El 'revival' del Purple Weekend de León

The Cyanid Pills empezaron así el Purple en Espacio Vías, dándolo todo. Foto: Ana Cayón @ElPurpleWeekend.

Jesús María López de Uribe

Es el Purple una cuestión territorial sentimental para los leoneses, sean 'sixties' o no. Es el único festival —y León los ha tenido importantes en música como el desaparecido de New Age— superviviente que queda para mostrar la ciudad en todas las televisiones y medios aunque sea una vez al año. Y cuando las cosas van bien, como ha ocurrido en esta edición, el corazoncín se va al 'revival' de los buenos tiempos.

Y es lo que los asistentes desde hace más de treinta años del Purple Weekend han dejado claro. “Hace muchos años que no se veía un festival así. Muchos”.

Y son leoneses, que siempre tienen algo que criticar —sobre todo por las ansias de quedar como nadie con los de fuera—, los que han dado el visto bueno y reconocimiento al ingente esfuerzo que la organización de León Gótico apoyada por el patrocinio de Estrella Galicia, ha conseguido para “pagar las deudas y pasar de movidas como las del año pasado, que no beneficiaban en nada al futuro del Purple”. Sorprendidos muchos de ellos que en un año se haya conseguido 'normalizar' el Festival para dejarlo como nuevo.

Una vez enjugada la deuda —y más o menos la polémica de la división del año pasado, que sólo los más acérrimos notaron y que en realidad hace que el Purple parezca que tiene un programa más nutrido—, la pregunta siguiente fue la de qué había parecido la aparentemente polémica decisión de trasladar los conciertos al Palacio de Exposiciones. Unanimidad en que es lo acertado.

Pese a que había incredulidad en que fuera la mejor medida antes de que empezara esta trigésimo primera edición, “el no tener que darte una enorme caminata para los allnighters y que se hagan en el Palacín (Petit Palais) es una maravilla”, comentaba una 'purpelera' de pro.

Ciertamente el Petit Palais pareciera haberse hecho para esta fiesta. Con varias salas, tanto la Chill Out decorada estilo Moloko como la de baile. Y también sonaba bien. El lugar perfecto para la fiesta.

El sonido del Palacio es “infinitamente mejor que el del CHF”, aseguran todos los asistentes. Apuntando que es “una maravilla”, pero con el pero netamente leonés “ya que es enorme para tan poca gente”. Quizás el problema mayor del Purple Weekend sigue siendo que “faltan jovenes”. Pero nadie sabe cómo solventar ello. También hubo críticas “por que el Ayuntamiento no deje usar los baños del propio Palacio y en pleno diciembre saquen a la gente fuera a pasar frío”. Pasar de un enorme pabellón con una buena calefacción a casi bajo cero no hacía mucha gracia, y todos los asistentes recordaban tener que haber hecho una cola de varios minutos para entrar en los nueve baños portátiles que el proveedor instaló pese a que se habían solicitado casi el doble por parte de la organización.

Cosa que no pasó en el Palacín. La decoración y la fiesta 'allnighter' tanto el viernes como el sábado en el Petit Palais, a metros del espacio central de Conciertos dio el aldabonazo para que todos se deshicieran en alabanzas. “Y ahí sí podíamos usar el baño, a ver si el Ayuntamiento se aclara”, comentaba la gente.

Un buen programa musical

La organización anunció ayer que el Purple Weekend Estrella Galicia ha tenido una audiencia (sumando todos los conciertos) de unos doce mil espectadores. Para Miguel Borraz, coordinador del festival, ha sido “uno de los festivales de los mejores que han salido de los últimos años por lo que nos ha comentado todo el mundo”.

“Hemos tenido en el Palacio de Exposiciones una afluencia, pese a ser un espacio nuevo, enorme. Todas las actividades infantiles, que hemos puesto mucho hincapié en ellas, llenas todas. Hemos cerrado dos veces Espacio Vías a la venta de entradas por aforo completo y la verdad que ha sido un balance muy, muy positivo, calculando 12.000 personas en todos los escenarios”, explicó en unas declaraciones enviadas a los medios de comunicación.

Y ciertamente hay que reconocer que la programación en Espacio Vías ha sido de mucho nivel. Con grupos espectaculares desde el primer día, The Cyanid Pills y The Stems; sorprendiendo muy gratamente “las chicas” The Rosalyns el segundo día, junto a la alegre música de Los Retrovisores —y el notable concierto de los rusos The Thunderbirds en un Glam que llenó también los conciertos fuera de abono—; y Les Grys-Grys el sábado, más el potente cierre de los leoneses Allrighters el domingo. Con música divertida es lógico que se produzcan esos llenazos.

Quizás lo más endeble del programa fuera el escenario central del jueves. No terminó de convencer entre el público la propuesta más soul del festival y los The JayBirds no conectaron. También sorprendió a todo el mundo lo grande que era (cabía aún mucha gente), y lo calefactado que estaba.

Críticas que el viernes cambiaron con los conciertazos que se vieron. Aunque Peter Perret no fuera precisamente del palo de los más 'Mods', nadie pudo decir que no fuera un musicazo y viera un concierto 'mágico'. The Tranzmitors y los espectacularísimos Hodoo Gurus —sobre todo su final sorpresa con uno de los Fleshtones—, dejaron para el recuerdo para muchos de los miles de asistentes un momentazo.

En aquellos momentos, gracias a la música se habría olvidado una de las circunstancias menos estimulantes de una de las actividades alrededor del festival, y que suele ser la más fotografiada. La más que molesta forma de algunos de querer hacer ver que siguen organizando el 'Scooter Run' cuando ha sido este año asunto de la organización y no de ningún otro, precisamente para intentar evitar actitudes propias de post-adolescentes que creen estar en la película de Quadrophenia. No puede ser que el encuentro de escuteristas se vea empañado por este tipo de comportamiento, pero así lleva siendo años provocando el rechazo de muchos.

Por último, las notorias pero forzadas polémicas de si el Ayuntamiento se debe encargar del festival no cuajaron en unos espectadores que reconocieron el notable esfuerzo de patrocinio de Estrella Galicia. “Esto que vaya por este camino, el Ayuntamiento que ayude, que dé todas las facilidades, que aporte algo económicamente, pero no está la cosa para gastarse cien mil euros de dinero público en un festival; hemos vuelto a recuperar el Purple divertido y es un acierto el Palacio de Congresos. A ver si el año que viene lo promocionan mejor fuera de España y viene más gente. Los mimbres para crecer ya están puestos, dejemos trabajar a una organización que este año lo ha hecho realmente bien”, afirmaba un veterano que no se había perdido una sola edición.

“Ha sido un festival único, todos estamos muy contentos y a preparar el siguiente”, afirmó Borraz. Y con los problemas enjugados y la acertada elección del escenario central en el Palacio de Exposiciones, todo apunta a que sí. Que así fue y así se espera.

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