Tradición, espectáculo y nostalgia en las fiestas de Villablino

Fiesta de San Roque en Villablino 2

Luis Álvarez

A primera hora, romeros y festivaleros comenzaron a ocupar las, carreteras caminos y senderos, que dan acceso a la ermita de Carrasconte. A pie o en vehículos, buscaron la forma de llegar hasta las inmediaciones del templo, que alberga la imagen moderna de una virgen de tradición y fervor en las comarcas del occidente leonés, la de Nuestra Señora de Carrasconte.

Que la tradición mantiene que se apareció en este paraje, donde para albergarla se construyó un templo, del que los primeros indicios escritos que se conservan son de 1578. Aunque el templo actual es del S XVIII, con posteriores reformas y mejoras.

Como cada año, Carrasconte se convierte en un lugar de encuentro, con caras conocidas y reconocidas entre los habituales que acuden a la celebración religiosa. Con otras más jóvenes, que aportan el aire novedoso necesario para ir renovando el panorama general. Algunos de estos que ahora se acercan a finalizar la noche festiva de la víspera, serán en años venideros asiduos de la otra vertiente.

Sobre estos aspectos, ya José Mourelle en 1928, en su guía “La Provincia de León” escribía: “el 15 de agosto se celebra la llamada feria de Carrasconte en este Santuario (después de la misa donde tanta gente acude, que el templo es insuficiente, quedándose fuera la mayoría), consistente en maderas de construcción, carros, arados, tiendas ambulantes y frutas, Esta ha sido la de más concurrencia del partido. Ahora casi se reduce a reunirse la juventud de Piedrafita, Villaseca y El Villar de Santiago, pueblos más próximos”.

Los romeros acuden escalonados, conocedores que se organizan durante toda la jornada celebraciones de misas cada hora, desde las 8 de la mañana hasta la tarde, lo que permite que el templo se mantenga lleno en cada celebración, pero sin excesivas aglomeraciones.

El espectáculo deportivo

La celebración de la quinta edición de la conocida como 'Xamascada', congrega durante una gran parte de la jornada a numeroso público para disfrutar de la evoluciones de unos deportistas, cuyo nivel técnico es cada año mejor. Lo que contribuye a que el espectáculo prospere en cada nueva cita anual. Con más medios, más participantes, mejor organización y evidentemente más calidad de los deportistas; que hacen que sea más atractiva la prueba.

Que ayer después de lo puramente deportivo, clausuró la jornada con un bonito y emotivo desfile de los patinadores de los 15 países presentes en la cita de Villablino, cada año con más participantes superando los 200 en este año. En la que los abanderados fueron integrantes del grupo de bailes tradicionales Txaciana acompañados de hermosos ejemplares de mastín leones de los criadores de la comarca, marchando al son de los panderos, pandereta, castañuelas y acordeón.

Aún restan dos jornadas deportivas más de esta edición, para poder seguir apreciando las evoluciones de los deportistas, que compiten por lograr sus objetivos en las competiciones que están en liza. Donde no hace falta estar en primera fila para poder percibir con nitidez el descenso de los patinadores que se proyecta en tiempo real en las pantallas gigantes colocadas en varios lugares del recorrido.

La nostalgia del oficio minero

Con los pasos previos habituales, la ofrenda floral en el monumento al minero y el desfile desde allí, de los participantes, hasta el lugar de celebración del concurso, en el antiguo mercado de ganados. Cumplieron con el ritual las 10 parejas inscritas en el concurso, precedidas de la música de una banda de gaitas de Cangas del Nancea.

Va perdiendo con los años, el concurso exhibición de entibadores mineros, importancia especialmente por el número de participantes, que no por la ilusión y buen hacer de los mismos, Tres parejas procedentes de Asturias, tres palentinas, tres locales y una más de Bembibre. Completaron sus trabajos en la elaboración y colocación de un cuadro minero de galería de madera, sobre el armazón preparado al efecto.

Los tres primeros según las calificaciones del jurado fueron por este orden: los locales José Manuel Rodríguez y David Rodríguez, padre e hijo, Joaquín Carlos Méndez y Horacio San Pedro, procedentes de Bembibre que obtuvieron el segundo puesto y el tercero fue para los asturianos procedentes de Cangas del Nancea, José Manuel Pérez y Fernando Ames

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