El nacimiento y bendición de un pendón concejil leonés: Nogales

Los pendones se bendicen en la iglesia, bajo las campanas del pueblo. Foto: Chema Vicente.

Jesús María López de Uribe

Fue el 27 de octubre de 2019 cuando 'renació' el pendón de Nogales, localidad del municipio de Mansilla Mayor. Uno más del medio millar que los pendoneros leoneses conservan con todo el orgullo en la provincia de León. Un momento que en los últimos años se ha repetido en varias ocasiones, con la recuperación de estas enormes enseñas a lo largo de toda la provincia.

Es gracias al blog 'Raigañu' por el que se pueden ver las fotografías de cómo se 'bautiza' un pendón concejil leonés, declarados Bien de Interés Cultural inmaterial en abril tras el empeño de muchos que no podían creer que algo así no fuera reconocido como se merecía.

Gracias a su editor, Chema Vicente, se pueden ver más fotografías de las que ha cedido a ILEON.COM para poder dejar mejor constancia de cómo se consigue recuperar esta espectacular tradición netamente leonesa.

Un bautizo-inauguración que contó con la presencia y bendición del obispo de la Diócesis de León, Julián López, y que fue alzado, como es tradición en la festividad del patrón local: San Simón.

“Cultura es una palabra que significa cultivo. De ahí agricultura, cultivo del campo. Cultivo de las artes que ha desarrollado el hombre para hacer más agradable nuestra existencia. Pues bien, ésta es nuestra cultura; no tenemos otra”, explica en el cuerpo de la entrada referente a este nuevo pendón concejil. “Debemos conservarla y nuestros descendientes nos lo agradecerán”, explica, aunque se puede leer más visitando 'Raigañu'.

Una tradición netamente leonesa

Según esta publicación de la Asociaciones de Pendones del Reino de León, estas enormes enseñas “son una de las tradiciones más arraigadas de la región leonesa” que estuvieron olvidados mucho tiempo, pero que se comenzaron a recuperar a comienzos de los años ochenta del siglo XX. Ya entrado 2004, esta asociación consiguió “un muy notable desarrollo de su recuperación y presencia en celebraciones”.

“En la actualidad, son más de cuatrocientos los que se conservan en pueblos de la provincia, además de los que también existen en otras zonas del Viejo Reino de León y, en algún caso, también en otros territorios (norte de Burgos, de Soria...), donde, significativamente se conservan también las 'comunidades' de Concejo o Juntas vecinales”, explica Antonio Barreñada en el escrito.

Según él fue durante el 1.100.º aniversario del Reino de León, en el año 2010 cuando se batió un 'Récord Mundial', concentrando en la Plaza de san Isidoro de León a más de 140 pendones alzados por más de 10 minutos, gracias a la agrupación de pendoneros del reino. También hubo una gran reunión el 31 de julio de 2017, con la celebración del milenario del Fuero de León y son una de las mayores atracciones de la Fiesta de las Cantaderas, con su espectacular presencia y colorido que deja boquiabiertos a todos los visitantes de la ciudada (y a sus mismos ciudadanos) con la eterna pregunta de por qué no los saca Televisión Española todos los años siendo un desfile totalmente televisivo.

Bien de Interés Cultural Inmaterial

Espectaculares son un rato, sobre todo marchando por la serranía en la Romería de Castrotierra, donde las fotos impresionan. Pero ha costado mucho que se reconocieran como algo propio, característico y a proteger. Las autoridades de la Junta tienden a ver mucho mejor otro tipo de cosas fuera de León y durante cuatro años se luchó para que se protegieran los pendones. Se consiguió este mes de abril. Al fin.

Se impuso al fin el expediente que concluye que los “pendones concejiles constituyen una tradición ancestral de hondo significado cultural, ligada a celebraciones de carácter festivo y religioso”.

Estas enseñas de metros y metros de altura tienen un origen desconocido que se ha querido enlazar con los sistemas de creencias, costumbres y organización social prerromanos y un uso religioso y militar. El origen de los pendones parece más relacionado con un uso militar y la necesidad de enarbolar una enseña para guiar a colectivos en enfrentamientos y contiendas: lo que serían las pequeñas pendonetas con las que tantos malabares hacen los mozos.

Sin embargo, perdieron el carácter original de combate y pasaron a ser un elemento identitario de carácter social, ceremonial y religioso. Una vez terminadas las batallas, comenzaron a utilizarse en celebraciones como romerías y rogativas, especialmente a partir del siglo XVII; y de ahí podría venir el gigantismo.

Es de carácter inmaterial este bien cultural, porque “se define como objeto de la declaración el conjunto de atributos que constituyen la tradición y esencia de este hecho cultural, que garantizan su pervivencia y el papel activo de la sociedad, y constituyen un referente identitario de la población que lo ha impulsado”. Vamos, que hay muchos y distintos. Casi uno por cada pueblo querrían sus promotores hoy en día.

“El pendón concejil constituye uno de los elementos patrimoniales etnográficos más singulares, presente en las comunidades rurales de Castilla y León correspondientes al Antiguo Reino de León, desde la Edad Media hasta nuestros días, como símbolo vivo de la identidad y tradición de un pueblo y como elemento de identificación de una comunidad o grupo social”, apuntaba el Boletín Oficial que daba el visto bueno a su calificación.

“Las campanas y el pendón del pueblo son”

“Desde un punto de vista patrimonial, no procede una valoración individualizada como objeto o elemento material de valor etnográfico, histórico o artístico, dado que su relevancia viene dada por el significado que transmiten, su uso y el concepto de comunidad que aglutina este objeto. Es decir, el sentimiento de unidad de una comunidad en la celebración de un acto de participación colectiva”, apuntan los expertos que le concedieron el BIC inmaterial.

Y es que el pendón es enseña que representa a cada pueblo, y ellos todos juntos al leonés. Por eso en Nogales la celebración consistió en bendición bajo el campanario como se puede ver en la fotografía que encabeza este reportaje. Porque mientras queden leoneses en los pueblos, el espíritu del verdadero León seguirá existiendo. Contra el viento: flameando como un orgulloso pendón.

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