Viloria ensalza la “labor silenciosa” de la brigada de salvamento minero del Bierzo Alto al recibir el premio Negrilla de Oro

César Sánchez / ICAL El presidente de La Nueva Crónica, Manuel Lesmes (I), entrega su VI premio Negrilla de Oro al presidente de la brigada de salvamento minero del Bierzo Alto, Manuel Lamelas (D).

D. Álvarez/ ICAL

El empresario minero y presidente de la brigada de salvamento minero del Bierzo Alto, Manuel Lamelas Viloria, ensalzó este miércoles la “labor silenciosa” del colectivo a lo largo de más de tres décadas para prestar ayuda a los rescates que se debían llevar a cabo en los distintos pozos en los que se producían accidentes. Antes de recibir el premio Negrilla de Oro en el acto de entrega que el diario La Nueva Crónica organizó en el Castillo de los Templarios de Ponferrada, Lamelas consideró que el reconocimiento supone “hacer justicia” a los cerca de 80 voluntarios que han formado parte de la brigada en sus 32 años de historia.

Al respecto, el empresario recordó que la idea de crear una brigada de salvamento surgió de la unión entre más de 40 empresas mineras que operaban en la zona del Bierzo Alto. “No escatimamos dinero ni esfuerzos”, recordó el presidente de la brigada, que recordó que en esos años llegaron a contabilizarse más de 30 accidentes mortales al año, unas cifras que calificó de “alarmantes y preocupantes”.

En ese sentido, el trabajo “callado” de los voluntarios supuso un antes y un después en la historia de la minería en la comarca. “Creíamos que estábamos cumpliendo con nuestro deber y nunca le concedimos importancia”, reconoció Lamelas, que adoptó un tono solemne para “refrendar un último juramento” por el mantenimiento de la brigada. “Mientras haya un minero dentro, habrá un brigadista esperando fuera”, aseguró.

En la misma línea, el presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, que acudió al acto de entrega del premio, destacó el “trabajo vital” de los componentes de la brigada en “momentos difíciles” y valoró su capacidad de “jugarse la vida de manera desinteresada por los demás”.

Preparados para intervenir

Como portavoz de los brigadistas, José Manuel Rodil recordó que, a diferencia del caso de Asturias, todos los integrantes de la brigada han sido voluntarios que han completado sus entrenamientos fuera de las horas de trabajo. “Nuestro mayor trabajo consistía en trabajar todos los días en la mina, cogíamos experiencia y fluidez en el funcionamiento”, explicó Rodil.

Tras la clausura del sector, una quincena de personas continúan preparándose para un eventual rescate. “Podemos intervenir en cualquier rescate siempre que se nos necesite y se nos llame para ello, ahora que no hay mina, estamos ahí por si en alguna ocasión, por otra circunstancia, se nos necesita para alguna cosa”, relató.

Tras haber participado en numerosos rescates, Rodil recordó que el más complicado se produjo en el pozo de Antracitas de La Granja, en las proximidades de Bembibre, donde dos mineros quedaron enterrados aunque finalmente pudieron ser rescatados vivos. Pese a confesarse “contento y agradecido”, Rodil reclamó que “el reconocimiento debería hacerse a las familias de los mineros rescatados y de los que han perdido la vida”. “Cuanto menos se sepa de nosotros, mejor”, concluyó, con humildad.

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