Un desembalse sin alertar de CHD en el río Luna pone en peligro la vida de un pescador

El río Luna tras la regulación de válvulas del pantano de los Barrios; el cauce se multiplicó por cuatro en cinco minutos.

Jesús María López de Uribe

“Tengo más de 30 años y no lo cuento”. Es lo que reconocía el pasado lunes un pescador leonés cuando durante una jornada de pesca en el río Luna cuando se encontró de repente con una enorme crecida de la que casi no pudo escapar. Se encontraba en medio del cauce cuando la Confederación Hidrográfica del Duero desembalsó sin avisar y de repente el aforo de caudal en La Magdalena se multiplicó por más de cuatro: pasó de 4 a 18 metros cúbicos en pocos segundos.

Una crecida tal, sin alertar, puede llegar a ser mortal. El propio afectado, que no ha querido dar su nombre por posibles represalias de la Administración Hidrográfica, lo contaba así a iLeon.com en exclusiva.

La situación. Estaba pescando en el AREC Luna (Aguas de Regulación Especial Controlada) a la altura de La Magdalena el pasado lunes día 9 sobre las 12:00 horas. Según él, “en el peor sitio de todo el río para lo que pasó”.

“Estaba en el medio del cauce, que cubre menos porque a los lados está lleno de pozas, con el agua en el pecho y me vino una lanzada de agua (una crecida inesperada) y las pasé canutas para salir, porque tuve la suerte tras, creo, que cinco minutos de intentar acercarme a la orilla de encontrar un árbol con unas raíces hacia afuera y pude agarrarme a ellas. Tuve que salir a gatas, no lo he pasado tan mal en mi vida”.

Cree que lo ocurrido debió ser un reglaje de válvulas visto que el pantano se llenaba y hacía tiempo que no desembalsaba. “Porque luego, tras salir, ví como el río volvía a su ser casi de inmediato. Volvió a bajar el cauce en pocos minutos al anterior”. Luego al llegar a casa comprobó el caudal del Luna en la página de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). “Son sus propios gráficos —cuenta mientras los facilita por mensajería instantánea— ahí se puede ver cómo pasa el caudal de 4 metros cúbicos (4.000 litros por segundo) a 18 de golpe (18.000)”. En un momento, casi sin darse cuenta, el pescador se encontró con una avenida de agua de más de un millón de litros por minuto. O sea, que afrontó unos cinco millones de litros en todo el tiempo en que estuvo intentando salir del Luna.

Y es comprensible su cabreo y su susto. Un caudal de tal magnitud tiene una fuerza capaz de arrastrarlo todo a su paso, e incluso a un nadador fuerte y experimentado le sería imposible de todo punto nadar contracorriente. La fotografía que aporta del río —que encabeza esta información—, tras salir del cauce como pudo, lo deja bastante claro.

Millones de litros de agua “de hielo” a cuatro grados bajo cero

“Y lo peor de todo es que es agua que está a cuatro grados bajo cero, que es agua de hielo, hay que tenerlo en cuenta. Que viene de la nieve de las montañas. Que sólo el golpe de frío puede hacer que te desmayes y te quedas ahí. Tuve suerte, porque si el vadeador se me llega a llenar de agua, me hubiera complicado enormemente la movilidad y no sé qué hubiera pasado”.

“Según salí, vivo de milagro porque si llego a ser un señor de 60 años me quedo ahí, avisé al 061 para que avisaran por si había más gente en el cauce pescando como yo. Luego fui a hablar con los forestales y los agentes de la Guardia Civil del Seprona. Se quedaron alucinados y dijeron que lo iban a comunicar a sus superiores para que contactaran con la CHD y les comentaran la peligrosidad de lo que hicieron”.

La veda de la trucha comenzó en marzo. Los lunes y los jueves se puede pescar sin muerte en los AREC. Las demás jornadas están limitadas para 8 o 9 pescadores en cada tramo. Por eso estaba allí, porque era día 'libre'. La experiencia fue terrible. Pero los propios gráficos de la CHD apuntan a que volvió a ocurrir sobre las seis de la tarde, en el momento en que se observa un pico repentino subiendo de 4 a 26 metros cúbicos (lo cual son la nada despreciable cifra de 1,56 millones de litros al minuto). Hay que tener en cuenta que el embalse de los Barrios de Luna no desembalsaba desde agosto y que probablemente estaban probando las compuertas.

Su queja es amarga y con mucha rabia, pensando más en los compañeros que pescan en los ríos leoneses con pantanos que en lo que le ocurrió y en lo que hacen en otras cuencas cuando se dan estas situaciones: “No avisaron del desembalse. Que por la rapidez en volver el río a su estado anterior parece que fuera una regulación de válvulas. Pero es que es increíble, peligrosísimo, casi me matan. En La Rioja y Navarra, cuando van a hacer algo así, los propios forestales sueltan un cohete en cada kilómetro del río para que la gente esté informada. ¿Cómo no hacen nada parecido aquí? ¿No sería lo normal que la Confederación Hidrográfica del Duero informara de este tipo de actuaciones a los pescadores?”.

Aunque el pescador sobreviviente llegó al Seprona con ganas de interponer una denuncia, cuenta que los propios agentes le hicieron desistir: “Te vas a gastar un pastón en el juicio y no está claro que lo pudieras demostrar porque no tienes pruebas”, le dijeron. Sin embargo, sí que ha entregado unos escritos para que “lleguen a las autoridades pertinentes”. “Después de lo que pasé, tuve la necesidad imperiosa de avisar al 061 para que alertaran a los demás pescadores; y luego de denunciar, pero si me va a costar dinero para nada, prefiero no hacerlo. Eso sí, quiero que todo el mundo lo sepa y que la Confederación comience a alertar de estas peligrosísimas situaciones porque en una de estas va a haber un muerto seguro”, esgrime con dureza.

“Dos días antes ví a un señor mayor pescando en el cauce con el agua por los tobillos. Se le veía una parálisis en una mano. Le pasa esto y no sale. Lo encuentran muerto en el pantano de Selgas de Ordás, seguro. Vamos, es que yo ya me veía allí hasta que me pude asir a las raíces de aquel árbol”, apuntó a iLeon.com el afectado por el desembalse “a traición”.

“Es una irresponsabilidad grandísima por parte de CHD soltar el agua sin avisar, sin siquiera enviar información a los medios de comunicación o a las Federaciones de Pesca o a las páginas web. Así, a lo loco te meten millones de litros en un cauce que debería estar regulado, porque yo estaba allí por seguridad creyendo que no iba a llegar ninguna avenida natural de agua y mira con lo que me encontré. Es indecente”.

Contando la desagradable experiencia calcula que tuvo que vadear entre 50 y 60 metros para salir del río en una corriente cada vez más infernal: “Cuando empecé a darme cuenta de lo que había pasado y viendo que cada vez aumentaba más el caudal. Salí a gatas, ya te digo. Y luego claro, vas viendo la riada que te has comido y dices: Madre mía, de la que me he librado. Luego, más tranquilamente te das cuenta de que has perdido una pasta por la cesta, los señuelos y los aparejos; pero es lo de menos, aunque me enfada bastante por que soy consciente de que no me lo van a pagar”.

Barrios de Luna no desembalsaba desde agosto

La experiencia le ha dejado el susto en el cuerpo. “Es que es para pensarte dejar de pescar y quedarte en el sofá. Yo fui precisamente a un cauce regulado, para evitar estas cosas y mira lo que me encontré”. Y por ello demanda a la Confederación Hidrográfica del Duero “que tome medidas” para avisar a los pescadores cuando vaya a efectuar una regulación de válvulas de estas características. “Juegan con la vida de los pescadores sin siquiera pensar en ellos y no puede ser, el aviso tiene que ser obligatorio y las autoridades deben hacer algo ya. Antes de que maten a alguien”.

Al parecer, CHD ordenó a los ingenieros de Barrios de Luna que desembalsaran a medio día del lunes, justo cuando llegó a los 270 hectómetros cúbicos de capacidad. Con lo cual, el embalse ha pasado en cinco meses del más vacío de España con un 4% de capacidad al 86% de llenado. Es decir, que con la cantidad de nieve aún acumulada en las montañas, la lógica apunta que era necesario tener que comprobar el estado de los mecanismos de desagüe del muro.

Sin embargo, ningún ingeniero de Confederación pensó en dar la voz de alerta por la regulación de válvulas después de ocho meses a los pescadores, y no parece que sea una práctica habitual (o si se hizo de alguna manera, con efectividad nula) para evitar ponerlos en tan serio peligro como lo que vivió el experimentado pescador leonés el lunes pasado. Que, por suerte, pudo contarlo; y los medios de comunicación no tuvieron que contar una historia luctuosa que, posiblemente, habría pasado inadvertida si no es por su denuncia cívica de lo ocurrido. Porque, en este caso, sobrevivió.

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