Crónica de un cáncer de laringe

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No es habitual lograr que una persona nos narre y describa un proceso cancerígeno y su desarrollo hasta el tratamiento final. Ileon.com ha conseguido, gracias a una persona muy próxima, poder dar cuenta de la versión de un cáncer de laringe desde su diagnostico inicial hasta la eliminación de la laringe, por una intervención quirúrgica que técnicamente tiene un nombre ya dificultoso de por sí para su pronunciación: “laringectomía”.

La afonía fue el principio del final

Todo empezó con una persistente afonía, la visita al médico de cabecera, quien con buen criterio derivó al paciente a un especialista, el otorrinolaringólogo en el área de salud de El Bierzo. La afonía fue el principio, “bueno yo quizá diría que fue más bien el final, o si quieres el principio del final”.

En menos de ocho días la consulta del Dr. José Miguel Tejeda, quien después de una primera inspección con un fibroscopio flexible (aparato con un tubo delgado de fibra óptica y una fuente de luz, que insertado por la nariz o la boca permite al especialista tener visión de las partes de la laringe) diagnosticó “neorformación en cuerda vocal derecha a estudio” y recomienda “microcirugía laríngea diagnóstica”. “Vamos, lo que todo el mundo conoce por una prueba de biopsia”, explica el enfermo.

En 10 días “me hicieron la biopsia, tuve que ingresar en el Hospital, con anestesia total, me dieron el alta al día siguiente”.

¿Y eso duele?

“No me enteré de nada y luego me pusieron goteros de paracetamol, pero yo en ningún momento sentí dolor”.

¿Cuándo te dieron el resultado de la biopsia?

Ese mismo día, después de despertar y ya en la habitación “vino el Dr. San Román, que fue quien realizó la intervención y me dijo que era un carcinoma maligno”. Más tarde se hizo el análisis químico de la materia biopsiada y se confirmó el inicial.

“Parece que la muerte llama a tu puerta”

Se prepara una nueva prueba diagnóstica un TAC cérvico-torácico con contraste. “El objetivo de esta prueba es tratar de saber si el cáncer está extendido a otras áreas del cuerpo, ganglios del cuello y pulmón, las más frecuentes, también por simple razón de proximidad”.

Superas los temores creyéndote que todo va a estar bien, es decir, autoengañándote como un gilipollas, y diciendo 'de esta salgo'

Esa fase entre una prueba diagnóstica y otra es “la que más revoluciona el pensamiento”. Si está localizado o ya está extendido es la clave para mejorar o empeorar los porcentajes de detención y recuperación del mal. “Parece que la muerte llama a tu puerta, incluso a ratos te convences que escuchas el arrastrar de sus pies al caminar detrás de ti”.

¿Cómo superas esos temores?

“Tratando de no pensar, y creyéndote que todo va a estar bien, es decir autoengañándote como un gilipollas, y diciéndote, yo de esta salgo”.

“A lo largo de la vida”, nos explica, “sabes que el cáncer existe, como los accidentes de coche, y piensas que sólo es para los demás, que eso a mí no me toca. Aunque, en mi caso, sabía que era una persona de riesgo, por mis hábitos y antecedentes familiares”.

Un genial maestro: “mi hermano”

¿Todo es tan fácil?

“Hombre fácil, fácil; más bien llevadero. En algún momento piensas, si las cosas van mal ¿cómo va a ser?, ¿al menos mantendré la dignidad suficiente ante lo fatal?”. Te convences a ti mismo de que sí. “Yo si eso llegase, tengo una pequeña ventaja, pues he tenido un genial maestro que me ha enseñado como se debe superar ese lance paso a paso, mi hermano, que afrontó ese trance frente a la muerte con un coraje y una personalidad inimaginables”.

Cuando te confirman, que en las pruebas diagnosticas no se percibe la extensión del mal “respiras profundo y resoplas”, no estás libre del todo “pero se abre una ventana al más allá, un poco sanguinolenta, pero ventana al fin y al cabo”.

¿Por qué dices lo de sanguinolenta?

“Porque la solución más sensata, pasa por la laringectomía, que como me dijo el doctor San Román”, el jefe del servicio de otorrinolaringología del Hospital El Bierzo, “que es quien ha llevado y llevará mi caso, en el fondo es una amputación de una parte del cuerpo. Que va a significar una nueva fase en mi vida, con otras circunstancias diferentes, a las que habrá que adaptarse, para tratar de confirmar y demostrar la certeza de la teoría de la evolución”.

En el fondo es la amputación de una parte del cuerpo, una nueva fase en mi vida

Luego después de todo, en poco más de 30 días que se prolongará todo este proceso, si no hay incidencias extrañas, “si quieres te vuelvo a contar las experiencias, y si aún no se hablar, te las escribo”.

“Lo que no podré, es hacer como Gila cuando radiaba una operación de riñón, porque no me enteraré de nada, pero si quieres nos lo imaginamos y nos reímos un rato”.

¿Qué es eso de Gila?

“No me daba cuenta, los que sois jovencitos no sabéis que a finales de los años 60, Gila, el humorista, grababa sus monólogos en discos de 45 RPM (singles) y tenía uno muy divertido, que era la retransmisión de una operación de riñón, en la que simulaba una retrasmisión radiofónica de un partido de fútbol, pero con otro asunto diferente, la operación. Bueno, hasta dentro de unos días”.

¿Pero y te vas así tan tranquilo a hacer esa operación?

“Por supuesto, ¿tengo otra alternativa?, no. Entonces hay que asumir la solución, con los posibles riesgos. Además hay un factor muy importante el Dr. San Román, me trasmite una enorme confianza, por su forma de decir las cosas, con franqueza, sin asustar, ni meter miedo, por su forma de tratarme y porque el mismo es pura serenidad. Incluso en la última visita después de soportar a un niñato voceras, que montó el número porque se retrasaba su hora y tuvo la enfermera que sacarlo de la consulta, para que se tranquilizara, por no echarlo directamente, y aún lo atendió después, y me toco a mi entrar más tarde”.

La segunda fase, el postoperatorio

Veintidós días después de la operación “me dieron el alta, la verdad es que todo fue de maravilla y pudimos acortar un poco las previsiones de unos 30 días”.

Nuestro confidente nos hace una propuesta, él hace una narración general de los hechos y luego yo le hago las preguntas que crea necesarias.

La primera fase de la enfermedad, la diagnóstica, no pasa de ser puramente cerebral y emocional, apenas tiene componente físico, al menos en mi caso. Yo no sentí ni dolores, ni más molestias, que la afonía. La segunda fase, operatorio y postoperatorio, es todo lo contrario, 70-80% físico y poco incidencia mental y emocional.

Los recuerdos que no están

No pude hacer como Gila y radiar la operación porque estuve totalmente fuera de servicio durante algo más de 24 horas

No puedo hacer como Gila y radiarte la operación, porque estuve totalmente fuera de servicio durante algo más de 24 horas. Mira que iba con el objetivo ya premeditado de estar atento a lo que sucedía antes de la intervención, para tratar de recordar las cosas con claridad después. Pero me fue imposible, solo recuerdo el traslado antes de las 9 de la mañana desde la habitación al quirófano, me conectaron algo en una vía y se acercó una enfermera y me dijo, “yo soy enfermera y voy a asistir en la operación”, es el último recuerdo que tengo, hasta que me volvieron a llevar a la habitación a las 12 de la mañana del día siguiente. Luego supe que me habían operado tres especialistas, la doctora Prado, el doctor San Román y el doctor Tejeda.

Incluso, me contó mi mujer, que entró a verme a la sala de recuperación después de la intervención, que habló conmigo y le contestaba con gestos, pero en mi memoria eso no existe.

La primera semana te encuentras incómodo, sobre todo del cuello, porque lo fuerzan mucho en la posición durante la operación, según me explicaron. El vendaje fuerte y apretado del cuello también ayuda a esa incomodidad.

“Una sonrisa en el cuello, como de un emoticono”

No se puede obviar, que es una intervención importante, con casi seis horas de quirófano, donde te rebanan el cuello de oreja a oreja, para hacerte una sonrisa baja, como de un emoticono, y te vacían parte del interior del cuello.

Te rebanan el cuello de oreja a oreja, para hacerte una sonrisa baja, como de un emoticono

Durante esos primeros días estás medio zumbado, con calmantes, sueros, drenajes y sondas. Te levantas y te sientas en un sillón, pero la cabeza apenas funciona. Tomar unas notas en un cuaderno de las sensaciones que tienes, apenas cinco o seis líneas, parece que te agota. Hacer un sudoku o un crucigrama, te exige un esfuerzo, con pausas obligadas, para poder continuar. Tratas de esforzarte para ir superándote.

A medida que empiezan a despojarte de aditamentos, ahora una sonda, luego los drenajes, después el suero. Comienzan a darte alimentación líquida, por sonda nasogástrica. Ya te apetece salir de la habitación y pasear, sentarte en una mesa de la sala de espera y con más comodidad anotar lo que va pasando y lo que piensas.

La fijación: comer un helado

Lo peor de todo son las curas diarias, me las hicieron cinco doctores diferentes, todos de la especialidad. Reconozco que hay que apretar y limpiar bien las heridas, pero con diferencia la de manos más delicadas, fue sin ninguna duda la doctora Cristina Martín.

A los pocos días la alimentación que te dan te resulta escasa y te cambian las dosis de 1.500 kcal/día pasando a las 2.300 kcal/día en cinco tomas. Tienes sensación de quedar más lleno y satisfecho; y empiezas a anhelar comida de masticar, rica rica, como dice el de la tele. Mi fijación era comerme un helado, yo creo que era pura gula.

En dos semanas el tono físico y mental es mucho mejor, empiezas a tener ganas de hacer cosas

Las molestias del cuello prácticamente han desaparecido, un pequeño problema con un punto infectado, obliga a un tratamiento adicional con antibiótico, al que mi cuerpo responde muy bien y en una semana escasa desparece el problema. A las dos semanas el tono físico y mental en general es mucho mejor, empiezas a tener ganas de hacer cosas, el cuerpo cada vez genera menos problemas. Es la primera ventana que se abre a la libertad. Ya ves que sólo es cuestión que vayan pasando los días, hoy mejor que ayer y peor que mañana.

La tercera semana ya es como la explosión de la primavera en Laciana, de golpe y casi sin enterarte, todo se vuelve en una explosión de luminosidad, alegre y colorido.

Cuando ya te quitan la venda del cuello, porque los puntos han cerrado, empiezas a recuperar sensibilidad en la cara y cuello. El estoma (agujero que te dejan en la garganta para respirar en el que se coloca cada día una cánula) también va curando bien, es el preámbulo a empezar a comer. Un día y medio después me dieron un yogur, y le pregunté a la doctora Lourido que hizo el control de mi primera comida por la boca, si podía comer un helado, me dijo que sí. Por eso hice que mi hermana y su marido que vinieron a verme por la tarde me trajesen helados de chocolate y vainilla, me supieron a gloria. Y con otras dos visitas al día siguiente sacié mi antojo de helados. Dos días después de empezar a comer con dietas blandas, para casa. Y aquí estoy.

Reeducar el gusto. Y aprender a hablar

Toca ir reeducando el gusto, recuperar algo de olfato será difícil porque el aire ya no pasa por la nariz, aprender a hablar con ayuda de un logopeda y de la Asociación de Laringectomizados

Ahora toca ir reeducando el gusto, que al principio está medio atrofiado. Si podemos recuperar algo de olfato, lo que será más difícil, porque el aire ya no pasa por la nariz. Y aprender a hablar con la ayuda de logopeda y los miembros de la Asociación de Laringetomizados, algunos de cuyos integrantes ya pasaron a verme cuatro veces por el hospital.

Tú eres una persona religiosa, ¿qué influencia tiene eso en todo el proceso?

El sentimiento religioso es un hecho personal y evidentemente como tal tiene influencia en mí. En los hechos, no puedo entrar a valorar si influye o no, en el proceso. Serían otros quienes tendrían que valorar esa posibilidad. Yo creo en los milagros, pero estoy convencido que no es mi caso.

Tengo un sentimiento religioso arraigado, no soy integrista, ni tampoco tengo el sentimiento atávico de los ritos precristianos, tan extendidos en la religiosidad gallega o hispanoamericana, por ejemplo. Soy austero en ese sentimiento, como lo solemos ser los castellanos en todas nuestras expresiones emocionales.

Un plus de ánimo en la religión

Desde esa concepción, los que tenemos la suerte de tener fe, en situaciones difíciles de la vida. Me lo creas o no, tenemos un plus de ánimo y de estímulo para afrontarlas.

Yo se que muchos amigos, familiares, conocidos, me están apoyando con su presencia y sus palabras de ánimo, y algunos con su oración. Esa propia convicción te hace sentirte más fuerte y perder el miedo. Para entendernos coloquialmente, es como si supieras, que en caso de necesidad, tienes al 'primo de zumosol' esperando para echar una mano.

Debo agradecer a todos los que han hecho posible que esta fase haya sido superada: equipos médicos, sanitarios, familia, amigos, conocidos y, por supuesto, a Dios. Espero que respeten mi libertad de pensarlo

Por tanto yo voy a agradecer a todos lo que han hecho posible que esta fase haya sido superada: equipos médicos y sanitarios, familia, amigos, conocidos y por su puesto a Dios. Habrá quien piense que esto que estoy diciendo es una estupidez, son libres de pensarlo y también de respetar mi libertad de pensar y sentir de forma diferente. Como te dije al principio esto es un hecho personal.

“22 en un balneario de relax para descarriados”

¿Qué tal el Sacyl?

Eso son unas siglas. Lo que importa son las personas que trabajan en él. Conmigo han hecho un trabajo de matrícula de honor, no solo técnica o profesionalmente, si no también en su calidad humana. Doctores, anestesista y enfermeras en el quirófano, no se si había alguien más. El personal de ORL de la 3ª planta del Hospital El Bierzo, han conseguido con su atención exquisita en la forma y los modos, además de su excelente profesionalidad, que saliese de allí con la sensación de haberme pasado 22 días en un balneario de relax para descarriados.

El Sacyl son unas siglas, lo que importan son las personas que trabajan en él, conmigo han hecho un trabajo de matrícula de honor

Después de esto cuando escuche quejas del sistema sanitario público, yo lo defenderé, porque a mi personalmente en todas las ocasiones que he precisado de él en asuntos más o menos graves, el resultado ha sido totalmente satisfactorio. Ya sabes que “cada uno habla de la feria según le va en ella”. Lo que creo que la gente tiene que tener muy presente, es que el principal valor del sistema son las personas y no los aditamentos que las rodean.

“Me han dado un 'extra game'”

¿Qué ha significado esta experiencia vivida para ti?

En principio necesitaría algo más de tiempo para poder hacer un mejor análisis y valoración. Así como primera impresión, tengo la sensación, que ahora tengo otro cumpleaños nuevo, el día dos de julio. No dista amucho del primero, siete días nada más.

Para que nos entendamos mejor y hacerlo más ameno, es como cuando jugabas a las maquinitas de los marcianitos y de golpe la pantalla se oscurecía y aparecía el texto game over (juego terminado), y aparecía el mañas (los cirujanos) del grupo, daba un golpe en el lateral derecho arriba, dos en el izquierda a meda altura y suaves, una patada en el frontal abajo, y la pantalla se iluminaba de nuevo con un texto intermitente que decía extra game (juego extra). Resumiendo, me han dado un vale por una vida nueva.

Me han dado un vale por una vida nueva. Ahí la tienes, aprovéchala, haz cosas y disfrútala

¿Y esa vida nueva cuánto dura?

La gracia de las vidas es que vienen sin fecha de caducidad. Tanto la primera, como la segunda o si llegase una tercera. Ahí la tienes, aprovéchala, haz cosas y disfrútala. La vida en el fondo no tiene más secretos.

“Todos los problemas tienen solución, menos la muerte”

Yo siempre le digo a mi hijo sobre las cosas más importantes de la vida: no seas mala persona, que cuando llegues a viejo, si llegas, la gente te siga hablando y no te agobies ante los problemas, si tienen solución se le buscan y siempre la tienen, menos la muerte, por tanto no merece la pena pasar malos ratos.

El resto son aditamentos laterales, que te la pueden hacer más fácil o más difícil, pero aditamentos al fin y al cabo, no la esencia. Es mi forma de haberla afrontado y vivido; y hasta ahora no me ha ido mal del todo.

¿Y a partir de ahora qué?

Lo primero, aprender a vivir con estas nuevas condiciones físicas y corporales. Reeducarme en el habla, el gusto y el olfato, es como volver a la escuela.

Cuando llegas a cierta edad, que superas las ansias y las prisas de la juventud, aprendes a saborear y recrearte mejor en cada instante de vida para disfrutarlo mucho más

Pero sobretodo, seguir viviendo. Madrugar por la mañana, que lo hago habitualmente, contemplar desde el balcón de casa como amanece cada día, que es como un estímulo para afrontarlo y ser consciente cada mañana que nos enfrentamos a un día más al que vamos a tratar de superar.

Luego la rutina diaria, familia, amigos, trabajo y siesta; más lo que se presente. Cuando llegas a cierta edad, que superas las ansias y las prisas de la juventud, aprendes a saborear y recrearte mejor en cada instante de vida para disfrutarlo mucho más.

¿Sólo eso?

Que más quieres, ¿te parece poco?. Bueno también me podría tocar la lotería, pero eso no está en mi mano, eso es simple cálculo de probabilidades y si lo haces realmente son muy pocas las opciones reales. Lo otro es seguro casi todo.

¿Y con esto ya ha finalizado todo?

Casi, ahora hay que seguir haciendo controles y visitando a esos médicos geniales, cada vez más espaciadas las visitas. Además existe un riesgo, que debes tener presente, el cáncer de laringe recidivante (que vuelve), puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Es menos frecuente que el primero, que se estima en 18 casos por cada 100.000 habitantes en España (más probabilidades que las de acertar una Primitiva).

Pero la verdad de momento me da igual, ni pienso en ello. Si algún día llega, ya buscaremos la forma de afrontarlo y enfrentarnos a él. No soy hipocondríaco.

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