La desmovilización de Cs en León y la floja subida del PP dieron el diputado a Vox

Francisco Igea, en la debacle de Ciudadanos en Castilla y León. Foto: Miriam Chacón / ICAL.

Jesús María López de Uribe

La espectacular desmovilización de los votantes de Ciudadanos en la provincia de León con respecto al 28 de abril ha sido clave en la consecución del diputado por parte de Vox en la noche electoral. Los datos reflejan que unos veinte mil de los 34.122 que abandonaron a la formación de Albert Rivera parecen haberse quedado en casa.

Esto provocó que, aún subiendo el PP su resultado —siempre sin haberse contabilizado el voto extranjero, que es de un máximo de 4.353 en la provincia, cosa que se hará durante esta semana durante el recuento oficial— no lograra impedir que Vox le arrebatara el segundo escaño que habría logrado consiguiendo 81.200 votos. Pero se quedó en 74.078 (aumentando en 5.940 los 68.138 del 28A), cosa que hubiera permitido a cualquier partido que llegara 'primero' a los 37.040 votos haber conseguido diputado en estas elecciones.

El ascenso de Vox tampoco ha sido espectacular en votos en León. Ha pasado de 33.449 a 40.589, 7.140 votos más; un 21,35% de aumento. Notable, pero no rotundo. El PP habría necesitado 7.100 más para conseguirlo. Es decir, haber subido 13.040, un 19,7% y no el 8,72% con que lo hizo ayer.

Curiosamente, la suma de votos de PP y Vox en la noche electoral fue de 13.080. Lo que parece un juego de espejos que se vuelve más evidente al revisar el desplome del 67,42% de los votos a Ciudadanos en la provincia, perdiendo 'grosso modo' las dos terceras partes.

Los de Albert Rivera pasaron de 50.612 (sin voto CERA) a 16.490, la nada despreciable cifra de 34.122 menos. De ellos, podría suponerse, aunque no sea del todo así, que los trece mil de PP y Vox procedieron de esa enorme bolsa de votos perdidos. Lo cual significaría que, al menos, veintiun mil se tuvieron que quedar necesariamente en casa y no votar a nadie. Eso son las dos terceras partes del ascenso de la abstención ayer (se pasó de 293.000 votantes el 28A a 263.000, treinta mil menos); otro curioso reflejo de espejos matemáticos.

De esta manera, los 21.040 votantes de Ciudadanos que no han apoyado ni a unos ni a otros han sido cruciales para que Vox lograra el diputado. Si un poco más de la tercera parte de éstos se hubieran pasado al PP, no lo habría conseguido; siempre hablando de no muy precisas cifras redondas para poder observar al vuelo la situación.

La izquierda pierde más de quince mil votos a partes iguales

Por la parte de la izquierda se han perdido 15.552 votos respecto a las elecciones de finales primer cuatrimestre del año. El PSOE ha pasado de los 94.834 en la noche electoral del 28 de abril a 86.951 (7.883 menos, un 8,23% de bajada) y Unidas Podemos de 34.794 a 27.125 (7.669 menos, un 22,04% de descenso respecto a hace medio año).

La UPL, por su parte, se quedó a 450 votos de los diez mil (9.550), lo cual es una cifra muy por debajo de los 26.000 que consiguió en las autonómicas; aunque la comparación no es válida al ser comicios completamente distintos, la pifia es evidente. Sólo les votó poco más de una tercera parte de entonces (o les abandonó dos tercios, que sería lo mismo).

¿Entonces cómo han quedado izquierdas y derechas? Poniendo a los leonesistas fuera de este recuento, la izquierda ha perdido 15.552 votos y la derecha (PP + Cs + Vox) 20.592. Si la provincia fuera bipartidista como antes de 2015 el partido de color 'rojomorado' habría obtenido 114.076 votos el pasado domingo frente a los 129.628 de abril; mientras el partido de color 'azulnaranjaverdoso' pasaría de 152.199 a 131.607.

El resultado habría sido dos a dos escaños en las dos citas, independientemente de la abstención. En realidad, la derecha seguiría por encima, sólo que pasaría la diferencia de los 22.571 votos de abril a los 17.531, mostrando que los dos bloques en realidad han bajado por el desplome de Ciudadanos.

Empate por primera vez en el Senado, gracias a Vox

Por otra parte los de Vox pusieron en práctica una táctica en el Senado que benefició notablemente al PP. Al presentar a un sólo candidato —el ex presidente del Ademar Carlos Pollán— y dejar libertad a sus votantes a rellenar dos candidatos más. En la práctica haber presentado a tres, el máximo que permite la ley electoral, hubiera sido tirar el voto.

Y aún así presentando a uno también es dejarle fuera seguro, ya que se necesitan casi tantos votos como el partido mas votado al Congreso para ser senador. De esta manera a Pollán lo usaron como liebre para que los dos primeros candidatos del PP lograran la proeza de prácticamente empatar con los dos primeros socialistas. Éstos son los resultados de la noche electoral para el Senado en León en la que el único candidato de Vox quedó séptimo detrás del tercero del PSOE y la tercera del PP a 50.000 votos de distancia.

Dicho y hecho, mientras el PSOE sacaba 86.951 al Congreso (casi trece mil votos más que el PP con 74.078), la diferencia en el Senado se conjugó prácticamente muy a favor de los candidatos populares que se llevaron más de veinte mil votos que en otra circunstancia no habrían tenido jamás.

El cabeza de lista del PSOE al Senado Salvador Vidal Varela sacó cuatro votos más que su partido al Congreso (86.965), mientras que la Segunda, Carmen Morán Franco mil setecientos menos (85.234). Y ahí aparece Silván con dos mil y pico menos que Vidal (84.654) y pegadito a él su compañero de partido Javier Santiago Vélez con 75 votos menos que su compañero y rival de partido (84.579).

Es la primera vez en la Historia de la Democracia del 78 que PP y PSOE empatan a dos senadores en la provincia de León. Y se debe a tres factores: uno, a que el tercero del PSOE quedó muy por debajo de sus compañeros e incluso de sus rivales (Constantino Marcos Álvarez, con 82.217, con lo que pierde el acta que consiguió el 28A); dos, al apoyo de Vox a los candidatos del PP; y tres, a la pugna que mantuvo el alcalde de Almanza (Javier Santiago) con el ex alcalde de León para ser el más votado.

Durante la mayoría de tiempo del escrutinio del Senado Antonio Silván no salía elegido como senador. El recuento fue dramático y por menos de un centenar de votos quedó por delante del que sí había conseguido el acta como cuarto tras los tres del PSOE el 28 de abril. Aunque posiblemente los votos CERA le den más ventaja.

Recomendación al Ministerio de Interior: aclárese con las cifras de participación; en León bajó 7,5 puntos, no subió

Por otra parte la página web de los resultados provisionales del Ministerio del Interior ofrece datos confusos, sobre todo de participación. Y esto complica un poco la comprensión de los datos que se han producido en la provincia de León.

La web asegura que se ha producido un 68,36% de participación el 10N en la circunscripción leonesa, señalando que es más que el 68,22% del 28A (0,14 puntos). Lo cual no casa, ni de lejos, con los treinta mil votos menos emitidos que hace medio año. Ni con las cifras de abstención: 93.155 el 28A y 121.782. Es del todo imposible mejorar la participación con 28.677 abstenciones más y 30.596 votos menos (de 293.709 a 263.113) en una noche electoral.

El problema es que quien compuso la web contabilizó para el 28A todas las 433.575 personas que tenían derecho a votar en la circunscripción de León —introduciendo los datos del recuento definitivo con el CERA incluido— y confrontó el dato con sólo las que podían votar este domingo pasado, que son muchas menos. Con lo cual el dato no cuadra para nada. En realidad la participación descendió en 7,56 puntos.

Aunque es complejo de explicar, es bueno hacerlo para evitar conspiranoias. En la circunscripción de León este 10N tenían derecho a votar 432.093 ciudadanos. Ya son casi mil quinientos menos. Pero de esos ciudadanos hay que restar los que están en el extranjero, que son 47.181. Al no estar empadronados en territorio español pero haber nacido aquí, se les incluye. Eso hace que sólo votaran el domingo los que estuvieran en España (sea presencialmente o por correo), quedando 384.912 votantes. Precisamente lo que da la suma entre los 263.100 que votaron y los 121.800 que se abstuvieron.

Sólo el 9,22% de los leoneses en el extranjero rogaron el voto

Luego está cuántos pueden votar de los extranjeros, si consiguen rogar el voto; que en el caso del 10N fueron 4.353 y los votos que lleguen para el recuento oficial. Que sean sólo el 9,22% de todos los leoneses en el extranjero y que eso suponga que, de salida se contabilizan 42.828 votos abstencionistas (casi el diez por ciento de los 432.093 totales) es otra Historia. Pero es necesario tener en cuenta que si se comparan los datos provisionales con los oficiales, las diferencias notables se deben a ésto. Y que eso da datos confusos de participación.

Una vez detectados, en la noche electoral del 28A votó el 75,92% de los residentes en España y, contando a todo el mundo que tiene derecho a votar, el 68,22%. Mientras que en la de este 10N de los empadronados en España sólo lo hicieron el 68,36% (7,56 puntos menos) y se prevé que la cifra de participación final (con todos los posibles votantes incluidos en el recuento oficial) ronde el 61,15%. O sea, unos siete puntos menos, muy lejos de la percepción que le ha quedado al votante, que cree que el 10N hubo más participación que el 28A.

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