El tejido empresarial sigue sin ganar tamaño en Castilla y León

Carlos S. Campillo / ICAL

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Ganar tamaño empresarial para crecer en competitividad en un mercado global e impulsar el empleo directo e inducido en la Comunidad es un reto que sigue sin encontrar respuesta en Castilla y León, pese a los esfuerzos políticos y los apoyos económicos desde la Administración.

Los datos que facilita el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que entre el inicio de 2013 y el de 2018, es decir, en un lustro, el tejido empresarial de la Comunidad se desplazó aún más hacia el estrato de empresas sin asalariados. Un período en el que la Comunidad redujo su masa empresarial en 167 actividades, hasta las 161.986.

Las empresas sin empleados crecieron hasta suponer el 54,5 por ciento del tejido empresarial, sumaron 3.293 actividades nuevas, y ascendieron a comienzos del ejercicio a 88.330. Este importante incremento se produjo a costa de las micropymes, que se deshicieron de sus plantillas o desaparecieron. En concreto, estas empresas de entre uno y diez empleados ascendían en el comienzo de este año, a 67.333, lo que supone 3.622 menos que cinco años atrás. Las microempresas constituían el otro gran grupo de la estructura empresarial de la Comunidad, con el 41,6 por ciento.

Por su parte, las pequeñas empresas, las que cuentan con entre diez y 49 empleados, sumaban 5.465 actividades en 2018 y crecieron sólo en 119. Estas empresas representaban el 3,4 por ciento del total. Estos datos supone que el 99,5 por ciento de las empresas de Castilla y León eran actividades sin asalariados, micropymes o pequeños negocios.

Este dato contrasta con el número de empresas medianas (con entre 50 y 250 trabajadores) o grandes (más de 250), que sólo representaban el 0,5 por ciento del tejido, con 858 actividades. Este tipo de compañías crecieron en 43 durante los cinco años de análisis, sobre todo en el segmento del 100 a 199 empleados, donde ganaron 16.

Flexibilidad a la americana

El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, definió las cifras que marcan la evolución de la estructura empresarial en la Comunidad, como “descorazonadoras”. El dirigente patronal denunció que estos datos son fruto de una “legislación laboral hostil a los intereses de la empresa” y sentenció que mientras esa situación no cambie, de nada servirán todos los programas que se pongan en marcha de crecimiento empresarial, empresas tractoras o lo que se les ocurra a las autoridades.

Santiago Aparicio recalcó que la economía en España crece más que en el resto de Europa y sin embargo, las estructuras siguen sin ganar tamaño, frente a lo que ocurre en esos países. “No es que sean más listos”, dijo, para exponer que “el principal problema es que debe haber una legislación segura para generar empleo, que garantice que se pueda llegar a una flexibilidad máxima en contrataciones y despidos, porque en el despido no existe de forma clara”.

El responsable de la patronal autonómica insistió en que la clave para ganar tamaño es que la empresa cuente con mayor flexibilidad para contratar y despedir, y sentenció que si no se hace esto “no cambiará nada en España ni en Castilla y León”.

Santiago Aparicio repitió que España “está a la cola de legislación laboral en Europa” consecuencia de unos “sindicatos superproteccionistas” que sólo consiguen con sus medidas el “efecto contrario” que se pretende, que es generar empleo.

Así, recordó que desde las organizaciones sindicales critican una y otra vez la falta de contratos indefinidos, pero en los países de Europa como Alemania, Austria o Francia o en EEUU “cuenta con una flexibilidad laboral enorme y el paro es mucho menor” que en España y en la Comunidad. Aparicio defendió que es preciso “llegar a un tamaño de empresa mucho mayor” y precisó que según sus datos “el 98,5 por ciento son pymes o micropymes y sólo tenemos 117 grandes empresas, que representan un porcentaje bajísimo”, dijo. Así, sentenció que esa reforma laboral “está pendiente, para evitar estos número descendentes, y que las empresas no generen empleo”.

En este contexto, Santiago Aparicio aseguró que esa flexibilidad que demandan para contratar y despedir “nos ayudaría mucho ganar tamaño empresarial” porque “cuando pasas de 49 empleados, la legislación se complica bastante, y hasta ahí se frenan, cuando podían pasar a 100 o 150 fácilmente porque son muy competitivas”.

“Ese es el hándicap, debemos aprender de la legislación americana, para contratar, despedir y crecer. No se complican la vida”, aseveró. Y es que como recordó, el tamaño es importante para ganar en competitividad y poder seguir creciendo y generando empleo en la Comunidad

Provincias

Por provincias, el mayor porcentaje de empresas sin asalariados se concentra en Burgos, donde representaban a 1 de enero de este año, el 56,8 por ciento, con 14.778; seguida por León, con el 55,5 por ciento, y 17.366. Asimismo y siempre según el INE, en Zamora suponían el 54,6 por ciento del global, que sumaba 6.353; y en Valladolid, el 54,1 por ciento, con 18.378.

Estas empresas sin empleados también sumaban más de la mitad del tejido empresarial en Salamanca, donde ascendía a 12.073, con un 54 por ciento del total; y Ávila, con 5.462 y un 53,7 por ciento. La situación se repetía en Palencia, donde las empresas sin trabajadores representaban a comienzos de este año, el 53,3 por ciento del total, con 5.343; y Segovia, donde ascendían al 53,2 por ciento, con 5.739.

Soria era la única provincia de Castilla y León donde estas empresas representaban menos de la mitad del tejido productivo. En concreto, se contabilizaban en la provincia soriana en la fecha de análisis 2.838, con un peso sobre el total del 49,9 por ciento.

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