Carta abierta a los autonomistas de León sin Castilla: en mi nombre, no

Los alcaldes de León  y Valladolid, José Antonio Diez y Óscar Puente. Foto: Peio García / ICAL

Luis Álvarez

Estamos asistiendo estos últimos días a lo que en mi modesta opinión, es un simple corro de verduleras gritonas e inconscientes, que con su guirigay están alterando un mercado que estaba muy tranquilo, sin ningún sentido práctico y real, para resolver unos problemas a todas luces personalistas, mal analizados y peor evaluados.

El porque de estas afirmaciones las voy a argumentar a continuación. ¿Verduleras? Salió la primera que pregonó su mercancía, el alcalde de León, José Antonio Diez, y como gallinas alborotadoras le siguieron en el griterío varias del ramo, pese a los intentos de algunas partes del mercado político de imponer cordura y sentido común.

Tengo toda la sensación de que se trata más de un arrebato de celos entre Diez y Puente, por el amor de la dirección de su partido en Castilla y León, que de un arraigado sentimiento de patriotismo cazurro. Para esta apreciación solo tengo que echar la vista atrás y ver como se han estado martilleando con proclamas de uno y otro tipo entre ellos desde que tomaron posesión de sus respectivas alcaldías. El resto se han sumado al revuelo no sé muy bien porque. Pues vista alguna intervención leída en plenos grabados, dudo que el convencimiento fuese de corazón y conocimiento.

Aunque no dudo, que algunos se hayan sumado de forma honesta porque así lo sienten, minoría. Por eso me parece aún más vergonzoso que se manipulen los sentimientos de la gente, por ambiciones personales o políticas, para al final terminarlas defraudando y frustrando.

En la era de la intercomuniciación, de la velocidad de las comunicaciones del movimiento de las personas, en la que los que nos quedamos en los pueblos y renunciamos en parte a ese movimiento, somos minoría. Los elegidos para dirigir y ordenar nuestro sistema resulta que se enzarzan en discusiones estériles en si me hago mas grande o mas pequeño, “si mando yo o mandas tu”. En lugar de dedicarse a lo más urgente del momento, restaurar y pagar inundaciones pasadas; y poner los medios necesarios para prevenir y aminorar las futuras, por un decir de algo casi inmediato, en lo que no se emplea ni la energía, ni el ardor guerrero (del himno de infantería), que en estas otras tonterías de autonomía nueva.

O sea que se dedican a sus asuntos personales y no a los generales. Al menos podrían tener la decencia de esperar a arreglar lo necesario y dejar para el periodo de vacaciones lo secundario. En lugar de cerrar el chiringuito por vacaciones, quedarse a discutir lo de la organización del negocio.

Porque, que supondría una nueva autonomía, lo pongan de la forma que lo pongan, mas gasto, mas puestos para repartir y por tanto mas impuestos a los paganos de siempre los convecinos a los que encima utilizan para sangrarlos como corderos camino de matadero.

Análisis erroneo

¿Porque esta aseveración? Porque se basan como uno de los principales argumentos en los datos de despoblación y culpan a Valladolid de robarnos los recursos y los habitantes, porque los jóvenes se van a buscarse un futuro mejor a otras partes.

Argumento a todas luces falaz, sesgado y populista. El enemigo es el de fuera que nos roba, el dinero y nuestras posibilidades de futuro (me suena a Pujol, que era el que robaba), que malos son los de Pucela, y también los de Burgos o Palencia, y los pobres de Soria, Segovia y Ávila; estos últimos son menos malos, pero se dejan llevar, por los centralistas del PP. Que aquí también hay siglas, la culpa además de los de Valladolid, que no los manda el PSOE, es del PP por centralista. Ver para creer.

No sabemos luchar contra la tendencia general en todo el mundo a concentrar el grueso de la población en grandes núcleos urbanos, según las previsiones, en tan solo 30 años más, el 70% de la población mundial estará situada en ciudades y cuanto mayores mejor.

La gente se va de León porque quiere, porque busca una mejor situación económica, social, cultural, de ocio, o simplemente porque le da la gana. Pero principalmente porque son libres de elegir el lugar de residencia, no se les puede obligar a quedarse donde no lo desean. Y el día que así lo deseen podrán regresar, siempre que no limitemos sus libertades.

Los que ahora gritan llevan años siendo gestores de lo público y si no han sabido generar las oportunidades de vida o económicas para que estos que dicen que son emigrantes económicos se quedasen en León, son los principales culpables de esta situación.

Pongo un ejemplo. La situación de la minería, se sabía que iba a ser la actual desde finales del siglo pasado, la desaparición total. Sin embargo los que ahora chillan cerraron los ojos a lo que se sabían iba a venir, y los pocos que tuvimos la osadía de decirlo en alto, se nos insulto, ignoro y se nos situó como agoreros del progreso. Despilfarraron miles de millones en planes del carbón muy generosos para no hacer nada y algunos enriquecerse. Ahora que no vengan de mártires.

Según esos argumentos que emplean contra Castilla, 'La Pérfida'. Los de los pueblos podríamos decir que los de las ciudades de la provincia nos robáis, pues los vecinos que así lo desean se va a vivir a León, Ponferrrada o sus alfoces y van despoblando poco a poco el mundo rural. Lo que sería por nuestra parte un argumento completamente majadero. Son tan libres de irse los que así lo deciden, como lo somos los que decidimos quedarnos en los pueblos.

Una idea para detener esa sangría del eufemismo de la España vaciada, que no es mas que una huida de la ruina y la miseria, asistencial y económica, que no social. Premien a los habitantes de los pueblos con reducciones fiscales y graven a los de las ciudades.

Habrá quien grite escandalizado, que eso es generar desigualdad de trato y fiscal entre los españoles. Nada más lejos de la realidad, sería acercar un poco más la igualdad entre los españoles. Los de los pueblos, si tenemos que ir al hospital ya sabemos que tenemos que trasladarnos, lo que significa gasto. Acompañar a familiares enfermos, significa gasto. Acudir a un especialista, significa gasto. Estudiar nosotros o nuestros familiares, significa gasto. Acudir a las administraciones con tramites ordinarios, como la de pagar (Hacienda), significa gasto. Acceder a servicios de ocio, significa gasto. Hasta en muchas localidades hacer la compra para casa, significa desplazamiento y gasto. Podríamos seguir con una interminable lista de agravios, no merece la pena aburrir a los convecinos, todos sabemos lo que es vivir en los pueblos. Compensando esos gastos que se generan haríamos una mayor justicia social e igualaríamos a los españoles en derechos.

A nuestros políticos una sugerencia. Revisad la historia y mirad a nuestros viejos reyes repobladores a los que tanto utilizáis para dar grandeza a vuestros argumentos, como conseguían que la gente se asentase y permaneciese en lugares ásperos y difíciles. Concediéndoles privilegios y eximiéndolos de cargas.

Lo siento si con mis palabras hiero sensibilidades de gente honesta que se cree con identidad propia. Pero no voy con mi voto, ni apoyo implícito a sufragar la fiesta de esta pandilla de farsantes, incompetentes e inoperantes. Por eso dejo bien claro: ¡Con mi apoyo no a este aquelarre autonomista!

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