'Venga Juan': una divertida producción de sátira política en España

Javier Cámara protagoniza 'Venga Juan' la tercera temporada de la serie de Movistar.

Antonio Boñar

El mundo de la política siempre ha sido un estupendo caldo de cultivo para la comedia. El mecanismo electoral y sus servidumbres, los manejos de los candidatos, los asesores de imagen, la fabricación de líderes, los intereses ocultos, el cinismo y el juego sucio, las medias verdades o esa corrupción que parece inherente a la clase política son sin duda carne de parodia. Reírse de nuestros políticos y sus inefables hazañas es una saludable forma de regeneración social, una antigua tradición y la dulce venganza de una ciudadanía demasiado acostumbrada a soportar tonterías y desatinos.

Venga Juan cierra de manera brillante el tríptico que sigue las desventuras de Juan Carrasco (maravilloso Javier Cámara), una deformada pero totalmente reconocible caricatura de ese político intrínsecamente ibérico, mediocre y arribista que todos tenemos en mente.

Si en Vota Juan (2019) nuestro protagonista encarnaba a un desastroso Ministro de Agricultura que se presentaba a las primarias de su partido para poder aspirar a llegar a La Moncloa, y en Vamos Juan (2020) asistíamos a su disparatado intento de volver a la primera linea de la política nacional después de haber sido defenestrado por su propio partido, ahora el bueno de Juan ha tocado techo y gracias a eso que llamamos puertas giratorias disfruta de un puestazo en una compañía de gas. Todo parece irle de perlas, hasta que su nombre aparece en unos papeles que le involucran en una trama de corrupción municipal durante su época como alcalde de Logroño. El pasado siempre vuelve y en esta tercera entrega vemos, con una perenne sonrisa esbozada sobre nuestro rostro, como un Juan Carrasco que ya nos inspira casi más ternura que sonrojo hará lo imposible por evitar su ingreso en prisión.

A pesar de esa clara vocación satírica que inspira día tras día la bochornosa actualidad política nacional (la realidad siempre acaba superando a la ficción), no había aparecido hasta ahora una serie que la explotará con acierto. Quizás habría que retrotraerse, salvando las distancias, a esa otra trilogía cinematográfica de Berlanga que desnudaba con maliciosa (y deliciosa) ironía las miserias del posfranquismo: La escopeta nacional (1978), Patrimonio nacional (1981) y Nacional III (1982).

Por eso, y entre otras muchas virtudes, la llegada de esta ágil y mordaz comedia serial que retrata de forma inquietantemente realista el circo político (escuchamos frases como “sé fuerte” o bromas sobre quién será ese tal “J. Carrasco”, entre otras muchas referencias al pasado más reciente), es un motivo de celebración para la industria audiovisual patria.

Y para todos, porque una sociedad capaz de revisar y teñir con inteligente sentido del humor su presente más grotesco será siempre una sociedad más libre.

Y seguramente también más feliz.

___Antonio Boñar es un crítico de cine leonés que fue guionista en varios programas de la TVG y creador del blog 'En el cine no llueve' para el periódico La Opinión de La Coruña. Ha ejercido también como escritor para las publicaciones Art Notes, Santiago 7 Días, Vive Santiago, Vive Galicia y Oviedo Diario. En su etapa viviendo en Malta fue creador y director de los festivales de cine Triq Cinemoon Festival y Malta Klimafilm Festival, ambos patrocinados por el Ayuntamiento de La Valeta y el Ministerio de Cultura de Malta.

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