El Estado compra al Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid el Códice del Toisón de Oro

Carlos V retratado en el Códice de los Trajes del Toisón de Oro (1537).

Jestús López de Uribe

El Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid ha vendido el Códice de Trajes del Toisón de Oro a la Dirección General de Patrimonio de España por 500.000 euros. Pasará del museo de esta institución al de las Colecciones Reales, cuya apertura está prevista para el año 2021.

Este Instituto fue creado en 1916 por el diplomático y arqueólogo Guillermo de Osma y Scull y por su esposa Adelaida Crooke y Guzmán, para reunir las colecciones de artes decorativas reunidas por Osma y las heredadas de los Condes de Oñate y de Valencia de Don Juan. En 1918 creó un museo en el Palacete de Osma en la calle de Fortuny obra del arquitecto Enrique Fort de 1893, de estilo neomudéjar y con azulejos de Daniel Zuloaga en el exterior.

“La colección del Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid está considerada como una de las más importantes españolas dedicados a las artes suntuarias. Destacan las colecciones de tejidos, cerámicas y lozas. Además de que su Biblioteca se considera un tesoro arqueológico y artístico cuyo fondo documental, digitalizado en su totalidad, lo constituyen 40.000 documentos, cubriendo un periodo que va desde los Reyes Católicos hasta el siglo XIX”, según la Wikipedia.

“La biblioteca del Instituto contiene 710 documentos medievales en pergamino fechados entre los años 875 y el 1500; 248 manuscritos encuadernados —con joyas bibliográficas como el libro del Toisón de Oro y un Libro de Horas de Mencía de Mendoza, obra de talleres flamencos del siglo XVI—. Especial fondo de consulta son los referidos documentos referentes a los Reyes Católicos y el reinado de Felipe II”, apunta la entrada en la enciclopedia colaborativa.

Un códice de Carlos V que devolvió la emperatriz francesa María Eugenia de Montijo

La historia del 'Códice de Trajes de la Orden del Toisón de Oro' que es como se llama el bien que Patrimonio ha comprado para el Estado después de años intentándolo, es la de una joya bibliográfica de altísimo interés en todo el mundo. Si hubiera salido a subasta pública habría multiplicado su valor.

Encargado por Carlos V, maestre de la Orden del Toisón, se realizó en 1537 y consta de 126 folios en vitela, con un tamaño de 320 x 215 milímetros de 26 líneas en página compuesto con letra bastarda francesa. La autoría de esta obra como auténtica de Simón Bening, uno de los más extraordinarios miniaturistas de Ia primera mitad del siglo XVI, salvo en los treinta últimos blasones que pudieran ser de su hija Lievina.

“El libro consta de dos partes: en la primera, hasta la página 65 se contienen las constituciones y las ordenaciones de las ceremonias y fiestas de Ia Orden y manera de proceder para celebrar 'capítulo', las reuniones de la misma; [...] en la segunda se van describiendo los sucesivos capítulos hasta 1546, indicándose los caballeros fallecidos y los nuevos afiliados con las modificaciones adoptadas en Ia Orden. Aquí es donde van sucesivamente los soberbios retratos de cada soberano, que suelen ser copias de retratos contemporáneos de estos maestres, colocando Bening de fondo paisajes guerreros o campestres con ciudades que son características de su estilo. En Ia página frontal a estos retratos van las armas y timbres de éstos, en donde el dibujo y el colorido se aunan de un modo impresionante, con un realismo verdaderamente prodigioso que denotan Ia mano de un iluminador de primera fila”, como indica este artículo de Gregorio de Andrés que describe el códice como “espléndido”.

Una orden 'linajuda'

La Orden del Toisón de Oro fue creada por Felipe III de Borgoña en 1429 a imagen y semejanza de la orden de la Charretera inglesa. Llegó a España por parte de Felipe el Hermoso y conoció su mayor época de esplendor con el Emperador Carlos V de Alemania y I de España. El símbolo es un collar de oro —compuesto de eslabones y pedernales despidiendo llamas con la divisa 'Anteferit quam flamma micet', que significa “Antes de la fama hay que sufrir los golpes del acero)”— con un cordero de oro, o vellón. Con la elección del vellocino de oro, el duque borgoñón hacía referencia a la leyenda de Jasón y los argonautas en la nave Argo. Esto enlazaba también a la nueva vocación marinera de Borgoña gracias a sus puertos en los Países Bajos. Se terminó ofreciendo a los hombres de linaje más alto de Europa.

La orden se dividió a la muerte de Carlos II de España en 1700, creándose dos capítulos, uno el hispano y otro el Austríaco. A la desaparición del Imperio Austro-Húngaro en 1918 el rey Alberto I de Bélgica reclamó que la dignidad de gran maestre y el tesoro de la Orden le fuesen transferidos como soberano de las tierras de Borgoña. Esta reclamación llegó a ser considerada seriamente durante las negociaciones del Tratado de Versalles, pero finalmente rechazada debido a la intervención del rey Alfonso XIII de España, que tomó posesión de las propiedades de la Orden en nombre del destronado emperador Carlos I de Austria y IV de Hungría.

El códice del Toisón de Oro desapareció de España durante la Guerra de Independencia, posiblemente extraído por las tropas napoleónicas después de que el rey José I Bonaparte nombrara caballero de la orden a su hermano Napoleón con gran polémica. Fue otra emperatriz francesa, la española Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III, la que lo devolvió a España cediéndoselo al conde de Valencia de Don Juan al sospechar que había sido sustraído de su país de origen.

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