Casado justifica en la “seguridad del paciente” la decisión unilateral de la Junta de paralizar la vacunación con AstraZeneca

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, comparece en las Cortes de Castilla y León. / Miriam Chacón / ICAL

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La consejera de Sanidad, Verónica Casado, se escuda en que la decisión de paralizar la vacunación con AstraZeneca en Castilla y León se toma “en todo momento” por la seguridad del paciente, aunque los efectos adversos son mínimos y hagan primar la vacunación frente a los riesgos. “No podemos correr el riesgo de mantener el uso de un fármaco a sabiendas de que existen dudas fehacientes sobre su indicación actual, y arriesgarnos a que se den reacciones adversas por no ser cautos”, explicó en declaraciones recogidas por Ical.

Casado se muestra partidaria de contar con toda la información y conocer con exactitud los grupos poblaciones para los que no existen riesgos, antes de continuar con el proceso de vacunación en la Comunidad Autónoma. Es más, precisó que, por ejemplo, en Alemania y en Países Bajos se ha tomado la misma decisión, a la espera de que el Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos emita sus recomendaciones sobre el uso de la vacuna de la Universidad de Oxford, después de que un responsable de la Agencia confirmara ayer casos vinculados.

“Ante las noticias recibidas esta mañana, sobre el posible cambio de posicionamiento”, que indica la posibilidad de que se cambie la ficha técnica de esta vacuna, desde la Consejera se ha primado, “ante todo la seguridad del paciente”. La decisión se toma a la espera de conocer el dictamen del Comité, así como la postura de la Comisión de Vacunas del Ministerio, que se reúne esta mañana, y de las que se adopten en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), convocado para esta tarde.

“Sentimos las molestias a los citados hoy. Nuestro objetivo ante todo es primer la seguridad de los ciudadanos”, insistió, para explicar que existe un axioma en medicina, “una norma ética hipocrática, de primum non nocere”, que se traduce en “lo primero es no hacer daño” . Por eso esta decisión, bajo el principio de prudencia, teniendo en cuenta que ante el uso de cualquier fármaco o vacuna “siempre existen ciertos efectos adversos que no se demuestran hasta que estos se han comercializado y llevan tiempo utilizándose”. “Esto no significa que no sean seguros, ni que se retiren, solo que debe ajustarse su indicación”, sentenció.

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