Una piedra cósmica cruzó el cielo leonés para desintegrarse sobre el Cantábrico

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M.V. / Lavozdeasturias.es

Sobre las nueve menos cuarto de la noche de este pasado martes 12 de febrero, un bólido cruzó el cielo leonés, asturiano y gallego en dirección noroeste, “en claro descenso”. El fenómeno, del que alertaron varios testigos a través de las redes sociales, fue confirmado por el Observatorio Astronómico Ramón María Aller, de la Unidad de Santiago de Compostela.

“Podría ser una reentrada en la atmósfera de parte de un satélite artificial, habría que estudiarlo, pero lo más seguro es que haya sido una piedra cósmica”, sostiene su director, Jose Ángel Docobo.

Estos son los bólidos, meteoroides que se acercan a la tierra y penetran en la atmósfera. Dejan una estela luminosa, en función de su tamaño, por la luz que han recibido. Se trata de piedras de diferentes dimensiones que “no se ven todos los días, ni mucho menos”, pero que según el experto, pueden llegar a avistarse dos o tres veces al mes. De hecho, a finales del pasado mes de octubre de 2018 ya se pudo divisar desde León otro meteorito no menos llamativo que también pudo ser identificado.

El de este martes fue distinguido al menos desde varios puntos de la provincia de Lugo, desde A Coruña, Santiago y también desde algunas zonas de Asturias y no poco desde León. “Este tipo de fenómenos engaña mucho porque parecen que esta muy cerca, pero están a miles de kilómetros”, apunta Docobo. “En el 2004 -recuerda-, se vio uno perfectamente casi de día, al anochecer, y hubo quién pensó que era un avión que iba a caer en picado”.

Insiste en que los bólidos no suelen ser peligrosos, porque se extinguen al entrar en en la atmósfera. “Algunos tienen mas riego, depende de donde caigan; al tocar el suelo pasan a llamarse meteoritos”. “Meteorito es la piedra que llega al suelo, antes de llegar a la Tierra; cuando está en torno al sol, se llama meteoroide y cuando penetran en la atmósfera se consideran bólidos”, explica. “No es descartable incluso que este caso concreto haya caído en el Atlántico”, concluye.

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