron en aquellos momentos, algunas de las principales están sin realizar. Hoy el Camino es 'violentado' y maltratado en muchos tramos (por instituciones y particulares), la señalización es deficiente y en ocasiones no se respeta, al peregrino todavía se le engaña con más frecuencia de la deseada y así un largo etcétera. Yo diría que el Camino realmente está empezando a vislumbrar su futuro en este momento, por eso es tan importante cuidarlo.

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