De Cajeros a Banqueros

Caja España

Antonio Vega

Una simple nota de prensa enviada a los medios confirmaba que “la Caja”, tu caja de toda la vida, aquella en la que confiabas tus ahorros y te prestaba dinero para poder satisfacer tus ilusiones pasaba a mejor vida. La ahora conocida como Caja España-Duero, heredera de Caja España y de Caja León, ha traspasado todo su negocio financiero, es decir, su razón de ser a un nuevo banco de su propiedad, con lo que pone fin a su actividad económica como caja tras más de un siglo de actividad.

Las cajas de ahorros son entidades herederas de los originarios Montes de Piedad, entidades benéficas fundadas en Italia en el S. XV por los Franciscanos y que se dedicaban a prestar dinero a los menos pudientes sin aplicar tasas de interés. Esto provocó algunos problemas de funcionamiento y con los años cobraban pequeñas cantidades de intereses para garantizar su supervivencia. De los Montes de Piedad surgen las Cajas de Ahorro, entidades que sirven para fomentar el ahorro entre las clases humildes y aumentar el nivel de vida del pueblo, al poder acceder a básicos instrumentos económicos. La principal diferencia de las cajas con respecto a los bancos era que tradicionalmente sólo se dedicaban al fomento del ahorro mediante la captación de depósitos, por los que pagaban una tasa de interés, y a efectuar préstamos sobre el monto depósito, pero no a ofrecer otros productos financieros. Además se circunscribían a un territorio local que era al que atendían.

Las Cajas de Ahorro nacen de los Montes de Piedad, que prestaban dinero sin intereses

Como siempre en España el desarrollo de los Montes de Piedad y de las Cajas de Ahorro es sensiblemente más lento que en nuestros vecinos europeos. En el caso de “la Caja” leonesa el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de León nación en 1900, impulsada por la Sociedad Económica de Amigos del País de León, tras un proceso que duró más de medio siglo de intentonas. El impulso de la Caja, al igual que las del resto del país, viene tras la reforma de la ley en 1977, que en la práctica les concede categoría bancaria al permitirles la comercialización de todo tipo de productos financieros y la expansión más allá de sus fronteras locales. Además se establece que las cajas son sociedades de carácter fundacional con obligación de destinar parte de sus beneficios a fines sociales y estarán representadas en ellas las instituciones públicas, aunque continúan siendo entidades privadas.

En el año 1990 CajaLeón absorbe, en forma de fusión, a las cajas de Palencia, Zamora y Valladolid y forma Caja España de Inversiones y Monte de Piedad. Una operación diseñada para crear una entidad financiera fuerte y que consolidó a León como plaza financiera. La entidad acometió una agresiva política de expansión para poder crecer y en el año 1994 compraba buena parte del negocio del Banco de Fomento, logrando una importante red nacional y comprando de paso la última iniciativa bancaria de León, el Banco Industrial de León que se había fusionado con el de Fomento tres décadas antes.

Pero en el 2008 todo cambió. Tras una década de bonanza económica comienzan a aparecer los primeros nubarrones económicos con la caída de parte del sistema financiero americano que dejó al descubierto la excesiva alegría de los bancos internacionales y el exceso de valoración del mercado inmobiliario. El sistema financiero español aguanta, al menos al principio, los vaivenes económicos gracias a una precavida gestión de provisiones dictada por el Banco de España y que otorgaba a las entidades nacionales un colchón adicional para amortiguar pérdidas. Pero nada es suficiente ante el desmesurado mercado inmobiliario y su caída de negocio y valoración: se hace necesario inyectar capital público a algunas entidades, especialmente a las Cajas de Ahorro.

Caja España-Duero traspasa su negocio financiero a un banco para sobrevivir

Las causas son que las Cajas, más de la mitad del sistema financiero español, han estado sobreexpuestas al “ladrillo” y ante los impagos y disminuciones de valor de sus activos inmobiliarios necesitan capital para cumplir con los requisitos de Basilea, endurecidos además ante las situaciones financieras de muchos estados europeos. Abocadas a buscar capital las cajas españolas comienzan un proceso de fusiones que lleva a la fusión entre las entidades Caja España y su histórica rival Caja Duero. Además en España se crea el Fondo de Reordenación Estructurada Bancaria (FROB) que se encargará de la reestructuración financiera de las entidades con problemas. A finales del año 2010 el FROB concede a la ya fusionada Caja España-Duero un préstamo especial de 525 millones de euros para sanear la entidad y que cumpla con los requisitos de Basilea II, que elevaba las necesidades de capital.

Ahora y para simplificar el proceso de reestructuración bancaria “la Caja” traspasa su negocio a un Banco, bien para mantenerse independiente tras la entrada de capital público, o bien para simplificar la fusión de su negocio financiero con el de la entidad andaluza Unicaja. Sea cual sea el futuro del banco, y aunque Caja España-Duero mantenga formalmente su condición de Caja de Ahorros, será complicado que sus clientes se acostumbre a llamar a un banco “su Caja”.

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