El Ayuntamiento de Sahagún exigirá explicaciones por la corona castellana de la nueva tumba de Alfonso VI de León

El mausoleo de Alfonso VI de León (muerto en 1109) y la corona de Sancho de Castilla (de 1295).

ileon.com / Sahagún Digital

Es una de las grandes polémicas históricas del mes. La intención de dotar de un mausoleo digno a Alfonso VI de León en Sahagún ha terminado convirtiéndose, otra vez más, en un “todo mal” respecto a la Historia leonesa. En otra forma de ocultar su importancia y eliminarla en favor de una Castilla que ni el propio monarca reconocía.

El uso de una corona de castillos en su tumba provocó la sonora protesta de ComunidadLeonesa.ES y una gran indignación en las redes sociales por la aberración histórica, ya que el monarca leonés jamás se intituló como rey de Castilla; y lo hizo de forma consciente, para evitar reconocer que fuera un territorio distinto del reino de León pese a que lo creara su padre para su hermano Sancho, que terminaría traicionándole tras la batalla de Golpejera para arrebatarle momentáneamente el trono legionense.

Es decir, poner una corona de castillos sobre la cabeza de Alfonso Fernández el Bravo sería un insulto para él en vida, y además un fallo histórico de grandes proporciones porque el símbolo heráldico de Castilla no nacería hasta más de 65 años después de su muerte.

Según informa de las consecuencias de la polémica Sahagún Digital en esta noticia, el Ayuntamiento sahagunino no descarta solicitar una modificación en el monumento funerario de Alfonso VI –diseñado por el escultor Amancio González– que aquiete la polémica surgida a raíz de la corona que ciñe la cabeza del monarca: una copia de la conocida como 'Corona de Sancho IV' que se conserva en la Catedral de Toledo, dos siglos posterior al reinado de Alfonso VI de León, y que hace clara referencia al Reino de Castilla.

Este reino se separa efectivamente de León tras la muerte de su nieto, Alfonso VII en 1157 (la 'separación' de 1065 a 1072 no se considera válida como para crear un reino independiente porque luego vuelve a caer protocolariamente a niveles de condado) y que, por eso, el nuevo rey castellano necesita crear su propio emblema heráldico que se puede certificar que ya existía –de gules, un castillo de oro– a partir de 1179 y no antes; por lo que el uso de esa corona con castillos es pura fantasía que no casa con la propia 'eliminación' activa del reconocimiento de reino a Castilla del difunto.

Pese a todo, el romanticismo castellano, con el ansia de quedarse todos los méritos de León y eliminarlo del mapa histórico –al igual que ahora hacen ciertos pseudohistoriadores en Cataluña con los símbolos españoles– consiguió que durante siglos se llame 'de Castilla' a un rey que nunca firmó un documento como tal y, de hecho, luchó contra esa definición política toda su vida. Una confusión histórica interesada que es muy difícil de eliminar debido a la costumbre historiográfica española tremendamente castellanizada.

La Junta pagó 20.000 euros

Un anacronismo en toda regla del que se hace necesario recordar que el proyecto de construcción del monumento funerario de Alfonso VI echó a andar en 2018, gracias a una subvención de 20.000 euros aprobada por la Junta de Castilla y León y 6.000 euros recaudados por donaciones.

La alcaldesa, Paula Conde, recuerda en declaraciones a Sahagún Digital que el proyecto del mausoleo real ya estaba en marcha cuando su equipo tomó posesión del cargo en verano de 2019 y que en el contrato suscrito entre Amancio González y el Ayuntamiento “se daba libertad al escultor”.

“Ahora el autor tendrá que dar sus explicaciones, aclarar en qué se ha basado; luego ya haremos una valoración”, adelanta la regidora. “Desde entonces, lo único que hemos hecho es ayudar y poner todos nuestros recursos a disposición tanto del escultor como de las madres benedictinas”, guardesas del mausoleo, explica Conde.

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