Castilla y León sube el gasto en alcohol, tabaco, pasteles y estética y lo reducen en pescado, carne y leche

F. S. / ICAL Gasto en alimentación y estética de los castellanos y leoneses

Álvaro García/ ICAL

Los castellanos y leoneses aumentaron el dinero que destinaron a productos que no son de primera necesidad, como bebidas destiladas, vino, cerveza y tabaco, azucarados (confitura, miel, chocolate y confitería), y café, té y cacao, así como en estética personal, entre 2006, el año que precedió el inicio de la crisis, y 2018. Este aumento del desembolso contrasta con la bajada del gasto en productos básicos como la carne y el pescado y la leche y derivados, que disminuyó en el periodo de análisis, según los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del año 2018, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Entre los productos que no son de primera necesidad el mayor gasto se produjo en el tabaco, con 146,23 euros por persona -que aumentó 13,47 euros-, seguido de azúcar, miel, chocolate y confituras, con 71,29 euros, 14,38 euros más que en 2006. Cada castellano y leonés gastó 39,41 euros en café, té y cacao, y 30,12 euros en vino, con un incremento de 15,65 y 3,78 euros, respectivamente, en comparación a antes de la crisis. Los dos productos en los que menos dinero desembolsaron fueron la cerveza, con 27,93 euros, y las bebidas destiladas, con 11,67 euros por persona, con una diferencia de 12,22 y 1,34 euros, cada una.

Cabe destacar también que el gasto de productos de belleza y otros aparatos para el cuidado personal aumentó también durante este periodo en 32,40 euros hasta los 191,85 euros por persona. Ocurrió lo mismo con el gasto en peluquerías y otros centros de estética, que representó 15 euros más que en 2006, hasta los 130,09 euros.

Por productos de primera necesidad, entre 2006 y 2018, el desembolso descendió en su conjunto, aunque se comportó de forma desigual, ya que bajó en carne, pescado y marisco, y los lácteos y los huevos, y subió en legumbres y hortalizas , fruta pan y cereales. Concretamente, la carne bajó en 14,35 euros hasta los 438,07 euros por persona; el pescado y marisco, en 6,09 euros hasta los 240,15; y en la leche, el queso y los huevos los castellanos y leoneses gastaron 198,60 euros cada uno, 7,02 euros menos que en 2006.

No todos los datos son negativos, ya que el gasto dentro de los productos de primera necesidad subió en las legumbres y hortalizas en 19,22 euros, hasta los 161,23 por persona; y en la fruta, que aumentó en 40,15 por cada castellano y leonés, hasta los 196,15 euros. Además, en pan y cereales, el gasto fue de 234,37 euros, con un incrementó en 8,66 euros respecto a 2006.

En cifras globales, cada ciudadano de la Comunidad gastó de media en el hogar 11.663,66 euros- 1.145 euros más que hace 12 años-, lo que supone un incremento de 22 puntos porcentuales respecto a los 10.517,91 de entonces. Cabe destacar que en la comparación de estos datos no se tienen en cuenta factores como los sueldos, que aumentaron en más de 1.628 euros, o el Índice de Precios al Consumo (IPC), que varió 23 puntos desde 2006.

El presidente de la Unión de Consumidores de Castilla y León, Prudencio Prieto, en declaraciones a Ical, atribuyó la disminución del consumo de productos saludables a la influencia de “culturas foráneas” que llegan a través de las redes sociales, y que influyen en la dieta de los castellanos y leoneses.

“El 'verde' para animales”

“En casa los padres le dicen a sus hijos que el 'verde' solamente lo comen los animales, por lo que generan en los niños un rechazo a un alimento básico para la salud” que hace que se consuma en menores cantidades, frente a otros productos de comida rápida como son las hamburguesas o la pizza, que generan obesidad en la población, explicó. Aunque posteriormente apostilló que “con los años” las personas “van cambiando” y son “más conscientes” de los beneficios de estos productos.

En relación al aumento del gasto en fruta que hacen los castellanos y leoneses desde 2006, el presidente especificó que variará mucho dependiendo de los tramos de edad, puesto que las personas mayores tienen una cultura “más frutera”, en cambio los jóvenes tienen la fruta como algo habitual y cotidiano -algo que tilda de positivo- pero que a su vez se ven más influidos por los zumos y batidos ya preparados, “que puede que no tengan mucha fruta”.

La disminución en el gasto de carne pudo estar causada, según él, por el envejecimiento de la población que, por prescripción médica, ha disminuido el consumo de carne, además de la caída del poder adquisitivo; o en el caso del pescado por el elevado precio y el rechazo al anisakis, que está en muchos pescados “y aumentará su presencia en muchos más”. Se refirió también a la “cultureta vegana” como otra posible causa del menor gasto en este tipo de productos. Prieto argumentó que la sociedad ha pasado de estar empobrecida a estar endeudada y “viviendo fuera de situación”, en la que “gastamos más en estar guapos y en oler bien que en comer”.

En cuanto al aumento en el consumo de tabaco, explicó que será diferente según la edad, “los mayores de 45 años fumarán menos que las personas entre 14 y 25, que por la influencia de las nuevas tecnologías tienen más predisposición a fumar tabaco y otras sustancias”.

Prieto hizo un llamamiento a volver a la “cultura de comer en casa todos juntos”, por las prisas de hoy en día, explicó, cada uno come a una hora diferente, “y cuanto antes se haga la comida mejor”, por lo que se recurre a alimentos precocinados con más grasas y azúcares.

Finalmente, quiso también llamar la atención de los responsables políticos, educativos y los padres y madres por inculcar unos hábitos educativos que no fomenten la comida basura, el consumo de alcohol y tabaco, y se promueva el “vivir para comer en vez de el comer para vivir”.

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